Troya I

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Phoenix.

En el gimnasio hago mi rutina con normalidad, me siento bastante más atrofiado por el viaje, y además no logro concentrarme del todo.
Ahora que no está Venecia aquí siento que ya no tengo que fingir tanto.
Desde que llegamos a Ruan estoy sudando de nervios, hace tantos años viví aquí con mis padres biológicos y ahora solo estoy de paso para ver a mi abuela materna.
Es raro lo mires por donde lo mires.
Siento estar viviendo una telenovela, pero, talvez no es tan raro ¿cuántos niños adoptados por circunstancias parecidas no pasaran por esto alguna vez?
Solo deseo terminar con esto y volver a Chesterfield lo más pronto posible, casarme y tener por fin una vida tranquila y normal, donde mi única emoción fuerte sea evitar que mis alumnos quemen la cocina.

En mi camino de regreso camino tranquilamente observando los edificios,
Aun estamos en una zona algo alejada de mi antiguo vecindario así que no reconozco casi ninguno, me detengo cerca de un parque antes de volver al hotel, ya es totalmente de noche y todas las farolas están encendidas, hay algunos niños jugando soccer en un pequeño espacio, me entretengo un rato viéndolos pasar la pelota.
No recuerdo la última vez que jugué, además de las practicas obligatorias de educación física claro.
Talvez fue antes del accidente.
Prefiero evitar ese pensamiento y retomó mi rumbo al hotel, antes pase por una panadería comprando roles de canela, no sé si son para Venecia o para mí, al llegar la abuela Olive me recibe sonriente.

- ¿Listo para una buena siesta jovencito?

-Claro que sí, que pase buena noche.

-Igualmente, la noche es joven pero a mi edad me siento rebelde a las 8- esta señora es adorable- no te molesto más, nos vemos en la mañana- al subir a la habitación quiero entrar positivo y triunfal mostrando mi dulce compra pero Venecia ya está dormida en pijama.
Abraza las almohadas como siempre, pero no tiene las sabanas encima, esta mujer...sabe que tiene que dormir con ellas aunque se derrita.
Dejo mis cosas en la silla y me preparo para dormir, menos mal tome una ducha en el gimnasio, no me gustaría despertarla con el ruido.
Con cuidado apago la luz y me meto en las cobijas, tristemente la cama es de resortes y no puedo evitar que rechine un poco.

- ¿Mmm? -

-Shh- ¡rayos, que no se despierte! improvisó una canción de cuna, desafino por el terror pero logro evitarlo, no entiendo porque me importa tanto, puede dormirse en cualquier momento aunque la interrumpa un poco.
Creo que encuentro la respuesta, veo lo calmada que esta así con los ojos cerrados, media cara oculta en las almohadas y la boca medio abierta respirando con suavidad, incluso su rinitica respiración me gusta.
Me da mucha tranquilidad verla, sé que mañana será un posible caos y quiero mantener por lo menos algo que conozco y quiero como esta.
En una ciudad extraña para mí, en un país al que no regrese en años y a punto de conocer a mi familia que me aparto, Venecia es el único refugio que tengo cerca.
No me gusta que mi estabilidad emocional dependa tanto de ella y sé que piensa lo mismo pero no puedo evitarlo.
A veces pienso que sería de mi vida sin ella, no es difícil visualizarlo, pero es muy aburrida, mi pequeño círculo de amigos es por ella, la mejoría en mi relación con mis padres también es por su intervención y mi desarrollo como persona también se lo debo.
6 años, casi 7, y sigo sin entender como lo ha hecho ¿porque ella? ¿Porque no mi mama o alguien más?
Bueno, prefiero pensar que la vida es muy traviesa.

-Deja de mirarme y duérmete ya.

- ¿Estabas despierta? - no lo parece aún tiene los ojos cerrados.

-desde que entraste, solo cerré los ojos, y puedo sentir tu mirada, me daré la vuelta, buenas noches, y recuerda que te amo.

-Yo también.

El Amor No Lo Olvida Todo...¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora