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Los ojos de Alicia se clavaron como dos puntillas sobre el rostro de Raquel al escuchar aquella propuesta.
Quería bailar con ella? Con ella?!!
Y por qué justo ahora?
Es como si la castaña hubiera generado un cierto poder para leer su mente. Lo habrá hecho??
El recuerdo de aquella graduación fallida estaba más que presente en la cabeza de la pelirroja aquella noche, y sin duda Raquel proponiendo aquello no ayudaba mucho
-Y qué me dices, Sierra?- dando otro paso cerca de ella, al punto de estar demasiado cerca una de la otra
-Qué...- Que sí, que si, joder. Llevo años esperando por tenerte así para mí; gritó el pequeño Cupido dentro de su cabeza, sin embargo -No- eso fue lo que salió de su boca, mientras como una profesional se escabullía de la cercanía de la castaña
Raquel la vio alejarse y caminar hacia la cocina, una vez había recogido los restos de la mesa. Acciones que hicieron que la castaña soltara un suspiro frustrado.
Sin dudas Alicia estaba enojada con ella... Pero por qué? Qué había hecho?
Sería por el abrazo?
No, por eso no... Y entonces??

Madrid, 1998
Una joven Sierra seguía escondida viendo aquella escena... Torturándose cada vez más al ver como Raquel se derretía en los brazos de aquel imbécil.
Ya estaba a punto de marcharse, cuando sintió su voz nuevamente
-Qué haces? Alberto, pero qué...?-
Al escuchar aquello, Alicia volvió pensando que ya aquel tonto la había cagado, pero al darse la vuelta se topó con quizás la imagen más dura de su vida.
Alberto se encontraba delante de Raquel, hincado de rodillas sobre el suelo y sosteniendo en sus manos una pequeña cajita
-No puede ser....- murmuró la pelirroja sintiendo como la presión dentro de ella aumentaba por segundos
-Alberto...- la voz sorprendida de Raquel se volvió a hacer presente.
No veía bien su rostro, pero según su tono de voz estaba claramente emocionada.
-Raquel, yo... Yo iba a esperar al final de la noche. Pero debido a todo lo que a pasado, no creo poder esperar..-
No, joder, por qué tengo que ver esto??; Se reprochó a sí misma Sierra, quién luchaba por salir de ahí. Pero al parecer sus pies se habían soldado al suelo en aquel momento.
-Raquel Murillo, amor de mi vida... Sol de mis día...- Será baboso- Te quieres convertir en mi esposa?-
En ese segundo, el corazón de los tres se detuvo por completo.
El de Raquel debido a la emoción, el de Alberto... Lo nervios... Mientras que el de Alicia se estaba preparando para dar su último aliento.
Por un minuto pensó en salir de su escondite y gritarle a Raquel que no se casará, que ella la amaba... Pensó en besarla. Pero... Qué ganaría con eso?
Saray tenía razón... Ya era tarde.
La había cagado por completo...

...

Sintiendo el mismo dolor con aquel simple recuerdo, Alicia tiró con furia el resto de pizza a la basura, para luego apoyarse en la encimera
Tenía que calmarse... Ya habían pasado años de aquello, y Raquel ya no estaba con aquel tonto.
Sin embargo, por qué la seguía afectando tanto?
Quizás porque nunca le perdonó aquel "sí". No lo sabía. Pero sin duda la rabia seguía presente.
Ya no tanto con la castaña, sino consigo misma. Por haber Sido tan imbécil y no haber sabido actuar a tiempo.
-Alicia...- joder
La castaña se encontraba apoyada en el marco de la puerta de la cocina, observándola completamente preocupada.
-Estás bien?-
-Quieres vino?- soltó de repente Alicia, tras soltar un suspiro frustrado
-Qué?- confundida
-Necesito beber algo- dijo mientras buscaba la botella y un par de copas, sin esperar la respuesta de su contraria.
-Eh, bueno, me sirves un poco- comentó Raquel entrando finalmente a la cocina
La pelirroja sirvió las dos copas, para llevar rápidamente la suya a su boca y dejar que el líquido entrara en ella
-Estás bien?- insistió Raquel
-Perfecta, no lo ves?- ahí estaba otra vez aquel tono frío. Ese que le había costado años perfeccionar.
-No- contestó Raquel sin tapaderas -Te sucede algo. Y creo que es conmigo-
Los ojos de felina de la agente, se dirigieron hacia los gentiles de Raquel, quién por muy preocupada que estaba no se iba a dejar achantar.
-Algo te sucede, Alicia. Pero no tengo ni puñetera idea de qué-
-Eso es porque no me conoces- soltó Alicia antes de dar otro sorbo a su vino
-No, al parecer no- comentó Raquel imitando su acción -Pero quiero hacerlo. Quiero conocerte-
Ahí estaba de nuevo cayendo en ella... En aquellos ojos marrones que la miraban de forma sincera. Sin embargo, hoy no podía exponerse tanto... Aquel estúpido recuerdo, sin duda había arruinado la noche.
Negando con la cabeza le dió el último sorbo a su copa, para luego dejarla sobre la mesa
-Nunca vas a llegar a conocerme- dijo antes de darle un pequeño y sorpresivo golpe sobre la frente a Raquel
-Auch- se quejó sobándose esa zona, mientras veía como la pelirroja volvía al salón -Pero qué coño haces?-
Ninguna respuesta...
-Se puede saber que te pasa? Por qué te comportas así?-
-Así cómo?- mirándola por encima del hombro
-Así... Así...- señalándola -Cómo una imbécil!!- exclamó haciendo que Alicia soltara una risa sin una pizca de humor
-Bueno, soy una imbécil. O al menos eso fue lo que me dijiste siempre, no?- encarándola enojada
Aquella que hablaba ya no era la Alicia de siempre, no, para nada. La que hablaba llena de resentimiento era la misma adolescente que sufrió año tras año por ver la chica que le gustaba ignorándola completamente.
-No eres una imbécil!! Solo te empeñas en aparentarlo- dijo Raquel ya enojada
Por qué aquel cambio?
-Ahhh!! Nunca te enteras de nada, no?- ya cansada
-De qué?- confunfida
-No, obvio que no. Puede que yo haya cambiado, pero tú sigues siendo la misma tonta de siempre, Raquel- caminando hacia el pasillo que conducía a su habitación
-Pero qué...- no pudo ni siquiera terminar aquella frase, pues el golpe de la puerta cerrándose casi en su rostro cortó su intento de frase -Alicia!!- gritó frustrada
Porque era ya una mujer adulta, pues de no ser así estaba segura de que la sacaría por los pelos de la habitación y no la dejaría ir hasta que soltara qué mierda le había sucedido.
Llena de rabia, Raquel volvió a la sala, donde el Comisario la miraba sentado en el sofá.
-Qué mierda sucede con ella?- le dijo como si el gato fuera capaz de contestarle
A qué se refería con que era la misma tonta de siempre??
Y ahora qué hacía? Alicia estaba enojada con ella, no podía quedarse ahí... Pero a dónde ir?
Caminó hacia la cocina donde tomó un poco de agua mientras pensaba en qué demonios hacer el resto de la noche.
Quizás trabajar...
Joder, todo estaba saliendo mal!!
Dejó que el líquido pasará por su garganta, aunque sinceramente nada le quitaría el extraño nudo que había surgido en ella
Sentía que había dado Miles de pasos hacia atrás con Alicia y no tenía ni idea del por qué.
Quería arreglar las cosas, pero... Cómo?
Miró hacia su alrededor tratando de obtener alguna idea.
Solo tuvo que mirar dentro de una de las gavetas para que su cerebro se encendiera con la solución.

Némesis // Alicia y Raquel (Ralicia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora