5. JINETES FANTASMA

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Al hacerles saber que estaba bien, Scott me tendió la mano para ayudarme a ponerme en pie, lo cual al parecer no le hizo mucha gracia a Peter, el cual hizo un bufido y miró hacia otro lado. Se me hizo extraño, pero lo ignoré e hice caso de lo que decían en la mesa.

-Tenemos que hacer un plan para poder parar a los jinetes fantasma, lo que significa que no podemos dejar que nos disparen o estaremos acabados-dijo Stiles preocupado.

Me puse a pensar y me percaté de que yo sabía como hacerles desaparecer, pero justo antes de poder abrir la boca, Peter soltó:

-La loba ninja sabe como acabar con ellos, es más, me salvó de uno anoche.

-Entonces, ¿por qué vino llena de heridas de hombre lobo?-dijo Derek extrañado.

-No es asunto tuyo.

No pude aguantar seguir nuestra guerra de sarcasmo y dije:

-Porque el señor valiente me clavó las garras cuando estaba absorbiendo su dolor.

Todos miraron a Peter como a un niño pequeño que ha robado una piruleta de la tienda de chuches. Yo no podía pasármelo mejor en ese momento, y ver la cara cabreada de Peter fue lo mejor que me había pasado en mucho tiempo, pero lo único que hice fue ponerle cara de estar molesta y seguí hablando:

-Lo que tenemos que hacer es conseguir atrapar a uno de ellos y robarle la pistola; fui capaz de matar a uno, pero no seremos capaces de matarlos a todos. La pistola nos servirá para hacerles desaparecer a ellos.

-Darles su propia medicina...-dijo Stiles pensativo y eufórico.

-Exacto, y ya sé como atraparles.

Todos estaban muy contentos y empezaron a darme palmadas en la espalda agradeciéndome mi ayuda. Scott me sonreía con alegría y Malia y Lydia me abrazaban con fuerza.

-Nos vendrá bien tener a otra chica en la manada-dijo Lydia mirándome.

-Sí, no nos vendría nada mal-dijo Scott pensativo.

No me lo podía creer, ¡iba a estar en la manada de los salvadores de Beacon Hills!, esto era como un sueño hecho realidad para mi, y cuando levanté la mirada y miré hacia mi lado derecho, pude ver como Peter me sonreía orgulloso con los brazos cruzados, mientras asentía con la cabeza.

Se me escapó una sonrisa de nuevo, hacía tiempo que no sonreía así, no recordaba lo bien que se sentía.

Peter y NoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora