Bad Guy 🗡 Karma Akabane

🗡 27

Koro-sensei se movía por toda la clase con sus copias, para ayudar a sus alumnos a estudiar.

– ¡Muy bien, clase! ¡El segundo periodo de exámenes parciales está a solo dos semanas! –gritó.– ¡Ha llegado la hora de superar a la Clase A! ¡Es hora de aumentar la temperatura! ¡Ardamos, ardamos! ¡Es demasiada temperatura! ¡Es hora de la venganza!

– Por dios, mi cerebro va a estallar –se quejó, recostándose sobre el pupitre.

– ¡Vamos, Tn-chan! ¡Tú y Karma-kun son los más capacitados para tomar ese 1er puesto! –alentó. Ella lo miró.

– Koro-sensei... –suspiró.

[Fin de clases]

Koro-sensei se despedía de los alumnos que salían mientras preparaba sus cosas. Tn se acercó a él, cargando una bolsa amarilla.

– Koro-sensei –llamó.

Él la miró y gritó, agachándose para esquivar el cuchillo. La chica rió.

– Por poco, Tn-chan –tomó el cuchillo con un paño y se lo devolvió.

– Sabía que lo esquivaría de todos modos –lo tomó.– Ahm...Mis padres le envían esto –le entregó la bolsa.

– ¿Uhm?

El profesor tomó aquella bolsa y la abrió, al observar su contenido pegó un grito de alegría, mientras se sonrojaba.

– ¡¿Todo esto para mí?! –la miró.– ¡¿De verdad?!

– Sí –sonrió.– Su intervención fue...de mucha ayuda –rió.

– Ya veo. ¿Cómo están Koemi-san y Hideo-san?

– Mejor que antes, al parecer –rió.– Mi madre cambió de trabajo, así que...está más saludable, ya sabe –tocó su nariz.

– Entiendo. Es bueno verte mejor.

– Gracias otra vez –hizo una reverencia.– Nos vemos mañana.

– Hasta mañana.

Tn sonrió, giró y salió del salón.

Koro-sensei volvió la vista a la bolsa llena de dulces, mientras su saliva comenzaba a correr.

Una vez en el campus de la escuela, se acercó a una de las máquinas expendedoras para comprar una bebida y se recargó en la pared, a esperar. A los minutos vio a quien buscaba, así que corrió hacia aquella persona.

– Gakushū –llamó.

Asano y su grupo se detuvieron, girando para ver a aquella chica. Ninguno la insultó ni la trató despectivamente como hacían con los demás de la Clase E, pues sabían que apenas abrieran la boca el pelinaranja los golpearía.

– ¿Qué sucede?

– ¿Podemos hablar?

– ...Claro –miró a sus amigos.– Sigan sin mí.

– Ah, claro...

El chico se acercó a Tn, comenzando a alejarse de la escuela con ella.

[Cafetería]

Cuando la camarera les sirvió su orden y se alejó, comenzaron a hablar.

– Dime, ¿Qué sucede? –tomó la taza y le dio un sorbo.

– Intenté matarme –dijo simplemente, llevando un trozo de pastel a su boca.

Él se ahogó con el café, comenzó a toser y, cuando se calmó, la miró levantando una ceja.