No se

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¿Habiendo llegado a ese punto habría vuelta atras?.

Ese castaño idiota lo estaba volviendo loco.
¿Hasta en eso tenia que ayudar al Dame?
¿Era en serio?

¿El estúpido de Tsunayoshi necesitaba que lo metiera a patadas por la fuera o a patadas para que se metiera al jodido restaurante?

Esto no podía ser enserio...

Ni siquiera Fran había necesitado ayuda para secuestrar a el principe caído y casarse con el en las vegas hacia una semana.

Squalo decidió bajarse de la camioneta donde había estaba metido observando la pequeña crisis del doncel castaño por mas de Diez minutos.

-¡¡¡¡VOOOOOOOI!!!!-

Sabia bien que atrajo varias miradas pero ahora todo eso le valia un santísimo cacahuate ese idiota de Tsunayoshi iba a entrar si o si.

Ese pequeño castaño era capaz dr quedarse afuera o en un rincón hasta en lo que el diera a luz.

Harto de la situacion decidio que si lo tenia que llevar de la mano o en trozos a la mesa donde lo esperaba la cita de esa noche.

Ni embriagarlo a el y Xanxus fue tan complicado.

Es mas, era mas fácil que el gato huraño de Gokudera fuera secuestrado a una cita por Yamamoto Takeshi y se le confesara y se volvieran una jodida pareja.

A que Tsunayoshi entrara a ese maldito Restaurante.

-S...Squalo...noooo ¡hieeeeeeee!-

El grito del joven doncel castaño fue increíblemente agudo.
Y eso termino por colmar la paciencia del albino de al menos mas de un mes de gestacion.

Un tiburón algo estresado armado hasta los dientes...

Un poquito peligroso.

Nada serio...solo si tomas en cuenta que el pobre hombre que le tocaba atender las reservaciónes fue monumentalmente tacleado por un doncel molesto que arrastraba a otro cuando intento frenarle la entrada para pedir sus nombres para verificar la identidad de los dos.

Claro esos modales le valieron un santo cacahuate a cierto embarazado con la determinación de cumplir su misión.

Al menos al pobre señor le había ido bien y solo lo había mandado a volar contra una pared solida.

-Squalo...por favor...hieeee ya detenteeee-.

Grito alarmado el castaño quiero era jalado del cuello de la parte trasera de su saco.

Esto era demasiado vergonzoso.

Demasiado demasiado vergonzoso.
No importaba lo mucho que gritara y pidiera que se calmara seria olímpicamente ignorado.

Aunque en parte estaba agradecido.

Solo debía subir las escaleras hacia la segunda planta y ahí estaria Hibari esperando por el.

De pensar en el apuesto azabache no podia contenerse al sonrojarse como colegiala enamorada.

-Tsk...Maldito Yoshi deberias ir ya a tu jodida cita...-

Regaño el doncel de larga cabellera sedosa, quien mantenia el ceño fruncido, se le notaba agitado de arrastrar al otro doncel casi 30 escaleras.

-Squalo...-

Tsuna se preocupo un poco y decidió caminar por su cuenta, aun así se quedo a lado de el embarazado squalo.

-Tsk...Ve con el estúpido ese... No me veas así, basura estúpida ve...-

El castaño sonrió para tomar la mano del albino para ayudarlo a subir.

Escalón por escalón.

Mientras tanto en la sala privada del mismo local un rubio intentaba sobrevivir a la ira de um azabache que recien despertaba después de haber sido noqueado.

-Herviboro...enfrentame.-

El pelinegro con tonfa en mano estaba mas que dispuesto a moler a golpes al idiota ese de Dino.

-Kyoya...Kyoyaaaa noooo quiero vivir te traje para u...-

El rubio gritaba tratando de no estropear el lugar evadiendo los golpes mientras Romario vigilaba que todo estuviera en orden.

-Sin excusas Herviboras, pelea...-

Y ahi estaba, Hibari siendo Hibari, tratando de morder hasta la muerte a un Herviboro que no era el Herviboro.
Un Herviboro que no era su Herviboro...por que el unico que el carnivoro debe morder es a el Herviboro de Tsunayoshi.

¿Se entiende? Mas claro no puede estar.

Tal vez lussuria hubiera hecho las cosas diferentes.

Pero este pequeño caos, era orquestado por un lindo doncel armado con una espada para por fin ayudar al solteron mas bonito de toda Vongola.

Además, Hibari Kyoya era bien sabido por medio mundo que correspondia a los sentimientos del decimo jefe Vongola.

Solo que ese par necesitaba un empujon.

Uno tan pequeño como para mover montañas.

Ayudando al DameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora