Kingdoms || Shawn Mendes

6

Érase una vez dos niños que fueron mejores amigos desde los 5 años.

El pequeño Harry jugaba todo el tiempo con Kaitlyn en su castillo de plástico. Jugaban en el jardín, en el comedor y por los pasadizos secretos de Buckingham.

Pero al crecer, en ambos niños ahora de 10 años y 11, empezaba a crecer curiosidad por el otro de una forma que ellos no podían entender.

Harry portaba un traje de príncipe tradicional. Todo un príncipe aún en miniatura. Su cabello estaba demasiado corto, tanto que no dejaba que se formaran las ondas en él.

Kaitlyn por otro lado, portaba un vestido azul, azul cielo, totalmente liso, su largo cabello se encontraba trenzado.

–Sunflower– el ojiverde llegó a su lado entusiasmado–. Mi amigo Sully me habló que algo nuevo que hizo.

–¿Sully es el niño que se hecha gases?

Kaitlyn había conocido a Sully en una reunión de los padres del chico, los de Harry y los de ella. Habían estado jugando por todo el castillo a las escondidas, cuando fue el turno de contar de Harry, Sully había propuesto que se escondieran juntos porque le daba miedo estar solo en el castillo, ella había accedido.

Cuando encontraron el escondite, Sully comenzó a soltar gases provocados por el exceso de comida que ingirió en la cena el joven príncipe. Fueron tan fuertes que ambos salieron corriendo de su escondite tropezandose con Harry en el camino.

–Si, ese Sully.

–¿Qué hizo?

–El dijo que besó a una chica.

Kaitlyn buscó en todo el almacenamiento de su memoria todo sobre los llamados besos.

–¿Cómo mis padres se besan? 

Harry asintió.

–Dijo que fue raro pero que le gustó.

–¿Y cómo lo hizo?

–El dijo que solo puso su boca sobre la boca de la niña– miró dudoso por un segundo a Kaitlyn–. ¿Quieres intentar?

–¿No es un poco raro? Incluso es insalubre.

–Todo el mundo lo hace– Harry se encogió de hombros–. Si fuera insalubre los padres no lo harían. Además será como si compartiremos helado. Ya lo hemos hecho ¿Recuerdas?

–Cierto, supongo que esta bien, hazlo.

Harry se sintió aliviado, se aproximó a Kaitlyn, quedo a centímetros de ella y junto sus labios. Era una simple presión entre labios, ambos los mantenían cerrados, ni se movían.

Ninguno de los dos tenía idea de que estaban haciendo, solo sabían que era extraño. Pero algo en ambos se sentía feliz, especial, todas esas emociones empezaban a despertar en ambos princes solo que estaba disfrazada. 

Los años pasaron, era el cumpleaños 17 del príncipe de Inglaterra. Los rasgos físicos de ambos se habían amplificado y marcado, ambos eran demasiado hermosos para vista humana. Sus cuerpos ya tenían desarrollo, su curiosidad empezaba a despertar y hacerce más grande.

Hace cerca de dos meses que ambos adolescentes se habían besado por segunda vez y ahora cada que tenían oportunidad, compartían encuentros de besos. Descubriendo cómo hacerlo cada vez mejor.

Kaitlyn tenía puesto un vestido rosa que llegaba un poco más arriba de sus rodillas, suelto de abajo y sin ningún tipo de escote. Era de aquellos vestidos que la realeza no podía usar en público.

Se encontraban en el salón de trofeos, Kaitlyn se apoyaba sobre un estante con trofeos de caza del bisabuelo de Harry.

Harry por otro lado, ahora tenía el cabello más largo que nunca se había visto en el, llena de ondas rebeldes. Tenia puesto un traje negro con detalles discretos.