Capítulo 12.

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Una semana después.

Si tanto desea Jungkook experimentar su primera relación sexual, Namjoon está dispuesto a satisfacerlo.

Kim regresaba tarde del trabajo, específicamente de una junta con inversionistas extranjeros, había sido una junta de largas y estresantes horas pero a pesar de sentirse cansado, estaba deseoso y algo exitado por su cita con el menor.

Tuvo que decirle una pequeña mentira a su hijo, diciendole que no le esperara despierto ya que la junta se extendió por problemas de contrato que solucionarían en ese mismo momento. Estacionó su auto unas cuadras atrás, tomó las cosas que había adquirido después del trabajo, aseguró el auto y caminó hasta la casa de la familia Jeon.

El pelinegro le esperaba ansioso, sentado en el sofá jugueteando con una paleta sabor cereza en sus labios y usando únicamente una camiseta grande en color blanco y su ropa interior negra.

Cuando escuchó que alguien golpeaba su puerta, la emoción hizo un nudo en su estómago. De inmediato abrió y Namjoon atrapó el cuerpo del menor entre sus brazos, besando su cuello y arrancando gemidos de los labios contrarios.

No pierdes tiempo, ¿verdad? dijo el pelinegro muy cerca de sus labios, tentándolo.

Quiero aprovecharlo muy bien succionó la suave piel de su cuello ㅡ. Quiero arrancarte la ropa...

Una de las pequeñas manos del pelinegro tomó la corbata del mayor y tiró de ella para unir más sus cuerpos, el rubio colocó sus grandes manos sobre la diminuta cintura cubierta por la estorbosa tela. Jungkook lamió el caramelo y después los gruesos labios de Namjoon, sonrió ladino después de esa acción.

¿Entonces que esperas para hacerlo?

Kim bajó sus manos hasta los muslos traseros del menor para levantarlo y hacer que envolviera su cadera con sus piernas, subió las escaleras con cuidado para no caer y hacerse daño. El chico seguía lamiendo aquella paleta sin apartar sus ojos de Namjoon.

Con el pecho desnudo pegado al colchón, trasero al aire, sus muñecas atadas por la corbata en color negro perteneciente a Namjoon y con la ropa interior hasta la mitad de los muslos, gimiendo y pidiendo por más.

Así es como se encontraba Jungkook ahora.

Las manos de Namjoon masajeaban los glúteos del menor, acariciando, apretando y separándolos dejando a su vista la virginal entrada rosada del menor.

Namjoon, ¿puedes apurarte?

¿Tan ansioso estás? dijo y soltó una risita.

El cuerpo del menor tembló al sentir uno de los dedos del mayor pasar por su entrada, haciendo círculos.

¿Confías en mi? le pregunta acercando su rostro a su trasero, dejando un beso en una de las mejillas.

S-si, confío en ti...

Sintió una fuerte nalgada que le hizo chillar de sorpresa y gusto. Apretó los puños al sentir la húmeda lengua en su entrada, una y otra vez, haciendo un poco de presión para entrar.

Cuarenta y veinte | namkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora