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Maratón 6/7

El dolor y la sangre qué brotaba de su abdomen era cada vez más intensa. Sino sacaba la bala rápidamente, las consecuencias podría ser peor.
Alicia lo sabía, pero no podía arriesgar a Raquel
Si iban a un hospital, sería como firmar la sentencia de muerte de ambas.
Tras muchas protestas Raquel accedió a detenerse en uno de los moteles del centro de Roma. Era un lugar espantoso y con unas pintas horribles, totalmente diferente al hotel que hacía unas horas habitaban.
-No sé cómo la señora no se dió cuenta- dijo Raquel una vez dentro de la diminuta habitación
-Porque soy muy buena actriz- se quejó Alicia mientras esta la recostaba en la cama
-Alicia, has perdido demasiada sangre- señaló Raquel asustada
-Me sobra- rió la pelirroja tratando de relajarla, pero era imposible.
-Qué hacemos?-
-Debo... Debo sacar la bala. De lo contrario se podría infectar la herida-
-Quieres hacerlo aquí??- alarmada al ver como su contraria asentía
-Me fijé. Hay... Hay un botiquín de emergencia en la recepción. Tráemelo-
-Tú misma vas a sacar la bala?-
-No sería la primera vez- confesó la pelirroja dejando caer en la suave almohada

Raquel se movió a una velocidad casi fuera de este mundo, hacia la recepción donde exactamente cómo había dicho Alicia se encontraba un botiquín de emergencias.
Lo tomó lo más rápido que pudo, lo menos que quería era ser vista o acusada de ladrona.
Pero cuando al darse media vuelta a par volver a su habitación, se topó de frente con la señora dueña de la instalación.
Los ojos marrones de la anciana se posaron sobre el botiquín, para luego negar con la cabeza.
-Ese no te va a servir, hija- dijo la señora caminando por al lado de la castaña hasta detenerse detrás del mostrador
-Señora, yo...- iba a llamar a la policía?
-Este si- dijo la anciana sacando otro tipo de botiquín y colocándolo sobre el mostrador -En este sí que encontrarás lo que necesitas para sacar esa bala del vientre de tu amiga-
Los ojos de Raquel casi se salen de lo mucho que los abrió al oír aquello. Sr había dado cuenta??
Pero... Pero...
-Será mejor que te apures sino quieres que se te desangre sobre la cama- habló una vez más la anciana haciéndola reaccionar
La castaña se acercó con rapidez y tomó el maletín que era un poco más pesado.
-Gracias- se limitó a murmurar antes de volver a correr hacia arriba.
El miedo de entrar y encontrarse con Alicia muerta sobre la cama era inmenso. No podía perderla, no ahora que la amaba tanto...
Pero al abrir aquella vieja puerta de madera lo primero que recibió fue la mirada verdosa de su chica.
Estaba viva... Aún.
-Cómo te sientes??- preguntó sentándose a su lado en la cama
-De puta madre- rió Alicia sujetando su herida. Debía detener el sangrado -Trajiste el botiquín?-
-Sí, tiene un par de cosas pero de todas formas, Alicia, este no es un sitio para realizar una operación. Debemos llamar a alguien-
-Ya lo hice. Llamé a Tamayo y le dije todo. Lo de Mendoza, todo- dijo Alicia mientras abría el botiquín
-Y? Van a enviar a alguien a por nosotras?-
-Sí, pero creo que se van a tardar un poco- rió una vez más
De no ser porque estaba herida, ya Raquel la hubiese golpeado. Cómo podía reír en un momento así?
-Raquel, voy a necesitar tu ayuda-
-Claro-
-Serás capaz?- entrecerró sus ojos en su dirección
-Sí, que tengo que hacer?-
-Sí me desmayo. Quiero que termines de sacarme la puta bala del abdomen-
-Alicia...-
-Ah, y mientras. Puedes... Puedes darme un beso?-
-Qué?-
-Por sino hago el cuento-
-Vete a la mierda. Solo te beso si sobrevives- la retó Murillo
Y como ya sabía, Alicia Sierra no podía aguantar un reto.

...

-Ahhhh!!!- los gritos de Alicia resonaban por todo el lugar a medida que cortaba su piel en busca de la puta bala.
Ya la tenía, y estaba a punto de sacarla. Pero el dolor se le hacía casi imposible de aguantar.
Raquel sabía que no iba a poder hacerlo sola como se había empeñado, por lo cual tras analizar la situación decidió hacer una locura.
-Yo lo hago- sujetando la mano de Alicia para evitar que se siguiera lastimando
-Qué?-
-Qué yo lo hago-
-Raquel, tú no sabes nada de...-
-Recuerdo un poco lo que dimos en la academia- argumento la castaña
-Nunca has sacado una bala, Murillo- señaló Alicia
-Lo sé. Pero tú sí, me puedes guiar y yo hago el resto-
Alicia la miró dudosa. No es que no confiara en ella, pero si algo salía mal no quería a que Raquel luego se sintiera culpable.
-Alicia, dime que hago- insistió la castaña ya tomando la pinza con sus manos
-De acuerdo, solo... Solo tienes que tirar un poco hacia un lado y luego hacia arriba. La bala no ha tocado nada aún, pero si haces un movimiento en falso puedes dañar alguno de mis órganos- dijo Alicia cómo pudo.
En su mente ya había dibujado la posición exacta de aquella intrusa dentro de su cuerpo.
-Joder...-
-Raquel, lo harás bien- le aseguró dedicándole una cansada sonrisa
Murillo asintió de a poco, y tal y como había orientado Alicia colocó las pinzas sobre el lugar exacto donde se encontraba encrustrada la bala.
-Vas a aguantar el dolor?-
-Sí, dale- asintió Alicia cerrando sus ojos, preparándose para lo que se le avecinaba.
Raquel tomó aire, y una vez lista tiró de la maldita bala
-Jodeerrrr!!!-

Némesis // Alicia y Raquel (Ralicia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora