«Se dice por ahí que hay personas que a la desesperación por llenar vacíos, se aferran a personas y se hacen dependientes. Lo que a su vez, es aún peor, porque si algún día esa persona a la que te aferraste, de repente un día no está, el dolor va a ser insoportable.
Independientemente de lo que se diga, yo siempre amé a Isaac. Tuvimos nuestro momento de enamoramiento, pero duró muy poco. Y sentir que lo nuestro no era amor del romántico, me tuvo siempre demasiado confundida, porque perderlo sería demasiado doloroso. Quizás me aferré a él porque sentía un enorme vacío para entonces. Estuve mal, lo sé. Pero ahora todo se vuelve peor, porque él jamás llenó ese vacío y ahora es tiempo de dejarlo libre pero, ¿él quiere ser libre de mí?»
Estoy esperando a Isaac en las gradas del patio. Mientras, voy viendo el entrenamiento de los Bueyes de Chicago, el equipo de Hellton High. Me pregunto si a Mark le gusta le gusta el fútbol americano, aunque él no está en el equipo, pero tiene todo físicamente para estarlo. Aunque no es muy grandote, como lo suelen ser los jugadores, tampoco se ve demasiado debilucho.
—Hola.
Volteo para encontrar a Isaac tomando asiento junto a mí, se acerca y deja un beso en mi mejilla. Lleva puesto el uniforme del equipo de natación y tiene el pelo todavía un poco húmedo. Devuelto el saludo con una sonrisa.
—¿Te gusta el fútbol americano ahora?
Me codea jugando y yo rio negando con la cabeza.
—Me sigue pareciendo muy violento para mi gusto.
Vemos un poco más de la practica hasta que él rompe el silencio.
—¿Qué pasó Pandora? —pregunta de forma cautelosa, como si temiera que algo realmente malo estuviera sucediendo—. ¿Pasó algo en tu casa?
—¿Qué? No, no —lo tranquilizo. Su rostro cambia a uno tranquilo—. Es que yo...
—¿Estas tratando de terminar conmigo sin que duela, verdad?
Me quedo callada. En absoluto, no esperaba que me dijera esto.
—Bueno, yo... —suspiro frustrada y ruedo los ojos. No puede ser que no termine de decir una frase completa—. Te quiero, Isaac, pero siento que fue un error ser novios.
—Yo también lo creo.
Eso me toma por sorpresa. Yo pensando que esto iba a ser demasiado difícil, pero al final parece que no va a ser así. Siento como si se me quitara un peso de encima. Un enorme peso.
—Creo que en realidad estamos mucho mejor como mejores amigos —coindice, explicándome con tranquilidad y no con los nervios atacando como a mí—. Sé que no estás enamorada de mí, Pandy, y yo sinceramente tampoco lo estoy. ¡Nunca lo estuvimos! Confundimos amistad con amor.
—¡Estuvimos muy presionados para ser novios!
—Lo sé, y coincido contigo en eso —acepta, enojado con eso también. Aunque no podemos culpar a los demás de nuestras decisiones—. Pero entonces... Quiero que terminemos bien. Que tratemos de que todo vuelva a ser como antes... Al menos lo intentemos.
—Sí, yo quiero intentarlo —sueno agradecida—. Jamás dejaste de ser mi mejor amigo en todo este tiempo.
Isaac me abraza, y le devuelvo el abrazo con demasiada paz mental. Desde anoche que no podía dormir bien.
—¿Puedo hacerte una pregunta que quizás suene tonta? —titubea, pero veo duda en sus ojos y eso me da curiosidad.
Asiento.
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El diario de Pandora
JugendliteraturCreo que todas tuvimos un diario íntimo alguna vez. Bueno... éste es el mío. Leerlo sería como estar en mi propia piel, vivir mis experiencias como si estuvieras a mi lado y sentir en carne y hueso mis sentimientos. Pero, ni aun así, jamás llegar...