Segundos consejos... ¿de conejos?

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Phoenix.

Por fin después de un largo día y de estar huyendo me arme de valor para regresar a casa.
No sé qué cara poner para ver a Venecia, no sé si seguirá enojada conmigo o siquiera me quiere cerca.
Suspiro y entro en casa, mi gran sorpresa aparece cuando veo a un hombre en mi salón, será contemporáneo a mi edad o unos años mayor, tiene el cabello largo y es presumiblemente bien parecido.
Soy malo conmigo mismo al suponer quien es el y que hace en mi casa, jamás lo había visto antes así que estoy supremamente confundido.

- ¿Buenas noches?...

-Oh, buenas noches- su simple saludo no me ayuda ¿no debería presentarse o algo así?

-Disculpe ¿puedo saber qué hace aquí?

-Haciendo una revisión a la publicidad que le encargue a la señorita Elanna y su compañera.

-Aja ¿en mi casa? - lo vea por donde lo vea no encaja con mis teorías.

-Bueno, hubo un cambio de último momento. Me presento, Devin Woods- me da la mano.

-Phoenix Williams ¿de casualidad a visto a mi esposa? Venecia.

-No eh tenido el placer, solo trate con la señorita Elanna- una profunda calma me inunda la cual se refleja en mi risa nerviosa.
Soy idiota solo por pensar en esa posibilidad ¡como si Venecia fuera a hacer algo así!
Elanna aparece para despedir a este sujeto, se despide y se va.
Elanna me da una ligera reprimenda antes de irse también. Debería compensarle esto en otra ocasión.

Ahora que estoy solo en el salón pienso de nuevo en mi problema principal.
Elanna dijo que Venecia estaba dormida y que no la despertara. Si algo he aprendido de ella en estos años es que hay que dejarla dormir.
Mañana seguro me tendré que ir al trabajo antes siquiera de que despierte así que dudo que hablemos en la mañana.
Hoy me resignare a dormir en el sofá, sacare mi ropa y me duchare en el gimnasio. Hablare con ella cuando regrese... vamos Williams, no es ser cobarde, es dejar que el asunto se enfríe.

Me levanto del sofá y subo las gradas. no voy a despertarla solo quieto verla dormir.
En la habitación ella esta dormida abrazando a Fleur.
El cabello le cae por sobre la cara, le muevo unos cuantos mechones con cuidado.
Dice mi nombre de forma casi imperceptible, pero lo escucho, eso solo hace que mi corazón se encoja más.

La dejo tranquila y salgo de la habitación, me paso por la de mis futuros hijos antes de dormir.
Miro bien las paredes llenas de estrellas, noto que algunas forman constelaciones reales, hay también algunos planetas y meteoritos, etc.
En el suelo, además de las pinturas hay varias impresiones de estrellas y cosas del espacio.
También hay algunas cosas fantasiosas, naves alienígenas, astronautas flotando, y cosas que dudo que existan, como un planeta de flores.
Veo sobre la cómoda un paquete de estrellas que brillan en la oscuridad, seguro las pegara luego.
Estar aquí sentado rodeado de todas estas cosas que ha estado haciendo Venecia me deprime más.
¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos discutido? talvez me habría mostrado estas cosas o me haría poner estas estrellas en lugares altos.
Dejo la habitación más triste de lo que entre.

Decidido a terminar este día me tiro en el sofá a dormir.
"mañana será un mejor día", o al menos eso quiero creer.

***

He estado haciendo todo con el mayor silencio posible, les eh dejado el desayuno a Vene y Fleur hecho y yo estoy listo para irme al trabajo.
Siento que apenas y me puedo mantener en pie del sueño, la dureza del sofá no ayudo en lo más mínimo.
Entro a mi habitación para despedirme silenciosamente.

-Ya me voy, ten un buen día- le doy un beso en la cabeza.
Dejo el collar que le compre ayer en la mesa de noche, no es una disculpa, pero sabrá que he estado aquí.

El Amor No Lo Olvida Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora