Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]

Capítulo treinta y cuatro

--¡HIJO DE PUTA! --Gritó enfadado el argentino al ver lo que estaba haciendo.

Argentina ardió en furia al ver lo que el australiano le estaba haciendo a su hijo, por lo que con total desespero comenzó a empujar la rectangular mesa del centro que lo separaba de Francia, Canadá y Australia y así provocar que la francesa por culpa del golpe soltara el arma.

El español aprovechó que la europea ya no tenía su arma amenazando con dispararle para lanzar su cuchillo en el hombro del australiano, el cual terminó por soltar a la provincia pero no quitó el cuchillo con el cual le destruyó el ojo izquierdo.

Los gritos no tardaron en hacerse notar cuando todas las provincias comenzar a luchar para liberarse de las cadenas y ayudar a su hermano que se encontraba en suelo agonizando por el metal incrustado en su rostro, con hilos de sangre empezando a descender.

El sudamericano con su cuerpo comenzó a hacer presión con la mesa para dejar atrapados contra la pared a Francia y Australia, quienes estaban su mirada, Misiones al estar en el suelo no era afectado por el choque del mueble, pero eso no quitaba que Formosa, quien estaba a su lado encadenada, no se viera afectada, de hecho parte del cuerpo de la formoseña era también golpeado contra la madera de la mesa, pero apenas era una pequeña parte de su pierna y su padre no enfocaba la fuerza justo en esa esquina, sino en la contraria.

Santa Fe que estaba al lado de Formosa se agachó para poder sacar a su hermano menor de debajo de la mesa, necesitaba sacarlo de ahí, además así también podía ayudar a su hermana a salir de donde la mesa la golpeaba.

Francia gritaba de dolor al sentir como su cuerpo era abruptamente aplastado entre la pared y la mesa, siendo su abdomen la parte más afecta, mientras que en el caso de Australia eran los testículos, por lo que le era difícil concentrarse en hacer fuerza para quitarse la mesa. Argentina estaba furioso por lo que le hicieron a su provincia, a pesar de no reconocerla o saber siquiera su nombre, sentía una especie de conexión con él, lo que hizo que notara que era su sangre.

Salta que estaba junto a Buenos Aires intentaba agarrar el arma que se encontraba en el suelo pero las patadas que le brindaba la francesa a su persona para evitar que tomara el arma de fuego le dificultaban todo.

El padre de Argentina tenía otro cuchillo en sus manos preparado para lanzarlo al inglés, cosa que logró darle justo en el abdomen, agradecía no haber perdido su buena puntería a pesar de los años, pero eso no quitaba que la tensión seguía estando. 

Los gritos se seguían dando y Canadá no estaba haciendo absolutamente nada para evitarlo, entre tanto escándalo nadie notaría como el canadiense soltaba de a poco las cadenas de las provincias para generar más discordia y bullicio, alguien tendría que llamar a la policía ante tanto ruido generado en la casa del representante de su país.

Dos disparos dejaron toda la habitación en completo silencio.

Dos cuerpos cayendo contra el suelo de forma seca lo rompieron.

Y el grito de Argentina fue todo lo que se escuchó mientras observaba con total enojo al estadounidense fue lo que las provincias y Canadá presenciaron.

España estaba boca abajo tendido en el suelo con sangre esparciéndose alrededor de su cabeza, Estados Unidos había disparado en el entrecejo del español para quitarse un problema de encima, Salta, la provincia que intentó tomar el arma que antes tenía la francesa en manos también recibió un disparo justo en la cabeza, dejando su cuerpo con sangre desbordante en el suelo.

Buenos Aires no podía estar llorando más, mientras que Santa Fe intentaba proteger a Misiones que seguía llorando con el cuchillo clavado en su ojo izquierdo, la sangre no dejaba de desbordar e incluso Argentina se atrevía a pensar que moriría desangrándose si esa herida no era tratada con total urgencia en un hospital.