¿Por qué a mí?

CAPITULO 8

Dedicado a  JunoBorieth

Me encontraba acostada en mi cama. Estaba agotada.

Mi horrendo maestro de matemáticas nos dejó castigadas a mis amigas y a mi después de clases, al parecer nuestra pequeña celebración no le pareció un comportamiento adecuado para un salon de clases y rompía los reglamentos de la escuela secundaria. Exactamente esas fueron sus palabras. 

Nuestro castigo fue asqueroso. Tuvimos en quitar todas las gomas de mascar de los pupitres del salón, y créanme que no solo fue eso lo que encontré pegado y embarrado en aquellos asientos.

Estaba de espaldas y con la cabeza colgando de mi cama, un sonido que provenía del otro lado de la puerta me sacó de mi estado de relajación. Alguien tocaba.

—Adelante— Respondí lo suficientemente alto para que la persona que estaba al otro lado me escuchara.

—Hola— Me saludo un sonriente Dan de cabeza, bueno, yo lo miraba así, él no estaba de cabeza.

—¿Dan? ¿Qué haces aquí?— Me sorprendió mucho verlo, él siempre me avisaba cuando venía a mi casa.

—Estoy esperando a André, esta tarde tenemos entrenamiento— Respondió, sentándose en mi cama. Pronto los chicos tendrán un partido muy importante y tenían que entrenar horas extras. 

Me acomode en mi cama, ya no aguantaba más estar de cabeza, sentía que toda mi sangre y otros líquidos se fueron directo hacia ella.

Aun acostada, coloque mi cabeza en las piernas de Dan, utilizándolo de almohada. El me miro y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Comenzó a jugar con mi cabello. 

Esta fue mala idea, una pésima idea, pensé. Los sentimientos seguían ahí, y el contacto provocó una infinidad de sensaciones en mí. 

—¿Puedo preguntarte algo?— Dan rompió en silencio que se había formado. Le respondí con un asentimiento de cabeza y continuó. —¿Estas enamorada de John?— Su pregunta me dejó desconcertada, pero sabía la respuesta.

—No— Sentí como Dan relajo su cuerpo, ni siquiera me había dado cuenta que estaba tenso. —Aún no— Agregue. 

—¿Que?— Su cuerpo se volvió a tensar. Me reincorpore, quedando frente a frente.

—Apenas lo conozco, no me puedo enamorar de una persona tan rápido, además aún tengo sen...— Me calle, estaba apunto de decirle que aun tenia sentimientos por él. Dan lucia confundido por mi repentino silencio, así que trate de arreglarlo. —Sentido del humor— La confusión en la cara de mi amigo creció, por suerte no le tomo importancia.

—Solo espero que ese hijo de puta sepa valorarte... y que no me olvides.

—¡Dan!— Lo regañe por la forma en que lo llamó, y le di un pequeño golpe en su pierna. —Y por supuesto que no te voy a olvidar, eres mi mejor amigo y eso nada ni nadie lo va a cambiar— Le tome la mejilla en un gesto maternal. Dan sonrió y puso su mano encima de la mía, comenzó a acariciarla. Las mariposas en mi estómago volvieron a causa del contacto.

 —Claro, amigos— Dejo salir un suspiro de sus labios. Tomo mi mano y la llevó directo a su boca, deposito un suave y húmedo beso en mis nudillos. Para este momento yo ya estaba completamente roja, mis mejillas ardían. Dan levanto su vista, él aún sostenía mi mano. Nuestras miradas chocaron y nos quedamos así unos largos segundos, hasta que alguien nos interrumpió.

—¡DAN!— Era André. —¡Vámonos!— Tire de mi mano, rompiendo el contacto justo cuando André abrió la puerta de mi habitación. Baje mi cabeza, jugando con mis manos que se encontraban en mi regazo, no quería que mi hermano notara mis mejillas rojas. Dan se levantó sin decir nada y caminó hacia la salida. —Espera— André colocó su mano en el pecho de Dan. —¿Estas sonrojado? ¿Que está pasado aquí?— Volteo a verme y de inmediato volví a bajar la mirada.