2

26 3 0
                                    

Kaitlyn James

Habían pasado 4 días desde el último examen. Las cosas en Crown Collange seguían su curso tal cual siempre habían pasado.

Me encontraba en la clase de literatura y origen de leyendas antiguas.
No sería la materia más útil para un rey, pero si muy interesante.

El profesor, un hombre de cerca de 60 años, con cabello canoso, gafas circulares y un chaleco de lana, se paseaba por toda el aula explicando la importancia del trabajo y alianza con los otros.

– Es por eso que decidí dejar esta tarea especial en parejas, serán integradas por mi, Un príncipe y un duque que no sea de su misma nación. Tendrán que investigar, origen, popularidad e impacto de algún mito, leyenda o cuento el país del príncipe. La hoja con las parejas la dejaré en el escritorio y cuando salgan por favor, revisenla.

La clase siguió avanzando. Mila estaba a mi lado tomando nota un tanto desanimada. Tenía un par de días que mi amiga rubia lucia tensa.

– ¿Todo bien?

La rubia se recargo en la mesa del pupitre, hecho su cabello de lado para prestarme atención.

– Si,  estoy algo abrumada,  con los exámenes,  Ben, el baile y mis padres. 

Marcus Andrews,  el gran rey de Bélgica,  era el padre de Mila, solía ser un buen amigo de mi padre. Por eso acostumbrábamos hacer viajes al castillo de Bélgica, ahí conocí a Mila, fuimos amigas desde que tengo uso de razón.

– Descuida, cuentas conmigo para lo que sea Mila. Además, no hay nada que haga que mi excéntrica amiga se sienta incapaz de resolver. ¿De acuerdo?

Lleve mi mano a un mechón rubio que se había pegado a su rostro. Ella apenas hizo una sonrisa de lado.

– De acuerdo. No veo el día en que llegue mi cumpleaños.  Espero ya tengas listo mi regalo,  tienes grandes expectativas que cubrir. 

El cumpleaños de Mila es en dos meses.  Tenemos un par de días libres del colegio por lo que parte del alumnado viajaría al castigo de Bélgica por un fin de semana para festejar el cumpleaños número 20 de la rubia. 

– No prometo nada,  desde aquel vestido para muñecas que te regalé, es casi imposible superarlo. 
Mila soltó una débil risa por mi comentario. 

Cuando teníamos 5 años, mis padres y yo viajamos a Bélgica,  no tenia idea de que el motivo del viaje era por el cumpleaños de Mila.  A sí que cuando llegamos y me enteré.  Tomé parte de las cortinas de seda importadas de Praga de la habitación de huéspedes,  hilo y aguja,  para coser un nada bonito vestido sin forma para su muñeca barbie favorita. Mila conservó a la muñeca con el vestido hasta que donó sus juguetes a un albergue. 

– Tendrás que sorprenderme este año. 

Al terminar la clase, tal cual como lo indicó el profesor, nos formamos para las listas de compañeros. 

Me había tocado el chico nuevo. No me preocupo demasiado, desde el día uno hasta hoy, en todas las materias que compartíamos, había estado peleando con Harry por ver quien era el más sabelotodo.

Al pasar a la puerta. Shawn se metió en el camino de Mila y el mío.

– Hola.

– Hola Kaitlyn.

El castaño me veía con una pequeña sonrisa, sus ojos me escaneaban curiosos. Mila pareció desaparecer. Shawn no era feo, nada feo.  Su cabello café caía rebelde sobre parte de su frente formando pequeños rulos en las puntas.  Tenia ojos miel, eran unos ojos dignos de admiración.  Su piel blanquezca resaltaba cada facción de su rostro, sus pómulos bien marcados,  al igual que su mandíbula. Su nariz era un línea recta que terminaba en una muy sutil curva. Por último sus labios eran delgados, húmedos y con un color rosáceo natural. Shawn era realmente alto,  tenia que elevar un poco mi cabeza para poder ver sus ojos directamente. Tenia un cuerpo trabajado, lo suficiente para que sus músculos se notarán definidos unos de otros pero no lo suficiente para no parecer delgado,  supongo que tenía un peso "ideal". 
Sin embargo, por el momento, no estaba nada interesada en Shawn. 

Kingdoms || Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora