Hoy es el cumpleaños de Rosie y decidió hacer una fiesta de lo grande. Aprovecha que su casa es bastante amplia para invitar por lo menos a dos cursos enteros del instituto. Por suerte, la pelirroja es algo popular ya que está en el equipo de las porristas, y eso la llevó a tener muchos amigos más.
—¿Invitaste a Mark al final? —me pregunta mientras se vuelve a poner máscara de pestañas, con la boca abierta y una extraña cara, frente al espejo.
—Sí —reacomodo el vestido negro que estoy usando. Vuelvo a darme un vistazo, y creo que estoy bastante convencida con él. Es ajustado, aunque bastante para mi gusto, y me llega hasta arriba de las rodillas. Es bonito y siento que me queda perfecto—. ¿Invitaste a Isaac?
—Sí, obvio —se gira para mirarme—, ¿hice mal?
—¡No! —apresuro a responder—. Era obvio que ibas a invitarlo. El problema es conmigo, no contigo, no te preocupes por eso —suspiro, mi mejor amiga me toma por los hombros y me da una mirada que me transmite paz—. Es que... no quiero hacerle daño a Isaac. Él es mi mejor amigo también, y lo quiero.
—Lo sé —me abraza—. No le harás daño, Pandy. Al menos, sé que nunca sería intencional en cualquier caso.
Le sonrío agradecida. Ojalá sus palabras sean ciertas.
—Cambiando de tema —digo, meneando mis cejas—. ¿Invitaste a ese misterioso chico?
Se sonroja, pero voltea para que no la mire y finge volver a ponerse máscara. De verdad yo espero que esas pestañas no se caigan de lo cargadas que parecen estar.
—Sí, ojalá venga.
—Promete que me lo presentarás —advierto con un dedo.
—Prometido.
🌹🌹🌹
—Viniste —le susurro por detrás al oído a mi novio mientras se sirve un trago.
Voltea con una sonrisa. Lo analizo de pies a cabeza, lleva puesta una remera negra de Lacoste y unos jean ajustados azules.
—Por supuesto, yo nunca le digo que no a mi novia —guiña un ojo y me pregunto por qué lo dirá. Quiero indagar sobre eso algún momento.
—Entonces no podrías decir que no a una caja entera de Doritos para tu novia.
—Mañana lo tienes en la puerta de tu casa —bromea, se acerca a mí pasando una mano por mi cintura y deja un beso en mi frente—. Te ves realmente hermosa esta noche. Mucho más que de costumbre.
—¿De verdad? —se me iluminan los ojos—. Gracias.
—En serio. Creo que me falta el aire —juguetea, haciéndome sonrojar—. Da una vuelta para mí, Pandora.
—¡No! —exclamo—. Me da vergüenza.
—¿Por favor? —hace un puchero con sus labios que acabo de descubrir debilita mis piernas y mi corazón.
Lo hago. Mueve su mano de mi cintura hasta la mía, y la sostiene arriba de mi cabeza para hacer que dé una vuelta frente a él.
—Uf, mierda Pandora —gruñe, tomándome de la cintura y pegándome a su cuerpo de manera brusca. Me gusta. Lo siento bajar su cabeza por sobre mi cabello hasta llegar a mi oído—. Quiero llevarte al baño ahora mismo y hacer cosas de novios —susurra tan intenso que emito un jadeo luego de morder mi labio con fuerza.
—Quiero hacer lo mismo definitivamente. —confieso, dándome vuelta para mirarlo a los ojos. Los suyos están oscuros, tanto, que siento que quiero llevarlo al baño ya mismo para averiguar por qué.
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El diario de Pandora
Teen FictionCreo que todas tuvimos un diario íntimo alguna vez. Bueno... éste es el mío. Leerlo sería como estar en mi propia piel, vivir mis experiencias como si estuvieras a mi lado y sentir en carne y hueso mis sentimientos. Pero, ni aun así, jamás llegar...