Capitulo 11.

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Daniel

8 de marzo de 2015


-¿Ya estás listo querido? –me pregunta mi madre desde la cocina.

Bajo las escaleras.

-Sí, mama. ¿Qué tal estoy? –le pregunto apareciendo a su lado.

Me he puesto una camisa blanca, un pantalón vaquero negro, las convers y la chaqueta de cuero. Llevo el pelo peinado hacia atrás.

-Estas muy guapo hijo –me dice con una sonrisa mi madre.

-¿Dónde está Lucia? –le pregunto a mi madre por mi hermana.

-Arriba estudiando –me dice mi madre revolviendo las verduras.

-No la había visto. Bueno, ¿Qué opinas si compro flores? –le pregunto a mi madre.

-Sería estupendo –me dice



Salgo de casa para comprar un ramo de margaritas las favoritas de Noah. También compro una botella de vino para cenar.

-Mama –la llamo entrando a casa pero no me contesta nadie.

Al abrir la puerta la oscuridad no me deja ver nada.

Me acerco al interruptor de la luz.

Muebles tirados...es lo primero que veo junto con el cuerpo de un hombre en el piso rodeado por un charco de sangre.

-¿Qué? –digo en un susurro estupefacto.

Me acerco poco a poco.

Reconozco al hombre del piso.

Es mi padre.

El mismo hombre del que huimos años atrás.

Enfrente de mí veo a mi madre arrodillada junto con mi hermana inconsciente.

Lagrimas silenciosas bañan su rostro.

Me acerco a ellas.

-¿Qué paso mama? –le digo como si hablara con un animal herido.

-Ella se desmayo...-la voz de mi madre sale en un susurro.

Su ropa esta toda rasgada y tiene los pelos revueltos como si hubiera peleado con alguien.

-¿Qué paso? –le digo mientras me arrodillo al lado de mi hermana.

-Tu padre nos encontró. Tu hermana no lo dejo entrar pero él era más fuerte que ella. El nos ataco. Daniel... yo no pude detenerlo –sus palabras susurradas con dolor no abandonan mi mente.

Necesito sentarme.

-¡La estaba golpeando! ¡No pude detenerlo! –El grito de mi madre provoca un salto en mis pies –La estaba asfixiando. No dejaría que la matara Daniel –me dice acercándose mi madre.

No sé qué hacer, mi madre acaba de asesinar a mi padre.

Un sudor frio me recorre todo el cuerpo.

Salgo corriendo al baño y vacío mi estomago.

"Mente fría, Daniel" me repito una y mil veces.

Y en ese momento las palabras de Carlos llegan a mi mente.

"Sal con mi hermana y pondré el mundo a tus pies. Haré lo que quieras. El único precio a pagar es que estés con ella"

Tomo mi teléfono del bolsillo y llamo a la única persona que puede librarnos de las consecuencias de esta noche. 

El silencio de un secreto (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora