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Tan pronto como Alicia cerró sus ojos, Raquel se permitió caer en los brazos de Morfeo. Hacía casi más de 24 horas que no pegaba ojo. No podía.
No cuando la posibilidad de perder a su pelirroja era cada vez más verdadera.
Sin embargo, sentía que todo iría bien. Alicia aún estaba débil, sí, pero seguía igual que siempre. Con sus bromas, con sus coqueteos, con sus chuches...
No supo bien ni en qué momento fue, que el sueño ocupó su cuerpo por completo, haciéndola por unas horas olvidar la pesadilla que estaban viviendo.
El sol ya se había a poner sobre el cielo, cuando una música llegó a sus oídos, haciéndola despertar confundida.
-Pero qué...?- aún media dormida tocó a su lado en la cama, para no encontrar el cuerpo de su compañera.
Asustada, se levantó  de golpe, solo para toparse con una sonriente Alicia al lado de la radio, que hasta ahora a no había notado en la habitación.
-Amo esta canción- sonrió la pelirroja cerrando sus ojos para moverse a la par de la música
-Alicia, qué mierda?? Qué haces??- levantándose de golpe -Debes descansar. Estás... Estás herida- señalando sus vendajes
-Ah, Raquel esto no me hará nada. Ven- estirando su mano -Baila conmigo un poco-
-Pero qué...?- quería negarse, era lo correcto. En sus condiciones Alicia no podía estar moviéndose tanto, sin embargo, al ver aquellos ojos verdosos de su compañera no pudo hacer nada más que ceder.
Tal y como había planificado la pelirroja, Raquel tomó su mano, levantándose de la cama para quedar frente a ella.
Con una sonrisa pícara en su rostro, Alicia tomó de la cintura a su compañera, pegando su cuerpo más al suyo.
-Así- murmuró afianzando su agarre a
Alicia sonrió como una nena pequeña al oírla, sabía a lo que estaba jugando. Pero en vez de ceder, decidió darle un poco más de juego.
Soltando una carcajada que retumbó por toda la habitación, Alicia le dió una vuelta en el lugar a la castaña, haciéndola volver a chocar contra su cuerpo.
-Alicia, la herida...- advirtió Raquel comprobando que todo estuviera bien, pero a la otra chica parecía no importarle.
Con una mano se acercó a la pequeña radio, cambiando de sintonía hasta toparse con una canción.
"I’ve Got You Under My Skin"
-Ah, me encanta esa canción. A ti no?- dijo Alicia comenzándola a guiar al ritmo de la canción
-No deberías estar haciendo esto-
-Ah, Raquel. Vive!! Déjate llevar!!- le pidió la pelirroja volviéndole a dar una vuelta en su lugar -Al menos en estos dos minutos que dura la canción. Baila conmigo- estas dos últimas palabras las susurró de forma provocadora contra sus labios y eso ya fue demasiado.
Raquel se dejó llevar...
Cerró sus ojos sintiendo como el aroma de Alicia se colaba por su nariz. Ese aroma tan suyo... Regaliz y vainilla.
Jamás se cansaría de sentir ese aroma, de hecho, quería olerlo cada mañana al despertar. Era eso posible??
Alicia acercó su rostro al suyo, haciendo una leve caricia sobre su mejilla con su propia nariz... Le encantaba sentirla así. Tan cerquita.
-Shhh- suspiró llamando la atención de la castaña
-Qué pasa?- sin cerrar sus ojos, a medida que se balanceaban a ritmo de la canción
-Nada... Es solo que...- rió para sí misma -Nada, solo olvídalo-
-Ah, dime- acariciando sus cabellos -Ahora no me dejes con la duda-
Alicia abrió sus ojos, permitiéndose mirar el rostro pasivo de su contraria.
Qué había hecho para merecer algo tan lindo en su vida??
-Te quiero- soltó sin más para luego dejar un leve beso sobre el mentón de la inspectora -Y... Y no puedo creer todo esto-
-El qué?- sonrió Raquel -El hecho de que seamos perseguidas por unos mafiosos o el hecho de que te perforaron el abdomen con una bala??-
Una carcajada estalló de los labios de Alicia, y de un solo movimiento la hizo dar una vuelta en el lugar. Ahora quedando su espalda pegada a su pecho, y su rostro escondido en el cuello de la castaña.
-No... Me refiero a esto, graciosilla- besó su cuello con suma delicadeza -A ti y a mí... Juntas-
-Juntas- repitió la inspectora adorando lo bien que sonaba esa palabra
-Y a estas vacaciones románticas- murmuró Alicia
-Vacaciones??- Raquel trató de voltearse a verla pero esta se lo impidió -En qué momento ves esto como unas vacaciones?-
-Bueno, estamos en Roma- acarició su cintura pegándola más a su cuerpo -Follando como locas- susurró cerca de su oído, ocasionado que todo el cuerpo de la castaña se erizara
-Bueno; si lo ves desde ese punto...-
Otro suspiro salió de la boca de la pelirroja, antes de atrapar el lóbulo de la oreja de Raquel con su boca.
-No sabes las ganas que tenía de bailar contigo- confesó sorprendiendo a su compañera
-Qué? Y eso?- confundida
-Cuando éramos jóvenes... Yo quería invitarte al baile de graduación, sabes? Pero no tuve el valor- relató Alicia moviendo el cuerpo de su compañera al ritmo de aquella canción que estaba a punto de terminar
-Lo hubieras hecho-
-Hubieras aceptado?- preguntó curiosa
Raquel solo se encogió de hombros. Hubiera aceptado? De seguro que no en un principio, pero quién sabe si luego...
-No lo sé. A lo mejor la Raquel de aquel entonces hubiera salido cagada de miedo ante tu propuesta- rió Raquel de solo pensarlo
-Y la de ahora?- quiso saber Alicia
-La de ahora?- fingió pensar, ya que lo tenía más que claro -La de ahora te hubiera comido a besos sin dejarse terminar la pregunta-
Ambas rieron, acoplando sus cuerpo perfectamente.
La cabeza de Raquel se encontraba totalmente recostada al hombro derecho de la agente, mientras que esta se dedicaba a aspirar el aroma que desprendía aquel castaño cabello.
Se sentía tan bien estar así... Una unida a la otra.
Pero tan rápido como vino este feliz pensamiento se fue de la mente de Alicia.
Los recuerdos de lo ocurrido antes del disparo vinieron a su mente. Habían discutido... Y no podía dejar ese tema en el aire.
Había aprendido con el tiempo, que esconder los problemas solo los hacia más grandes.
-Raquel, yo... Yo quería pedirte perdón- soltó Alicia sumida en aquel pensamiento
-Perdón? Por qué?- enfrentándola confundida
Alicia ahora ya no tenía su rostro aquella sonrisa llena de chulería que tanto la caracterizaba, al contrario, por primera vez Raquel podía ver real arrepentimiento y culpa en aquellos ojos verdosos pardos.
-Por... Por ser tan bestia antes-
Raquel la miró aún sin entender. De qué hablaba?
-Me refiero a Mendoza. Y a lo que le hice- explicó Alicia mirando hacia otro lado -No quise que tuvieras que ver eso-
-Alicia, yo...-
-No, no me digas que lo entiendes ni nada de eso. Porque sé que no es así. Sé que te dolió verme de aquella forma, y que puede que haya cambiado algo en tu forma de pensar sobre mi pero...-
-Ey, Alicia. Nada cambio- la cortó Raquel sujetándola de las mejillas -Nada cambio- aseguró una vez más -Es cierto que fue un poco fuerte para mí verte hacer aquello. Y que puede que no acepte todos tus términos. Pero eso no me hace amarte menos-
-No?- dudosa
-No. Claro que no. Yo me enamoré de Alicia Sierra... La mujer no la policía- dijo Raquel obligándola a mirarla -Me enamoré de ti. Qué más me da tus modos "drásticos" de interrogar??-
-Raquel, se que me convierto en un monstruo pero...- bajando la vista un tanto avergonzada
No le gustaba nada ese lado suyo. Pero qué podía hacer?? Ese monstruo también era ella.
-Ey, mírame- pidió Murillo una vez más -Estoy enamorada de ti. Y nada va a cambiar eso-
-Enamorada?- Alicia alzó su vista de inmediato al darse cuenta de las palabras de Raquel
La castaña también pareció darse cuenta en ese momento de lo que había dicho, pero tras unos segundos la sorpresa se fue.
-Sí, enamorada- Reafirmó con una sonrisa en su rostro
-Estás enamorada de mí?- sorprendida
-Pero serás tonta- golpeando su hombro con cuidado de no lastimarla -Por supuesto- dejando un beso en la comisura de su labio
-Dímelo de nuevo. Quiero escucharlo- casi suplicó Sierra contra su boca
-Estoy completamente y perdidamente enamorada de ti, Alicia Sierra-

💛💛💛💛💛
Un capítulo de regalo y ahora sí que me voy a dormir.
Besos

Némesis // Alicia y Raquel (Ralicia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora