De vuelta a Peterson

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Venecia

La alarma de las ocho suena estridentemente, detesto el sonido que hace pero de otra forma no me molestaría lo suficiente como para cruzar la habitación y apagarla.
Como todas las mañanas despierto sola, Phoenix siempre se levanta bastante antes pero me deja dormir.
Aunque me siento tentada por volver a la cama, anoche no pude dormir las horas suficientes por obvias razones.
Nuestra ropa no está tirada en el suelo como creo recordar, talvez Phoenix la puso en el baño.
La alarma sigue sonando, decido probar mi puntería tirándole una almohada haciendo que se caiga y caye.
Igual sé que ya no me poder dormir así que me levanto a buscar ropa nueva en el armario, mientras me tengo que cubrir con un sabana, siento que alguien me abraza por la espalda.

-Buenos días.

- ¿¡Eh!? ah, me asustaste- Cruze mejor la sabana alrededor de mi cuerpo, al voltearme veo que ya está vestido para irse a trabajar- buenos días, pensaba que ya te habías ido.

-Aún tengo unos minutos, quería ver su habías despertado ¿todo bien?

-Claro ¿porque no lo estaría? ...largo de aquí, me quiero vestir.

- ¿Y si no me voy? -sonreí por lo que se me ocurrió, camine hacia el haciendo que retrocediera hasta topar con la puerta- ¿cómo me debo tomar eso?

-Como un advertencia- disimulando paso mis manos por los costados de su camisa, al besarlo y aprovechar su distracción tomo el picaporte, al girarlo y abrir la puerta el pierde el equilibrio, de forma que se cayó al suelo del pasillo, yo sonrió triunfal por ver mi plan funcionar- ¿algo que decir amor?

-Gran victoria- al levantarse del suelo se queda frente a mí en medio del marco de la puerta- entendí el mensaje ¿sabes que hubiera bastado con echarme?

-Es más divertido así, bajaré en un segundo-me despedí con un corto beso y le cerré la puerta, siempre es divertido molestarlo, pero siento que talvez exageré esta vez.
Apenas y tarde unos minutos en vestirme, tampoco era que me iba a tardar una hora.
Cuando fui a la sala Phoenix ya estaba tomando su abrigo para salir.

- ¿Ya te vas?

-Si, aún tengo algo de tiempo antes de mis clases, pero tengo que marcar ¿te veo después?

-Espera, tienes torcido el cuello- mientras arreglaba su camisa pasaba mis manos lentamente por sus hombros- ¿no estas molesto conmigo verdad?

- ¿Porque lo estaría? ¿por la puerta? -asentí- claro que no, solo me disté una lección, sabes que puedes burlarte de mí cuanto quieras.

-No me burlo de ti- lo bese- solo me gusta molestarte, igual disculpa si me pase al empujarte fuera.

-Disculpa aceptada, ya me tengo que ir, te amo.

-Yo también-me dio un último beso y salió, me había acostumbrado a esto, él se va en la mañana y yo me quedo trabajando en mi tablet en la tarde, ordeno lo que puedo en casa y lo espero en la tarde, aunque bueno, últimamente he salido más de lo usual, desde que tenemos que hacer nuestra boda no he dejado de salir para ver cosas de eso, siempre arrastrada por Elanna o Jean.
Hoy los planes también cambian, la profesora Lovelace me había citado en Peterson, no me dio los detalles, solo que quería verme después de las clases de la mañana.

***

Veamos, billetera, llaves, abrigo, galletas... creo que esta todo.
También llevo el regalo/conejo, junto a mi propio conejito en mi bolso, será divertido dárselo en el instituto.

Sali para tomar el autobús, el camino es de más de veinte minutos y la velocidad que lleva el conductor de esta ruta siempre es mínima, como supuse que pasaría tarde o que yo me retrasaría salí diez minutos antes aparte de los ya establecidos.
Ya dentro y en camino estuve a punto de quedarme dormida varias veces, el ritmo constante y lento no me ayudaba, solo logre controlar el sueño cuando en una de las paradas un pequeño niño, talvez de la edad de Fleur choco contra mis piernas.

El Amor No Lo Olvida Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora