Capítulo XXIV • Final •

2.2K 349 211
                                    

No quería hacerlo, se negaba completamente a hacerlo. Era su nuevo amor, era su vida, era lo único que le quedaba. ¿Por qué la dejaría ir? ¿En que mundo de mierda son capaces de separarlos? Si cuando ellos dos se miran a los ojos se sienten completos. Porque YeonJun al ver aquellos orbes color café puede ver a su amado Beom.

¿Por qué la dejaría ir?

No quiero separarte de ella, YeonJun. Me siento la peor persona del mundo al hacerlo. Pero esto no lo pedí yo, fue él, es su voluntad.

—No te la lleves...

—Tengo que hacerlo.

La vio entre sus brazos por un par de minutos más y a los siguientes ya no estaba, fue tomada con delicadeza por otros brazos. Esta había sido la primera vez que Huening la sostenía y que Choi la soltaba.

No pudo despedirse de su amor pero al menos con su pequeña pudo hacer una excepción, besando sus pequeñas manitos, sus pequeños ojos, su pequeña nariz. Y la dejó ir.

Sin rechistar, sin protestar, solo la observó salir por aquella puerta en los brazos de aquel chico que siempre estuvo allí, no presencialmente pero si en la mente y el corazón de su amado Beom.

Estaba bien si era deseo de aquel chico, estaba bien si así ella podría crecer en una completa normalidad, estaba bien aunque él no lo estuviera.

Había dejado ir a su hija, a su corazón y a su alma en un simple momento.

Había dejado ir a su nuevo amor.

Había dejado ir a lo único que le quedaba de Choi BeomGyu.

¿Que si la iba a volver a ver? Eso no se puede decir ahora, ni siquiera es seguro de que eso pase.

Y es que bueno, allí quedó Choi YeonJun. En la soledad de una fría cabaña en la mitad de un bosque, con los recuerdos de un amor dulce, de un amor complicado, de un amor que al final si funcionó, de un amor que trajo frutos, de un amor imposible de olvidar.
Con un bonito chupete rosa entre sus manos y con el aroma a vainillas que lentamente se iba disipando.

Y allí quedó Choi YeonJun, completamente solo y destrozado.

🌙

Y del otro lado de la puerta estaban ellos dos, sin consciencia alguna de como sería su futuro, de como podrían seguir después de todo, de donde irían a parar.

Huening estaba en shock, con una bebé en brazos, sin saber exactamente que hacer. Sintiéndose acabado antes de haber empezado. Pero con una seguridad inexplicable que tomaba al ver aquellos ojitos pequeños.

Si BeomGyu confiaba en él por algo debía ser.

Cuidaría de Hye Jun como si fuera su propia hija, esa era una promesa.

🌙

5 años después: 12 de Septiembre

Y es que allí estaban ambos, sentados frente aquellas aguas. La arena se mezclaba con sus pies y el sol bajaba lentamente.

Una escena hermosa, Hueningkai podía verlo todo; una pequeña castaña que se levantaba para poder correr por toda la orilla de la playa y el sol escondiéndose.

HyeJun se había convertido en su mundo; sus ojos, su cabello, su nariz, sus labios, su hermosa sonrisa. Ella era exactamente igual a su padre.

Efectos Secundarios || YEONGYU || ⓞⓜⓔⓖⓐⓥⓔⓡⓢⓔDonde viven las historias. Descúbrelo ahora