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Koro-sensei cayó a la celda, tras ser atacado por Shinigami. Todos se sorprendieron al verlo.

– ¡Koro-sensei!

– ¿Está bien?

– Fue rápidamente decepcionante –gritó el asesino.

La reja en el techo volvió a cerrarse.

– ¡Sensei!

– Clase... –los miró, levantándose.– ¿Hay alguien herido?

– No puedo creer que también lo atraparan, Koro-sensei.

– Los barrotes están hechos de material anti-profesor, eh –dijo al ver como su dedo se derretía al tocarlo.– Es cierto que es una prueba dura... ¡Pero mi cuerpo finalmente puede superar esto!

Todos exclamaron sorpresa.

– ¡¿De verdad?!

– ¡Ahora les revelaré mi arma orgánica secreta!

El profesor se arrojó al suelo y comenzó a lamer los barrotes.

– Hice que esta lengua con una gruesa capa de jugo digestivo. Denme medio día y podré sacarlos de aquí.

– ¡Demasiado lento!

– Escucha –habló Shinigami.– Sigue lamiendo así los barrotes y detonaré las bombas ahora mismo.

– ¿Qué? ¡No!

– Bien, tenemos que apurarnos –saltó y se acercó a la celda.– Inundaré este lugar con agua. Estamos en el cause de una presa. Desde mi sala de control unos pisos más arriba liberaré 200 toneladas de agua por segundo, que presionará sus cuerpos contra estos barrotes.

– ¡Espera! –intervino Karasuma.– ¿Pretendes asesinar a los estudiantes también?

– Por supuesto –sonrió.– Ya es demasiada espera.

– ¡Irina! –la miró.– Estabas al tanto y aun así...

– Como profesional, sólo prioricé el resultado por sobre todo lo demás. ¿No era esto lo que querías?

– Es cierto que puede ser algo brusco... ¿O debería dejar ir la oportunidad de salvar al mundo cuando está justo a mi alcance?

Karasuma frunció el ceño, pensando, y suspiró.

– Así es como el gobierno ve la situación –se acercó al asesino y le dio un puñetazo.– La vida de 28 personas son más importantes que la Tierra –desajustó su corbata.– Si dentro de tu plan está matarlos...te detendré.

– ¡Karasuma-sensei!

– Que genial...

– Escucha esto, Irina –la miró.– Ser una profesional no significa no tener sentimientos.

Shinigami pensó un momento y comenzó a correr. Karasuma lo siguió, mientras Koro-sensei le gritaba que encendiera su comunicador. Y minutos después se fue Irina, lista para matar al miliar.


Pasó un rato, hasta que todos pudieron contactar con aquel hombre.

– ¡Karasuma-sensei, ¿Estás bien?!

– ¿Qué sucede?

– Finalmente logro conectar. ¿Qué fue esa explosión?

– Estoy bien, pero Irina está atrapada bajo los escombros.

Karasuma informó de la situación, diciendo que iría tras Shinigami, pero Hinano lo detuvo y le rogó que rescatase a Irina.


Tras ello, se encargaron de quitar las bombas que el asesino había colocado en la cela, las arrojaron fuera de esta y se colocaron de cara a la pared que estaba en un punto ciego de las cámaras, unos arriba de los hombros de otros para camuflarse con el color de la pared.

Bad Guy 🗡 Karma AkabaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora