Capítulo II

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YeonJun parecía empeorar por cada hora que pasaba.
Al igual que mi celo, mi aroma se hacía cada vez más notable pues los supresores estaban perdiendo el efecto.

Necesitaba estar solo, unas horas más. Hasta que todo acabase pero no podía echar a la calle a ese chico. Y menos en ese estado tan... Deplorable.

Parecía tener fiebre, miraba al techo de la cabaña y susurraba un par de incoherencias. Me acercaba y no me gruñía como las primeras veces.

Se nota que es un idiota pero se ve indefenso.

Después de confesar lo que para el mundo entero seria una aberración, se quedó callado. No soltó palabra alguna y mucho menos se quejó mientras yo intentaba curar sus heridas.

Fue muy extraño a decir verdad, y quizá lo que me dijo, lo que soltó si lo afectó.

Un alfa con otro alfa...

Todo el mundo sabe que eso no termina en nada bueno.

Es un tema pesado para esta asquerosa sociedad. Pero, ¿Quien soy yo para juzgar eso?. Yo, un gamma de clase baja, sin dinero, sin futuro, ciertamente basura misma. ¿Mis palabras podrían hacer algo? Lo dudo muchísimo.

Deje que se durmiera, era mejor que soltar incoherencias.

Estaba cansado, sus ojos parecían pesados y su respiración aun seguia algo agitada.

Me daba pena, pero aun así las ganas que tenia de sacarlo de la cabaña no sesaban. Quizá cuando mejore lo primero que haré sera darle una patada y mandarlo bien lejos.

Eso seria paz para mi y mi estúpido celo.

Porque, ¿A quien quiero engañar?. YeonJun es muy lindo y atractivo. Mi lobo lo sabe.

🌑🌙

La medianoche había llegado, los dos nos mirabamos fijamente.

¿Extraño?

Obvio que era extraño, tanto así que casi escupo la comida que tenia en mi boca en su cara. Al ver una mueca chistosa.

El ambiente no era tenso, de hecho su compañía se sentía bien. Pero el que no dijera absolutamente nada de él me ponía nervioso, histerico.

Y de verdad, odiaba sus gestos al sentir mi empalagoso aroma.

¡Se que lo odia! ¡Todos lo odian!

Al terminar de comer me levante con prisa al baño para intentar calmarme. Convivir con otra persona que no eran mis padres o algún omega que me cayera bien, la verdad si era estresante. Sumado a que en unas horas mas terminaría mi celo.

Era todo muy complicado.

Quería acabar con todo de una vez y mantenerme alejado y solo, como siempre.

Al salir del baño lo vi observando cada uno de mis movimientos. A decir verdad se veía mejor aunque apenas podía mover su cabeza, aquella herida aun le dolía.

-¿Tengo algo? - pregunté confundido

-¿Vives solo? - su pregunta no me tomo por sorpresa, a decir verdad ya lo veía venir. Así que Sonreí y asentí.

-Me gusta estar alejado de la gente, de hecho odio el contacto físico con cualquier persona. Así que si, vivo a mitad de un bosque cerca de las montañas porque vivo solo y me encanta.

-¿Por qué no te gusta el contacto?

-Porque es algo innecesario - solté de manera realista. Aunque... La verdad nadie me había tocado, no, no después de mi primer beso fallido.

-Es completamente necesario - mi ceño se fruncio, ¿Acaso no entiende que no lo es?

-y-yo...!

-Las palabras no bastan, no bastan cuando se necesita a la otra persona. Cuando se necesita un abrazo, un beso, una caricia. Tú mismo no puedes darte el cariño, la calidez y el calor que pueden darte otras manos.

-Las palabras no duelen tanto como el rechazo de una caricia - dije serio. Si, me había tocado

-¿Qué?

-Que es hora de dormir. Si te encuentras mejor mañana mismo puedes irte.

-Eres extraño...

-Y tú molesto - no quería seguir hablando con él, sin embargo aquello ultimo que dijo si me había desestabilizado.

No soy la mejor persona hablando, ni siquiera entablando una conversación. Pero si soy el mejor en ignorar y olvidar.

Lamentablemente no podía hacerlo en ese instante.

-No eres como los demás omegas, si fueras como los demás ya estarias arrodillado ante mi.

-¿Es broma, verdad?

-¿O acaso no lo deseas? ¿Estas en celo, cierto?

-Largate

-¿Qué...?

-¡Que te largues maldita sea!

-¡No me levantes la voz! ¡Soy un jodido alfa y tú un simple omega! ¡No espera!  No eres un simple omega, eres menos que eso.

Sus palabras no deberían de afectarme, lo se. Y no lo hacen, pero si me alteran por completo. Ese maldito imbécil no tiene por qué meterse conmigo.

-Tienes razón no soy un estupido omega - lo enfrenté - pero tu no eres un alfa más mi querido, eres un enfermo - iba a golpearme, incluso me gruñía pero ya nada iba a pararme - así que no tienes ningún derecho sobre mi, Alfita de quinta.

Efectos Secundarios || YEONGYU || ⓞⓜⓔⓖⓐⓥⓔⓡⓢⓔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora