Maratón 1/4
A qué se debía el éxito de Alicia Sierra como policía?
Quizás a su valentía?, a su inteligencia?, a su preparación? A sus chuces? Sí, tal vez todo eso influía, pero el verdadero secreto estaba en la forma en la que ella veía al mundo.
Si, en su forma de ver las pistas, lo que la rodeaba.
En su mente ubicaba cada pista en una línea de tiempo imaginaria, la cual doblaba y desdoblaba a su antojo, obteniendo de esa manera una perspecativa única de los hechos.
Desde su primer caso, Alicia había desarrollado un pequeño ritual que la ayudaba a aclarar esa línea y a eliminar las pistas sobrantes.
No se trataba de un ritual mágico ni nada relacionado con la religión, no, Alicia solo creía en sí misma y en su capacidad. Aquel ritual, si se le podía llamar de esa forma, se basaba en poner todas las pistas frente a ella en una especie de araña mental, y una vez frente a sus ojos está trataba de ver mucho más allá.
Para ella ya era normal, al igual que para Antoñanzas, quién era uno de los pocos que la había visto en aquella fase. Sin embargo, para Raquel salir del baño y encontrarla de esa forma fue algo nuevo.
Con sus piernas cruzadas en forma de indio, Alicia parecía estar completamente enajenada de la realidad. Toda su concentración y pensamientos estaba centrados en aquellas imágenes que colgaban delante de ella.
Estaba atando cabos en su cabeza, buscando caminos, uniones... Algún indicio de que podría encontrar en un futuro durante la investigación. No le gustaba llevarse sorpresas a lo largo del proceso.
-Alicia?- acercándose a ella y observando cómo en menos de media hora, la chica había convertido aquella lujosa habitación en un centro de investigación.
-Qué tiene que ver en todo esto?- dijo la pelirroja señalando la foto de la víctima -Por qué la mataron en primer lugar? Esa es la pregunta que debimos hacernos desde el principio-
-De acuerdo- asintió sin entender mucho a que venía esa teoría ahora -Es lo que hemos estado haciendo-
-No, no. No es lo que hemos estado haciendo, Raquel. Al menos desde que entré a la investigación-
-No entiendo-
-Qué desde que mataron a Ángel, buscar a su asesino es lo único que ha pasado por nuestra cabeza-
-Alicia, quien asesinó a Ángel también asesinó a Clara. Es la misma persona- dijo Raquel sentándose a su lado
-Tal vez sí, tal vez no. No lo sabemos- mirándola -Lo único que sabemos es que D' Alessandro está detrás de las órdenes. Pero quién es quién lleva a cabo esas órdenes? Quién es su mano armada en España? Eso- señaló Alicia -Eso es lo que nos hace falta averiguar-
-Y lo de la cuenta? Para lo que vinimos acá, no sirve?- dijo Raquel
-Sí, obvio que si. Es un paso más. Pero solo uno-
-Y entonces?-
-Entonces que?-
-Qué hacemos?-
-Qué hacemos? Esa es una buena pregunta- dijo la pelirroja mientras se tocaba la barbilla -Lo primero es llegar a Mendoza. Si él tiene la clave de la cuenta bancaria, perfectamente nos puede decir quién mierda es quien recibe ese dinero en Madrid-
-Y cómo llegamos a él?-
-Mmm... Bueno, dado que aquí no tenemos poder judicial ni ninguna fuerza de la ley que nos ampare. Creo que vamos a tener que hacerlo a la vieja escuela- levantándose de golpe
-Cómo que a la vieja escuela?- preguntó Raquel confundida viendo como su compañera caminaba hacia el baño -Alicia?-
Uno, dos, tres minutos y ya la pelirroja estaba fuera.
-Toma- lanzándole unas piezas de ropa
-Y esto?- al comprobar que se trataba de un vestido de playa
-Esto, inspectora, va a ser nuestro modo de llegar a Mendoza-
-No entiendo- mirando el vestido confunfida
-Ya lo verás-
Minutos más tardes, en la piscina del hotel...
-No puedo creer que me hayas convencido de esto- murmuró Raquel tendiéndose sobre la tumbona cerca del agua
Alicia solo se limitó a reír, aún con sus ojos cerrados. Para ella era un poco más duro soportar los fuertes rayos de sol, debido a la claridad de sus ojos.
-No te quejes. Qué te ves hermosa- murmuró
-Pero si ni me estás mirando- protestó la castaña
-Ni falta que me hace- dijo Sierra volteándose en su tumbona para verla -Te tengo acá grabada- señalando su cabeza -Cada detalle-
-Tú sí que te ves hermosa así vestida- mirando a lo largo su cuerpo
Alicia parecía una modelo con aquel traje de baño negro, el cual resaltaba aún más debido a su pálida piel.
-Lo sé- dijo con suficiencia
-Qué creído te lo tienes- rodó sus ojos la castaña para centrarse en el resto de la pileta
Un montón de personas las rodeaba, ajenas en su mundo propio. Pero nada de Mendoza
-Por qué estabas rara hoy a la mañana?- la voz de Alicia rompió el corto silencio que se había creado
Al oírla, Raquel se volteó a mirarla asustada, pero la pelirroja seguía con sus ojos cerrados. Ahora tendida con el pechos pegada a la tumbona.
-Qué? No estaba rara-
-Raquel...- canturreó la pelirroja -Llevo siendo agente de la policía hace más de quince años. He interrogado a los más duros criminales. De verdad piensas que no me voy a dar cuenta de que te sucede algo?- sin moverse un poco
-No me pasaba nada- insistió la castaña
Alicia asintió lentamente después de unos segundos, para luego abrir sus verdes ojos
-Sí no me quieres decir, no lo hagas. Solo quiero que sepas de qué estoy aquí- sonrió de medio lado -Y que me puedes contar lo que sea. Lo que sea-
Raquel se le quedó mirando durante unos minutos. Realmente quería compartir con ella sus miedos, pedirle que los alejara de su mente como solo ella sabía hacer. Sin embargo, el miedo a su rechazo o lastimarla era mayor.
-Lo sé- se limitó a decirle, antes de dejar un leve beso en su hombro -Lo sé-
Una sonrisa tonta apareció en el rostro de ambas, diciendo todo por ellas.
Pero qué pronto se borró del rostro de Raquel, al ver quién entraba a la piscina.
-Alicia- tocó su hombro, haciendo que la chica de levantará
-Es él- confirmó Sierra al ver al tipo acomodarse en una de las tumbonas VIP
-Es Mendoza?-
-Sí, y mira, viene acompañado de sus dos mejores amigos- mirando a los guardaespaldas que lo acompañaban
-Cómo llegamos a él? Es imposible si siempre va acompañado-
Entonces algo en la cabeza de la agente se encendió.
-Tengo una idea. Pero no sé si te vaya a gusta-
-Qué es?-
