Noah.
27 de julio de 2018
Presente.
Termino de redactar un pequeño informe que mi padre me ha pedido.
Estimado Carlos Cerafino,
Me pongo en contacto con usted para informarle acerca de una de las obras que se están fabricando en este momento.
Llevo trabajando 3 años en su empresa. Después de los controles de la semana pasada en la obra, como supervisor de la obra examine el ascensor, en la empresa constructora, he descubierto que el motor a menudo falla.
Ponen una carga mayor de la que deberían. Entre los pisos hay un deslizamiento. Las pastillas de freno están gastadas. La vida de los trabajadores está en peligro.
Para no causar un posible accidente, se deben tomar las medidas necesarias.
27 de julio de 2019.
Juan Domínguez.
Doblo el informe y lo guardo en un sobre blanco. Cierro el sobre y escribo el nombre del jefe de mi padre en la parte delantera.
Me coloco las sandalias y bajo al salón con el sobre en las manos.
Mis padres están sentados en la cocina desayunando, los saludo y le doy el sobre a mi padre.
-Gracias cariño –me agradece mientras se termina el café.
Le sonrió y me bebo el café.
-¿Te alcanzo a clase? –le pregunto a Tara, que esta desayunando a mi lado.
-Si, por favor –me dice con una pequeña sonrisa.
El tiempo ha pasado demasiado lento y rápido a la vez. Tara ya está en el instituto y le quedan dos años para terminar, mientras que yo ya termine la carrera de arquitectura y estoy a la espera de una empresa para realizar las practicas.
-Vamos –le digo a mi hermana levantándome de la mesa.
Cojo mi bolso y nos dirigimos hacia mi coche.
Luego de 3 años conseguí ahorrar para poder comprarme uno. Es un escarabajo pequeño de color celeste, precioso para mí.
Dejo a mi hermana en clases y me dirijo a la tienda de ropa donde trabajo con Amelia.
Es una gran tienda de ropa donde la mayoría de la clientela son personas de dinero.
-Hola chica –me saluda Amelia cuando entra.
-Hola Lia –le contesto quitándome el abrigo y colgándolo en el trastero.
A los pocos minutos mi jefa entra.
Es una señora de unos 30 años, morena con el pelo largo y rizado. Sus ojos son de color marrón, y es de mediana estatura y flaca.
Trae puesto un vestido negro y unos tacones de color rojo.
Nos saluda y nos manda a colocar la ropa nueva que llego la semana pasada.
Amelia y yo bajamos al almacén y sacamos los trajes de la nueva colección.
Los dejamos sobre un banco y los colocamos en los percheros.
El timbre de la entrada anuncia que un nuevo cliente ha entrado.
Mi jefa se dirige a atenderlo.
-¡Buenos días! ¿En qué puedo ayudarlo? –le pregunta con el típico sonido de voz de una vendedora.
-¡Buenos días! Estoy buscando algo para un regalo, ¿podría ayudarme? –la voz que le responde me provoca un escalofrío en la espalda.
"No puede ser"
Lentamente me doy la vuelta.
Nuestros ojos se encuentran. Azul contra marrón.
Siento como me falta el aire. El vacío que hay en mi interior vuelve a atacarme.
Durante estos tres años me había dedicado a sobrevivir a su partida.
Se había ido sin ninguna explicación y ahora estaba enfrente de mí como si no fuera un fantasma del pasado.
-Noah...-el susurro de sus labios sale con dolor.
Necesitando aire, mis pies comienzan a ir hacia la salida.
Empujo la puerta y el aire me da de lleno en la cara.
Salgo al exterior y me apoyo en una de las paredes de la tienda.
"Respira Noah"
Me voy calmando poco a poco.
-Noah –me llaman detrás mía.
Al girarme me encuentro con su mirada. Dolor, angustia...puedo descifrar en su rostro.
Alarga su mano para tocarme, como si no creyera que esté aquí.
-No me toques –le doy alejándome de su toque.
-¿Podemos hablar? –me pregunta con dolor en su voz.
Le miro como si fuera un chiste.
-No tengo nada que hablar contigo –mi voz sale fuerte pero con dolor.
Me mira abatido.
-¿Estas enfadada conmigo? –me dice en un susurro.
"Idiota"
-¿Qué esperabas, una cálida bienvenida? –le dijo con sarcasmo.
Siento mis ojos húmedos.
-Te pido perdón por cada herida que te causé –sus palabras y su mirada me transportan a otro tiempo. A un tiempo donde este dolor no existía, y éramos felices.
-Ya es tarde para eso Daniel –decir su nombre provoca que la herida duela aun mas.
-Noah...Nunca me perdones. No lo hagas –dice antes de girarse y marcharse nuevamente.
Sus palabras no tienen sentido.
Algo me ocultaba y no sabía que era.
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¡Hola a tod@s! Os dejo un nuevo capitulo, disculpar la tardanza (entre el trabajo y demas...)
Espero que os guste el capitulo, intentare actualizar mas seguido.
Nos leemos pronto!!! (Recordar que podéis seguirme en instagram "styleswattpad" iré subiendo sorpresas)
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El silencio de un secreto (+18)
RomanceNoah y Daniel son dos jóvenes que estudian en la misma universidad. El destino se empeña en juntar sus caminos provocando una fuerte atracción entre ellos, que poco a poco se convertirá en algo más. Sin embargo, no todo será fácil, porque situacion...