2. Isaac

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«Leí alguna vez que las personas que más ríen y sonríen, por una mínima cosa, son las más tristes por dentro. Y que a su vez, ni aun riendo a carcajadas, se les llena el vacío que sienten por dentro... Lo leí en frases tristes de Pinterest. Y creo que, al menos en mi caso, sólo me rio de todo para tratar de convencerme a mí misma de que todo está bien. De que puedo ser feliz, oh no, ¡de que lo estoy siendo al reírme tanto! Lo curioso, es que mientras más fuerte me rio para disimular, más me rompo por dentro...»

—Al final Mark es buen chico —le cuento a la profesora de álgebra mientras me limo las uñas en el despacho de profesores—. Es divertido, un poco callado, pero amable.

—Todos somos un poco callados a tu lado, Pandora —Ada da su humilde opinión. Tal y como una víbora venenosa—. Pero me alegro que se lleven bien. Y espero que realmente estudies, no quiero que pierdas mi materia por no prestar atención.

—Yo sí presto atención —me quejo—, pero se me complica. Y tú nunca estás en casa para ayudarme.

—Lo siento, Pandy, es por eso que te asigné un tutor. No todos pueden brindar ayuda, estamos en época de exámenes y Mark se está jugando sus estudios también.

Suspiro. Mark es demasiado buen chico. Si llega a perder alguna materia por mi culpa, voy a sentirme realmente culpable.

—Hora de francés, debo irme. —saludo y salgo del aula todavía limándome las uñas, totalmente concentrada en eso.

—¡Pandora!

Volteo para encontrar a Isaac caminando en mi dirección con una sonrisa en su rostro. Llega a mi lado, me planta un beso en la boca y desacomoda mi cabello, haciéndome refunfuñar por lo bajo.

—Hola, Isaac. ¿Acaso no deberías estar entrenando?

—Sí, pero extrañaba a mi novia.

Ruedo mis ojos, pero le sonrío. Guardo la lima en la mochila, y cuelgo mi brazo del suyo para comenzar a caminar en dirección al patio.

—¿Cómo te está yendo con el estudio?

—Bueno, recién hace tres días que venimos estudiando, pero bastante bien a decir verdad —me encojo de hombros restándole importancia al asunto—. Oye, ¿tú sabías que Mark es rico?

—¿Mark? La verdad es que no me eh parado a observarlo.

—Es extraño, porque de hecho, parece que no le gusta para nada serlo.

—Tendrá sus motivos. —sugiere Isaac, pero yo creo que hay una buena historia detrás de eso. Y quiero saberla.

—Bueno, ya estoy llegando tarde —lo freno en medio del pasillo—. Nos vemos mañana.

Está a punto de decirme algo, pero no le dejo, le doy un beso en la mejilla y desaparezco de su vista.

Llegando al curso, me encuentro a Rosie, mi mejor amiga, entrando también.

—¡Ros! —exclamo llamando su atención.

—¿Dónde estabas? Te estuve esperando diez minutos. —se queja, pero aun así se cuelga de mi brazo para entrar y sentarnos una al lado de la otra.

—Charlando un poco con Isaac, colorada quejona.

—No me digas colorada quejona. No me agrada. —hace un puchero mientras aplasta las cejas para abajo. Me rio, es graciosa cuando hace muecas raras.

—¿Has visto a Mark por algún lado?

—¿Qué pasa, en tres días ya te enamoró ese chico? —se burla, mirándome con una ceja arriba acusadoramente.

El diario de PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora