once | guerra de amor

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Hyunjin suspiro aliviado cuando observó a Minho entrar por la puerta de la cafetería. Lo había citado para hablar, a decir verdad el mayor se mostró extrañado por el repentino interés de su novio al querer tener una conversación sin Jisung.

Pero allí se encontraban ahora, mirándose a los ojos, mientras tenían sensaciones raras recorriéndoles el cuerpo.

—Ya pedí un café con leche para tí— informó Hyunjin desviando la mirada a la ventana justo a su lado. El castaño abrió la boca para replicar pero no le salieron las palabras, tenía un mal presentimiento—. Ya pasó un buen tiempo desde que solíamos tener esta clase de citas, ¿verdad?

—Si, eso creo— carraspeó el mayor—. Hyunjin, no tengo todo el día, dime que quieres.

La sonrisa del pelinegro no se desvaneció a pesar de las frías palabras de su pareja.

—¿Me amas?— preguntó de repente, Minho se estremeció y empezó a mirar hacia los lados tratando de buscar alguna clase de ayuda o escusa, pero no había nada. Los ojos de Hyunjin tenían un brillo lleno de expectativas por una buena respuesta.

—¿Por qué me preguntas eso?— cuestionó sin responder, el más alto se mordió el labio. Era cierto que esperaba que el contrario le dijera que si, ahora estaba un poco desilusionado.

—Minho, yo no estoy seguro de que lo nuestro esté funcionando— acató, está vez sin despegar sus orbes de los ojos del nombrado. Asimismo poniéndolo nervioso—. Creo que al final de cuentas nunca nos enamoramos de verdad.

El mayor de los dos estaba en una especie de trance, no quería aceptar todas esas palabras que su novio le decía, en el fondo sabía que era verdad... pero, si todo terminaba ¿qué pasaría con Jisung?, no quería ni pensarlo, justo cuando los tres se mudaron para vivir juntos y felices, ahora todo acabaría... No podía permitirlo.

—Es cierto— aceptó con un nudo en la garganta, Hyunjin suspiro aliviado—, pero no puedo dejar que esto termine acá. Jisung te ama, al igual que a mí.

—Ya sé— interrumpió rápidamente el menor—, yo no dije que me iría. En realidad quiero hacer un trato vos.

—Dime.

—Vamos a hacer de cuenta que seguimos juntos, sólo por Jisung— agregó—. Yo lo amo más que a nada en el mundo, no quiero lastimarlo. Así que ese es mi trato, ¿Qué decís?

—Me parece justo— estiró la mano para sellar el trato y Hyunjin la tomó de inmediato—. Quiero que sepas que intentaré ser mejor para que Jisung te olvide.

—Lo mismo digo.— el brillo en sus ojos desapareció. Y es aquí donde comenzaba la guerra de amor.

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