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El más absoluto silencio se instauró en aquel garaje, mientras Suárez trataba de desactivar el maldito dispositivo.
Toda la presión estaba sobre él... Y era demasiado.
Dentro de aquel auto se encontraban dos de las mejores agentes de Madrid. Sí morían por su culpa, sería algo con lo que cargaría toda su vida.
Mientras, dentro del auto, se respiraba una tensión diferente.
Ninguna se miraba, ni decía una palabra... Solo sentían la presencia de la otra a su lado.
Para Raquel todo esto le parecía demasiado extraño.
En su vida pensó estar viviendo una situación así, y no solo por el hecho de estar sentada sobre una bomba, sino por quién era su acompañante en esta locura.
Por qué lo había hecho?
Alicia Sierra era su Némesis, la mujer a la que posiblemente había odiado más en su vida... Y ella también la odiaba, eso se veía de lejos.
Se pasaron toda su adolescencia y juventud fajadas. Por qué demonios ahora arriesgaba así su vida por ella?
-En qué piensas?- quiso saber Alicia al ver el rostro de su compañera
-En que eres la última persona que pensé que tendría a mi lado en mi lecho de muerte- confesó Raquel mirando al frente, tratando de ignorar a los hombres que trabajaba a su lado
Una risa sin humor fue lo que obtuvo como respuesta por parte de Alicia, para luego recibir su más intensa mirada
-Pues yo sí lo imaginaba- dijo la pelirroja sin dejar de mirarla
-Sí?-
-Sí- asintió -Sabía de sobra que un día me llevarías a mi muerte-
Ante aquellas palabras, Raquel la miró confunfida, pero al ver la cara de su contraria supo que estaba de coña
-No te pedí que te quedaras- murmuró la castaña frunciendo nuevamente su ceño
-Lo sé. Lo hice porque quise-

...
Madrid, 1997
Ninguna de la dos estaba conforme con aquella decisión. Por qué demonios las volvían a poner juntas en el mismo equipo si todos sabían de sobra lo mal que se llevaban?
Bueno, al parecer eso era algo que no le importa a nadie en lo más mínimo, porque ahí estaban una vez más... Dándose cabezadas una a la otra tratando de poder terminar aquel endemoniado trabajo sobre la constitución.
Llevaban ya más de media hora en la biblioteca trabajando, o más bien, solo trabajaba Raquel, pues Alicia no había apartado la vista ni un solo segundo de su móvil.
-No hace falta que me ayudes, eh?- dijo Raquel dejando caer una pila de libros sobre la mesa, delante de su compañera
Pero no obtuvo respuesta... Alicia la estaba ignorando completamente.
-Alicia...- nada
La castaña rodó sus ojos ya cansada de tener que lidiar con su contraria. No podía entender cómo alguien podía llegar a ser tan prepotente.
Llena de enojo, Raquel se acercó a la silla donde Alicia de balanceaba mientras revisaba Dios sabrá qué en su teléfono, y sin pensarlo dos veces, puso su pierna en una de las patas de la silla, empujando para luego hacerla caer.
El estruendo del cuerpo de la pelirroja contra el piso, resonó en toda la biblioteca. Pero aún más las maldiciones que salieron de su boca una vez estuvo en pie
-Pero serás imbécil?!- gritó Alicia con cara de querer matar a alguien -Por qué has hecho eso?!-
-Porque tú eres tan idiota que me tienes de esclava haciendo un trabajo que ambas debemos hacer!- señaló Raquel sin dejarse achantar por aquella arpía.
-Te estaba ayudando!!-
-Sí? Cómo?? Jugando con tu móvil?!- grito Raquel enojada
-Shhh- se oyó desde el escritorio de la bibliotecaria
-Te ayudaría si vos me dejaras. Pero estoy segura de que sí digo aunque sea una sola palabra, vos lo verás como un insulto y te alterarás-
-Yo no soy así!!-
-Sí, sí lo eres. Siempre andas a la defensiva. Cómo si el mundo tuviera algo contra tí...-
-Vos sos la que siempre andas como si fueras superior al resto!!- dijo la castaña ya más que enojada -Siempre con esa cara de.... De... Ah, te odio-
-Ah, sí? Pues adivina qué? Yo te odio más!!-
-Ya somos dos- volvió a contraatacar Murillo como si fuera una colegiala molesta
Alicia la miró por unos segundos ya harta de la situación y sin decir nada más, tomó su móvil y el bolso que descansaba en una esquina de la mesa
-A dónde vas?- preguntó Raquel confunfida al verla dar dos pasos lejos de la mesa
Un suspiro lleno de frustración salió de los labios de la pelirroja, la cual tras ladear la cabeza, miró una vez más a su contraria
-Me doy por vencida- confesó la chica
-Qué?-
-Con esto... Tú... Yo... No mezclamos y nunca lo haremos. Por eso ya me harté de intentarlo- dijo Alicia mirándola por primera vez de forma sincera -Está claro que nos odiamos, así que será mejor que me aleje-
-Pero...- esto de alguna forma no le daba el alivio esperado a la castaña
Debería estar feliz, no? Al fin se sacaba ese demonio de su vida. Pero entonces, por qué se sentía así de rara?
-Tranquila, si lo que te preocupa es el trabajo. Ya hablaré con el profesor Gonzáles para que te asigne a otro compañero- explicó Alicia de forma muy natural. Se veía tan calmada diciendo esto, que hacía que Raquel se sintiera aún más enojada -Al fin te vas a librar de mí-

...
Una tonta sonrisa se dibujó en el rostro de la inspectora tras recordar aquella ocasión. Daba gracia, que a pesar de intetarlo una y otra vez, nunca lo había logrado...
Deshacerse de Alicia? Parecía fácil... Pero como ya había dicho anteriormente, el destino las hacía encontrarse siempre en el camino de la otra.
Hasta llegar a este punto... Un punto en el que ambas se encontraban sentadas una al lado de la otra, con un pie en el mundo de los muertos.
-Al parecer nunca lo voy a conseguir, no?- dijo Raquel sorprendiendo a la pelirroja
-El qué?-
-Librarme de tí- soltó junto con una pequeña risita -Es tanta mí mala suerte, que sí muero te vas a ir conmigo también-
Al oírlo una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de la inspectora Sierra, quién tras ladear la cabeza le siguió el juego
-Claro, y puedo asegurarte de que te seguiré molestando allá en el Inframundo- rió de forma graciosa
Era raro para ambas... Estar así de cerca, reírse una de la otra...
Parecía como si fueran... Amigas?
-Gracias- murmuró Raquel viendo el pequeño lunar que reinaba en la mejilla de su compañera
-Por qué? Por molestarte toda la eternidad?- dijo Alicia siguiendo con la broma
-No, por no dejarme sola... Supongo que si salimos vivas de esta, al menos seremos... Amigas, no?-
-Ahhhh, que asco- exclamó Alicia llevándose las manos a la cabeza -Tendré que hacerme amiga de la tonta de Murillo- riendo al final de la frase
-Idiota- exclamó Raquel dándose cuenta de la burla -Seré yo la que salga perdiendo de esta amistad-
-Ahí tienes razón- asintió la pelirroja dejando caer su cabeza en el espaldar del asiento -Pero, bueno, siendo sinceras eres lo más cercano que tengo a una amiga-
-Qué?- sorprendida
-Cuál es el tono de sorpresa?- dijo Alicia entrecerrando sus ojos
-Yo? Tu amiga?-
-Sí, creo que eres con la persona que he compartido más cosas en mi vida. Te conozco desde la guardería prácticamente- confesó Alicia
-Sí, pero no nos soportabamos-
-Vos no me sorportabas- reprochó la pelirroja -A mí siempre me caíste bien-
Los ojos de Raquel se abrieron hasta más no poder, llenos de incredulidad. Esto era en serio?
-Pues bien que lo disimulabas, tía-
-Siempre he sido una excelente actriz- sonrió satisfecha la pelirroja
-Yo sí que te odiaba- confesó Raquel sintiéndose ahora culpable -Te veía como mi Némesis-
-Lo sé... Yo la cagué varias veces contigo- dijo Alicia pensando en sus errores del pasado -Quién lo diría, no?- rió sin humor -Sí yo no hubiera sido una idiota, y vos no hubieras Sido tan terca quizás hubiéramos acabado siendo mejores amigas, te imaginas?-
-La verdad que no- rió Murillo
-Es una pena. Yo hubiera sido una excelente amiga- respondió Sierra llena de autosuficiencia
-No lo dudo. Es una pena que posiblemente no podamos averiguarlo-
Un silencio para nada incómodo se volvió a instalar en el auto, mientras que ambas seguían mirándose.
Quién lo diría, no? Qué la última cara que Raquel viera en su vida sería la de su "supuesta" Némesis...
Los ojos de Alicia recorrían por completo el rostro de su contraria, mientras pensaba si de verdad era el momento oportuno para decir de una vez aquello que la llevaba atormentando durante varios años... Pero que mejor momento que cuando estás al borde de la muerte?
-Raquel, yo...- comenzó a hablar Alicia mientras se armaba de valor, pero el sonido de unos aplausos  interrumpieron de inmediato el discurso que llevaba preparando desde hacía caso 25 años.
Estaba por cagarse en todo lo cagable, cuando de repente vio a Suárez junto a Raquel sonriéndole victorioso, y fue ahí que comprendió el verdadero significado de esas ovaciones.
Lo habían conseguido...
-Están a salvo, jefa- informó el elegante militar más que orgulloso de si mismo
Al oír esto, una sonrisa enorme se formó en el rostro de la castaña. Quién ni siquiera pensarlo dos veces se lanzó sobre Alicia, envolviéndola en un fuerte y apretado abrazo.
La pelirroja se quedó en una especie de estado de shock ante el contacto. Quizás esa sería la primera vez que Raquel la tocaba porque sí, porque lo deseaba... Y joder, se sentía de maravilla.
Con dificultad, y algo de temor de meter nuevamente la pata, Alicia dejó que sus manos se envolvieran alrededor del pequeño pero musculoso cuerpo de Raquel, correspondiendo de esta forma al sorpresivo abrazo.
Después de unos segundos, para la mala suerte de la pelirroja, fue Raquel quién rompió el abrazo, quedando frente a frente a la chica.
-Gracias, yo... Yo no sé qué hubiera pasado conmigo de no ser por...-
-Te lo dije. Te dije que todo saldría bien- murmuró Alicia evitando que se notase lo afectada que había quedado después de aquel abrazo
-Sí, todo salió bien gracias a tí- aseguró la castaña
-A qué ahora no te molesta que siempre esté en medio de tu camino?-
-No podría estar más feliz de ello-

Némesis // Alicia y Raquel (Ralicia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora