Nauseas a la orden del día

12 1 4
                                    


Venecia.


Dos segundos después de abrir los ojos siento a mi estomago revolverse, salgo corriendo al baño dándole al seguro y vomito toda la comida de anoche.
Esa horrible sensación no ha desaparecido y me empieza a preocupar, la posibilidad que no quiero mencionar no deja de aparecer en mi cabeza.
¿Qué tan alta es la probabilidad?... más de lo que esperaba.

Me veo amarilla y fea, tomo una ducha para perder tiempo mientras recuperó mi normalidad.
Por lo poco que pude ver cuando me levante Phoenix seguía dormido, espero no haberlo despertado.
Al terminar empiezo a vestirme pero siento como me incomoda el sostén, siento que se encogió una talla y media aunque lo ponga en lo más flojo, molesta pero lo aguanto.
Al salir veo a ricitos de oro aun dormido, no lo quiero despertar así que aprovechó a llamar a Jean.

- ¿Qué haces a estas horas? déjame dormir, las mamás estamos ocupadas durmiendo.

-Solo quería saber si todo estaba bien ¿no sospechan nada nuestros padres?

-No lo creo, se comieron la idea de tu viaje a Londres con Daniel ¿ahora me dejas dormir?

-Bien bien...espera, aun quiero preguntar algo más.

-Rapidito.

- ¿Recuerdas tus síntomas de cuando tuviste a Fleur?

- ¿Cuál de todos? fui la más complicada de las embarazadas, solo recuerdo bien las náuseas, el sueño y querer matar a Ben.
¿Por qué la pregunta?

-No nada.

-Si si como no ¿acaso planeas darle ya compañeros de juego a Fleur? Espérate al menos a tener el anillo puesto, aunque bueno, me sorprende que hayas sobrevivido 6 años considerando que juegan al doctorcito seguido- se nota su buen humor de la mañana ¿cómo la soporta Ben?

-Te llamare después- no me sirvió para calmarme, llamo a Elanna para ver cómo va todo, al parecer no pasa nada interesante por ahí tampoco.
Phoenix despierta minutos después- ¿ya vivo?

-Ceo que si ¿me puedo robar estas almohadas? hace días que tenía torcido el cuello.

-conste que no te salvare cuando te llevan a la policía- me recosté a su lado y le di el beso de los buenos días.

- ¿Quieres bajar a desayunar, dar un paseo y luego seguir el viaje?

-Vamos- Espero a que se aliste y salimos de la habitación, sigo adorando a Daniel por la reservación.
En la recepción esta Ann ordenando papeles.

-Oh, buenos días, espero que hayan pasado buena noche.

-sí, gracias.

-Si gustan pueden pasar al comedor también puedo recomendarles algunos sitios turísticos y un guía.

-No es necesario, solo estaremos aquí unas horas más, gracias.

-De nada, por favor sigan- nos indicó el camino del gran salón lleno de mesas ¡pero si parece listo para un evento! conozco hoteles lujosos, pero este se pasa.

- ¿Bien capitana, que quieres? - ¿cómo le digo que me da asco todo?

-Creo que solo tomare café, no tengo hambre- luego me comprare algo para el camino, no quiero asustarlo.

-Si tú dices, yo si ignorare la dieta-verlo comer suele ser bastante normal y tranquilo, pero ahora me resulta escalofriante, solo ver los hotcakes me da náuseas y escuchar el mínimo ruido de él masticando me pone de los nervios.
Quien sabe que me pasa, talvez envejezco.
Como no puedo soportar estar ahí me voy un momento a la recepción, le digo que iré a por mí abrigo antes de salir de paseo, aunque no quiero ir, solo quiero dormir.
En la habitación intento calmar mis rarezas de hoy, es cierto que hace unos días estuve sintiéndome cansada y con un extraño gusto por la comida, pero he intentado reprimirlo.
Saco mi abrigo pero me quedo un rato acostada descansando, no recuerdo el momento en que me quede dormida.
Según mi cabeza solo cerré los ojos 5 minutos pero cuando los volví a abrir estaba recostada sobre el hombro de Phoenix.

El Amor No Lo Olvida Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora