Daniel Rodriguez
Un sonido que provenía del bolsillo de mi pantalón llamó mi atención. Lo saqué y revisé la pantalla.
Inconscientemente una sonrisa se formó en mi rostro al leer su mensaje y al admirar mi fondo de pantalla. Recuerdo perfectamente el día que ella tomó esa foto.
Mi Lu, esa pequeña niñita que conozco desde hace años. Al principio no me agradaba ni un poco, siempre estaba de entrometida cuando iba a jugar videojuegos con André. Ella me reprochaba que era la única compañera de juegos de su hermano. Era fastidiosa, a decir verdad. Poco a poco nuestra amistad fue surgiendo hasta que se ganó el lugar de mi mejor amiga.
No supe en que momento la vi como algo más. No supe cuándo comencé a quererla como más que amigos. Simplemente surgió. Fue inevitable no querer a esa pequeña chica de ojos verdes que irradian felicidad y bondad.
Estaba a punto de abrir su mensaje, pero una voz me interrumpió.
—¡Oye viejo! — Me llamó Jacob, un chico del equipo. —¿Vienes?
—Eh... — Dude, mirando el mensaje de Lu. —Si, espérenme — Guardé mi celular en mi bolsillo y troté hasta llegar con los demas. Los saludé a todos y me subí al auto de Jacob, el resto se subieron al de otro chico.
Nos dirigimos a las afueras de la ciudad, a una pequeña colina. Era un sitio al que recurríamos seguido a beber y hablar. Decidimos ir a este lugar para celebrar que soy candidato para una beca deportiva de una importante universidad. Esta importante noticia me la dieron ayer. Me emocionaba, pero me aterraba saber que estaré lejos de mi pequeña. Ella aun no sabía de todo esto.
Al llegar me bajé del auto y caminé hasta quedar bajo un árbol. El viento chocaba contra mi rostro, era una sensación relajante. Cerré los ojos mientras pensaba en las cosas que últimamente me abrumaban, una de ellas era que tenía la sensación de estar siendo manipulado. Me negaba a creer que era verdad.
—¿Qué haces Dan? Ven a disfrutar — Habló César a la distancia. Asentí con la cabeza y volví con el resto.
Estuvimos más de dos horas en aquella colina. Cuando las luces de la ciudad comenzaron a iluminar la oscura noche, decidimos volver. Fuimos directo a la casa de Emma. Todo el camino nos la pasamos riendo y bromeando de cosas sin sentido. El alcohol ya estaba en el sistema de todos, menos en el de Jacob y Caleb los conductores. Éramos chicos muy responsables.
Nos bajamos de los autos y caminamos en grupo hacia la casa de Emma. Yo iba primero y a mi rededor mis chicos. Debo de admitir que esa sensación de ser importante y admirado por todos me encantaba. Aumentaba mi ego, ese que tanto le molestaba a Lu, ya que ella me conoció antes de tener este egocentrismo por los cielos. Por supuesto que no era el único al que le gustaba esa sensación, sé que a los demás chicos también.
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¿Por qué a mí?
Fiksi Remaja#2 Lugar del concurso First Met 🥈 Luisa Anderson una chica de apenas 17 años, se enfrenta al regreso de clases tras las vacaciones de verano. Ella sabe que nada sera igual, todo ha cambiado, el año pasado fue un verdadero infierno. Lu se siente sol...