el día vago y un susto

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Venecia.

- ¿Como se te ocurre una idea así!? Dan esta casi dormida, a Terry se la trago la tierra y quieres que este extraño me acompañe ¡por el amor de Dios Venecia!

-No te hagas, las dos sabemos muy bien que te hace tilín en el corazoncito Elanna, llevo toda la noche viendo tus "indirectas" nada discretas, además sabes que es familia de Phoenix, confió en él.
¿Crees que será de familia no entender indirectas?

-Eso no importa ahora ¿qué quieres que haga con el ahora?

-Te daría un par de ideas, pero sonaría a Terry siendo indecente, así que, como tu mejor amiga, actúa natural, solo le pedí que te acompañara hasta tomar el taxi no a dejarte en cama con besito de buenas noches, aunque si lo deseas.

- ¡Venecia Williams, te dije que nada de alcohol!

-Estoy perfectamente sobria, Phoenix remplazo con sidra todas mis copas.
Estarás bien Elannita, confía en mí.
Seguro que esta vez sale bien.

-Dijiste lo mismo la última vez...de acuerdo ¡que nadie diga que no lo intente!

-Ese es el espíritu ¿me contaras mañana verdad?, vamos, yo tengo una noche de bodas que terminar y tu...bueno, quien sabe.

-Has pasado demasiado tiempo con Terry, largo de aquí con tu esposo, te veré otro día entonces- regresando con los chicos Elanna adopta una postura muy seria, es la misma mirada que usa cuando está tratando con clientes...supongo que lo hace a su manera.
Al alejarnos Phoenix y yo giramos un poco para dar un último vistazo.

-Gran trabajo jefa- me choca los 5.

-Lo se lo sé, es una oportunidad de oro, espero que sea suficiente el empujón.

-Lo será, veo una interesante relación empezar a cocinarse.

-Bueno, dejémoslos ser, mejor escapemos ya, ocupo que alguien me ayude a quitarme este vestido- con esto me pareció sentir que apuro el paso para llegar más rápido a la habitación del hotel.

***

-Señora Williams, hemos llegado, puedes bajarte ya, mi espalda no está hecha para cargarte con peso extra.

-Realmente que sabes quitarles el romanticismo a las cosas Phoenix... oye, esta habitación no es demasiado extravagante- no era tan exorbitante como el hotel de Londres, pero no puedo negar que me deja asombrada.

-No me mires a mí, soy un simple profesor de instituto, creo que Daniel hizo un trato con el gerente o algo así para hacer negocios, y con Elanna de apoyo dudo que dijeran no.

-Son temibles, podrían desplumar a quienes quisieran con palabras bonitas y un pestañeo.

La luz de la habitación es tan tenue que solo llego a ver la zona iluminada por las lámparas de noche, basta para hacerme ver que no es una habitación simplona y crea el ambiente perfecto para esta noche.
Antes de poder seguir observando siento las manos de Phoenix sobre mi cintura acercándome a él.
Escucho su respiración contra mi cuello, esos extraños escalofríos me recorren toda la piel.

-Emm Phoenix...-no me hace caso- dame un segundo, ten..go que ir al baño.

- ¿Urgente?

-Siento romper el ambiente, pero si- se ríe un poco y me deja ir.
Además de la real urgencia no me había visto en un espejo hacia horas, quien sabe que desastre estoy hecha.
Mi resultado no es tan desastroso como lo predije, pero ni bromeando me veo precisamente en perfecto estado.
No tengo a mano mi maquillaje y lo mejor que puedo hacer es mínimo, apagar la luz será la principal misión al salir de aquí.
Discretamente salgo del baño, veo que esta recostado boca arriba, observando detenidamente algo que parece como un collar, está abierto así que supongo es un relicario. No se lo había visto antes.
Al final deja el relicario en la mesa junto con sus lentes pasándose la mano por el cabello.
Me acerco lentamente sentándome a su lado.

El Amor No Lo Olvida Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora