Después de lavar los platos, nos sentamos en el sofá dispuestos a ver una película. Pasamos unos minutos decidiendo que cuál íbamos a elegir, pero decidimos ver una sobre unos guerreros del espacio que debían salvar el universo.
No pasó mucho tiempo hasta que empecé a sentirme muy cansada, y por pura inercia acabé apoyando la cabeza en el hombro de Peter, el cual estaba tan inmerso en la trama que giró la cabeza rápidamente para mirarme. Tenía los ojos cerrados, pero pude notar una pequeña risa viniendo de él, pero no tenía el cuerpo como para darle un golpe en el estómago esa vez.
Sentí como me cargaba en sus brazos, pero mantenía los ojos cerrados. Sentí como me acostaba en la cama con suavidad, como si estuviese cargando algo de cristal. Me sentí extraña, nunca me habían tratado con tanta delicadeza; siempre me habían contratado para matar o herir a personas, pero necesitaba el dinero desesperadamente. No me siento orgullosa de aquellos tiempos.
Percibí una leve caricia, echando mi mechón de pelo negro detrás de la oreja. Se sintió extraño, pero confortante a la vez. Peter apoyó su palma en mi mejilla, y pasó su pulgar por ella. Comencé a notar más sueño, y finalmente acabé por dormirme al poco tiempo.
Me desperté al día siguiente, estaba tumbada en la cama, pero no estaba sola. Abrí los ojos y tenía a Peter enfrente. Estaba dormido tranquilamente. Nunca pensé que le vería así. Es extraño, así no puede decir ninguna frase típica suya. Noté que se despertaba y volví a cerrar los ojos rápidamente.
-Sé que estas despierta...-dijo con su voz de recién levantado.
-Mierda, quería que pensases que había muerto.
Nos empezamos a reír pensando en lo idiotas que nos veíamos en ese momento.
-Me voy a la ducha-dije sin pensármelo mucho.
-¿Quieres que te acompañe o qué?
Le miré de reojo con mirada asesina. Creo que lo entendió a la primera, aunque me vaciló metiéndose debajo de las sábanas.
Cuando salí me dispuse a desayunar, y para mi sorpresa, Peter había preparado unos apetecibles gofres, los cuales había puesto sobre un plato con un generoso chorro de chocolate por encima.
-Hoy tenemos que ir a preparar la trampa para los jinetes-dije sin apartar la vista de los gofres.
-Sí, pero tenemos que pensar de dónde sacaremos las piezas necesarias.
Lo miré orgullosa y dije:
-Ya sé dónde las podemos conseguir.
Me sonrió y al terminar de desayunar nos dirigimos hacia la clínica.
ESTÁS LEYENDO
Peter y Noa
RomanceÉsta es la historia de amor entre Peter Hale y Noa Miller, una mujer loba carismática y un hombre lobo sarcástico. Juntos vivirán una serie de sucesos divertidos que los juntará hasta quererse a más no poder.