Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]

Capítulo seis

29 de agosto del 2023. 18:56 hs. Argentina.

Podía sentir el aire quemar sus pulmones y el ardor perforar sus músculos. Sus extremidades dolían pero no podía detenerse, tenía que salvar a su hermano, no importaba el costo. Volvió a dirigir su mirada a sus espaldas, viendo a una distancia considerable a aquellos sujetos que los había atacado.

Tenía que poner a salvo a Misiones, no importaba como, su hermano era más importante que él. Sabía que no podrían salvarse los dos sin una distracción, y él no era tan inhumano como para utilizar a su hermano menor de aquella manera cruel. Nunca podría.

Volteó una vez más su mirada, pero esta vez observando a el más chico. Parecía estar en shock por lo que sucedía, no lo culpaba, aunque agradecía rotundamente que no se haya desmayado a estas alturas.

Empezó a buscar un escondite para el menor, pero no había muchas opciones, sólo arboles y más arboles, nada lo suficientemente eficaz para salvarlo, y eso le empezó a molestar, sus piernas exigían un descanso, pero no podía permitirse descansar hasta que no lograr poner a salvo a su hermano.

Entre lo poco que pudo visualizar, encontró un árbol algo alto, pero que si ayudaba a su hermano podría escalarlo. 

Empujó a su hermano contra unos arboles al dejar de ver por unos momentos a aquellos humanos. Misiones no reaccionaba, estaba tan perdido que los estímulos no parecían afectarle, bufó molesto, no era el momento maldición.

Comenzó a darle pequeños golpes en las mejillas para traerlo a la realidad, mientras que con su otra mano buscó su propio celular.

--Misiones por favor --Le puso el celular en una de sus manos al ver que este ya volvía de su shock-- Haz un esfuerzo y sube al árbol --Rogó con el corazón latiendo con mucha ferocidad. La preocupación parecía a punto de comerlo vivo, necesitaba asegurarse de que su hermano se encontrara bien, después vería si él podía salvarse-- Vamos, arriba --Anunció sin darle tiempo a su hermano a responder, ya empezaba a agacharse para facilitarle la subida.

Podía escuchar a esos bastardos acercarse, pero por suerte aun se encontraban algo lejos de ellos, y eso lo aliviaba. Empujó con más fuerza a Misiones para que pudiera llegar a una de las ramas más altas.

--Espera a que no haya nadie y empieza a llamar a los contactos Misiones --Le dijo cuidando su tono de voz. Aquellos militares estaban cerca-- No olvides que te quiero hermano --Fue lo último que pudo decir, con una triste sonrisa en su rostro, sabía que si todo salía bien, no lo vería pronto o quizá nunca más. Lo miró una última vez, deseando transmitirle confianza antes de irse corriendo, pero tratando de hacer todo el ruido posible. 

Él sería la distracción para que ignoraran donde se encontraba el menor. Podía sentirse cansado y apunto de desfallecer, puesto que, había estado corriendo desde hace varios minutos, quizá cerca de media hora. Pero el miedo que latía en su pecho combinado con preocupación de sus otros hermanos que tuvo que abandonar para proteger al menor, lo estaban consumiendo vivo.

Esas fuertes emociones que no daban tregua a su turbulenta mente estaban afectando seriamente su estado físico. Lo reconocía, quizá si fuera Chaco podría correr con mayor velocidad y no agitarse tanto como lo estaba él, siempre la había envidiado en ese sentido, ella sabía mantener sus emociones a raya, él era otra historia. Era muy pasional, siempre mostrando sus emociones y a veces dejándose influenciar por estas mismas.

Quizá por eso tenía ese instinto tan protector con su hermano menor. No podía verlo sufrir, no lo soportaría, y jamás se lo perdonaría si no pudo salvarlo cuando tuvo la oportunidad. 

Las lágrimas empezaron a caer de sus ojos, estaba aterrado, sus hermanos estaban con aquellos extraños sujetos mientras que al único que pudo ayudar estaba completamente solo sobre un árbol posiblemente teniendo un ataque de ansiedad o en completo estado de shock. Se sentía un inútil, pero a pesar de eso no dejaba de correr.