CAPITULO 6

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 Dedicado a Carly-Pamela

Corría a toda velocidad por la acera. El viento provocaba que mechones de mi cabello interrumpieran mi vista. 

Mi objetivo: llegar a casa de mi mejor amiga 

Pase por una casa muy linda y grande. En el jardín delantero tenía un letrero de se vende. Llevaba casi un año con aquel letrero. Sonreí al recordar mi pequeña travesura, la razón por la cual nadie se ha interesado en aquella casa. Nunca pensé que mi pequeño juego con Abby llegara tan lejos.

Toque la puerta que se encontraba frente a mí. Segundos después, esta se abrió.

—¿Qué diablos? ¿Cómo es que...? Acaso ¿Sabes tele-transportarte?— Mi amiga me miraba completamente confundida. Llegue a su casa en menos de 1 minuto. Estoy segura de que acababa de romper un récord con mi velocidad sobrehumana. 

—N-necesito agua— Le dije sin aliento, con trabajos podía hablar.

—¿Que?

—A-agua

—Sigo sin entender, no porque tu hables el idioma de los sudorosos y agotados jugadores de fútbol, significa que todo el mundo lo entienda.

No tenía tiempo para esto, en verdad necesitaba agua o moriría en los próximos minutos. Empuje a mi amiga, entre a su casa como si fuera la mía, me dirigí a su cocina y me tomé tres vasos de agua, uno tras el otro. Me apoye en la barra para tratar de recuperar mi aliento. Una vez que logré estabilizarme, volteé a ver a mi amiga con la expresión más seria que jamás había hecho, enfocándome en lo que es realmente importante. El chisme.

—Cuéntamelo todo— Le dije deliberadamente lento. 

—Agarra bocadillos que esto va a estar largo— Me dijo con una sonrisa de lado, eso hizo que me emocionara más y soltara un pequeño grito.

—Agarra bocadillos que esto va a estar largo— Me dijo con una sonrisa de lado, eso hizo que me emocionara más y soltara un pequeño grito

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Nos encontrábamos sentadas en su cama, una en frente de la otra y los bocadillos en el centro de nosotras.

—Bueno, todo empezó una semana antes de salir de vacaciones de verano— Abby dijo 

—¡¿Que?! Y no me habías dicho nada, eres la peor— Dije, haciéndome la ofendida y lanzándole una gomita al rostro.

—¡Déjame hablar!— Levanté las manos haciendo un gesto de rendición y ella continuó —Lo conocí por internet, el me envió una solicitud de amistad en Facebook y...—

¿Por qué a mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora