20. DÉJAME SERLO

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No podía pensar en algo que no fuese lo que dijo Peter; ¿qué estaría tramando? Finalmente pude parar de pensar en eso y salí al bosque a dar un paseo y despejar mis ideas.

Estaba caminando tranquilamente hasta que escuché un ruido proveniente de un arbusto detrás de mí. Me giré rápidamente, para encontrarme con Lydia y Malia mirándome sospechosamente.

-Hola chicas, ¿por qué me miráis así?

Se miraron la una a la otra mientras sonreían, lo cual no me dio ninguna confianza. Volvieron a mirarme y Lydia me dijo:

-Queremos enseñarte algo, pero tienes que venir con nosotras para eso.

Antes de poder decir nada me agarraron de los brazos y salimos corriendo hacia la zona más profunda del bosque. Finalmente, llegamos a un acantilado, que daba unas preciosas vistas hacia Beacon Hills. Estaba todo iluminado de luces, y las luciérnagas volaban alrededor haciendo del sitio todavía más acogedor. En medio de todo, cerca del acantilado, se encontraba una mesa acompañada de un mantel blanco precioso. Encima de la mesa se encontraba lo que parecía un tocadiscos muy antiguo, pero a la vez muy bien cuidado.

Era de noche, y estar ahí se sentía como un mundo de fantasía, era perfecto, nunca había visto algo así. Iba a preguntar a las chicas que era todo eso, hasta que me di cuenta de que ya se habían ido. DE pronto escuché un ruido muy cerca, como si alguien hubiese roto una rama tras pisarla. Me giré rápidamente y me puse en posición de ataque por si acaso, pero me sorprendió más de lo que me esperaba lo que vi.

Me encontré a Peter de pie mirándome con sarcasmo-creo que le hizo gracia verme en la postura en la que me encontraba-. Se encontraba apoyado en un árbol, como su fuese un modelo posando para una sesión de fotos. Estaba bien vestido (más de lo normal, quiero decir), y se le notaba un brillo especial en los ojos, como si estuviese más contento de lo habitual.

-¿Y bien, qué te parece?-dijo mientras sonreía.

No sabía que pensar, ¿había hecho todo esto por mí?

-¿Para que es todo esto?-dije incrédula.

-Todo esto es para ti, Noa. Llevo mucho tiempo queriendo decirte esto, pero siempre estás metida en líos y así es imposible-nos reímos.

Me agarró de las manos suavemente, como si estuviera tocando la cosa más frágil del planeta. Tenía las manos calientes, al contrario que yo, que estaba helada. Continuó diciendo:

-Y ahora que tengo oportunidad, no voy a desaprovecharla... Noa...

Sabía lo que iba a decir, y tuve que frenarle.

-Tranquilo, te perdono por haberme dicho todas esas cosas cuando peleábamos con los jinetes, estabas nervioso y lo entiendo.

-No, eso no es-le interrumpí.

-No pasa nada, en serio yo-no me dio tiempo a terminar la frase cuando Peter me agarró de la cintura y me calló con un beso.

No me esperaba que tuviese esa reacción, y lo único que hice fue agarrarle la cara suavemente, mientras nos fundíamos en ese beso. Él al ver que no me echaba hacia atrás, me agarró más fuerte aún, casi levantándome por completo del suelo, hasta que los dos nos quedamos sin aire y tuvimos que parar.

Nos quedamos mirándonos a los ojos por un momento, hasta que Peter rompió el silencio.

-Noa, te quiero, desde la primera vez que hablamos, desde la primera vez que nos encontramos, y lo que dije donde los jinetes no es verdad, nada lo era...

Sonreí al escuchar eso. Estaba muy feliz pero no iba a dejar que Peter viera mis sentimientos de forma tan sencilla, así que me quedé en silencio para ver que decía después.

-Por favor, déjame ser la primera vez... la primera vez de todo, tu primer beso, tu primer compañero, tu primera vez...

Me sonrojé al escuchar eso provenir de su boca. ¿Pero qué demonios está pensando este hombre?

-Peter... Nunca he estado con nadie, no sé cómo funcionan estas cosas...

Peter me miró a los ojos y sonrió.

-Yo te enseñaré- y sin dejarme tiempo para reaccionar me dio un beso, mientras me agarraba de la cintura acercándome hacia él.

La noche transcurrió muy rápido y los dos volvimos a casa. Esto iba a ser el principio de algo muy interesante...

Peter y NoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora