mar. 3 de Marzo 2020
13 días antes de la Cuarentena
Casa de Taehyung
— Malditasea Taehyung, tardate más — le dije desde el altavoz del teléfono.Había llegado hace más de 10 minutos y el mardiciento vigilante no me dejaba subir al edificio en el que vivía Taehyung.
Había una pepa de sol, porque de paso el mardito vigilante ni siquiera me dejó pasar al disque loving. Llamé a Taehyung más de cinco veces, hasta que me contestó el mardito.
— Ya voy, ya voy — Contestó para luego cortar la llamada.
Mardito.
Parece que venía bajando en burro, porque se tardó como cinco minutos más en bajar.
De bolas, este tipo de situaciones hacen al maracucho mardecir más de lo normal.
Maldecir es de gente básica. Los maracuchos como somos high supremacy no maldecimos, nosotros mardecimos, sip.
A lo mardito.
Un rato después lo veo acercarse, cuando me vio se empezó a reir como un mardito guevón.
— ¿Te bañaste?
Sabía a que se refería, tenía hasta la cabeza del huevo bañao en sudor.
— Anda a mamar — le respondí odioso siguiéndolo mientras nos dirigíamos al interior del edificio.
Al entrar al loving, Taehyung saludó al vergo que estaba ahí disuqe vigilante, yo lo miré y le hice una cara de que lo quería matar.
Ya en el piso de Taehyung – que vivía en un mardito piso 27 –. Entramos a la casa de Taehyung, tenía años sin entrar aquí, desde primer año, no recordaba nada de esta casa.Era grande, bonita y lujosa.
Carajito con rial al fin.
— ¡Hola Jungkook! — me saludo Jimin, sentado en el comedor usando su celular.
Estaba pavito, andaba rico en perfume de esos de perfumes factory.
A verga maricón, contrólate.
Que es la vaina chico.
— Que fuee, hablame — le dije entre la vida y la muerte. Fue una mala idea entrar tan sudado a la casa de Kim que parece una nevera.
La tarde transcurrió normal. Estábamos muy concentrados en hacer el trabajo mientras hablábamos de cosas equis. Taehyung tenía una playlist bien vergataria y a cada rato buscaba algo en la cocina para comer, hasta sacó una caja de flips, naguevoná.
Bueno, mis amigos no se equivocaban con que el Taehyung está forrao en plata.
Eran casi las 6 p.m, y habíamos adelantado bastante, mañana nos íbamos a reunir de nuevo a terminar todo.
Habíamos terminado y estábamos en el balcón, se veía Maracaibo en todo su esplendor, se veía la Basílica y atrás el lago y el puente, y en el cielo con un hermoso atardecer acompañado del relámpago del Catatumbo, molleja de precioso nojoda.
Se suponía que mi pure venía a las 6, pero supuestamente hubo un peo allá en su trabajo y va a salir más tarde, por desgracia para mí, tenía un sueño que no juega, tenía que esperarla porque el fader estaba de viaje pa' Valencia y se había llevado el otro carro, y pa' rematar que Taehyung vive pa' donde el diablo dejó la cotiza. Claro que era una urbanización burde linda, hay que estar claros.
— Hey Jimin, ¿Y porqué te cambiaste de colegio? — le pregunté al rubio porque si yo no soy metío y chismoso no soy yo.
Estábamos los tres sentados en el balcón viendo el atardecer, hablando entre los tres súper cómodos como si fuéramos los best panas, mientras comíamos de los flips que Taehyung nos dió.
ESTÁS LEYENDO
tapabocas y condones;kookmin
Fiksi PenggemarDónde Jungkook, un maracucho mamadísimo tribello que no pela un suéter negro, lacrita, súper pana y mamador de gallo - de guevo también - se enamora de Jimin, un recién llegado de Caracas, sifrino y forrao' en plata, mejor amigo del que le cae más m...