16. DESAPARECIDA

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Ya era la hora de reunirnos en el bosque para preparar todo para atrapar a uno de los jinetes. No tardamos mas de media hora en conseguirlo. Ya estaba listo, solo faltaba encontrar a unos de ellos, lo cual no fue difícil, ya que poco tiempo después uno vino hacia nosotros, y no con buenas intenciones.

Detrás de éste, vinieron seis mas. Estábamos igualados en gente. Comenzamos a luchar. No fue fácil. Los jinetes nos golpeaban con sus látigos envenenados, pero la prioridad era que no nos apuntasen con sus pistolas, si eso ocurría, estábamos perdidos.

Sólo quedaba uno, el cual estaba luchando conmigo. Éste me dio con su látigo en el brazo, inmovilizándome en el suelo. Me apuntó con su pistola. Era mi fin, todo iba a terminar ahí, ya no tenía esperanzas...

Cerré los ojos, pero en ese momento Malia apareció de detrás de un árbol, colocándose justo entre el jinete y yo. Éste disparó, dándole a ella de lleno, haciéndola desaparecer instantáneamente. Ya no le quedaban balas, ya que intentó dispararme a mí también, pero no salieron balas.

Conseguí, en un movimiento rápido, empujar al jinete haciéndole caer en nuestra trampa y encerrándole para que no pudiese escapar. Bien, ¡lo habíamos logrado!

-¡MALIA!

Se me cayó el alma a los pies al escuchar a Peter gritar así. Nunca le había oído gritar tan fuerte, y menos todavía mirarle a la cara al ver que su hija ya no estaba.

Fue corriendo a dónde Malia había desaparecido, muy cerca de donde me encontraba. Se arrodilló en el suelo, como signo de desesperación. Peter comenzó a hiperventilar, estaba muy nervioso. Puse mi mano en su hombro para intentar tranquilizarlo.

-Peter, tranquilo, conseguiremos salvarla, hemos atrapado al jinete y-

-¡Cállate! ¡No tiene idea de lo que acaba de pasar! Se ha ido... ¡Y todo por salvarte! ¡Es tu culpa que esto haya pasado! ¡Cómo puedes decir que todo va a salir bien, si tú misma mataste a tu familia!

Me quedé parada al escuchar eso, no podía pensar claramente. Peter me odia... Es todo por mi culpa...

-¡Esto no es culpa de nadie Peter! ¡Malia se ha sacrificado para ayudarnos a atrapar a uno de ellos! Era lo que ella quería...-dijo Scott tratando de calmar la situación.

-¡Pero no es lo que yo quería! ¡¿Por que tenía que ser ella?!

Agaché la cabeza. No quería ver a nadie, no quería estar ahí...

-Los jinetes solo se llevan a los más "puros"-dijo Lydia con cara de estar asustada.

-¿Qué quieres decir Lydia?-dijo Stiles confuso.

Todos nos quedamos en silencio esperando a lo que Lydia tenía que decir.

-Me refiero a que lo que les interesa es llevarse a los más puros vistos desde su perspectiva; es decir, los que no han tenido relaciones sexuales por ejemplo.

Todos se quedaron callados durante un momento. Peter me miró, pero no pude adivinar su expresión, parecía que no podía pensar en nada. Me odiaba a mí misma, me odiaba por tener que haber sido salvada, por no haberme podido defender sola.

-Ojalá me hubiesen hecho desaparecer a mí...

Y sin decir ni una palabra más, salí del lugar corriendo.

Peter y NoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora