Capítulo veintisiete

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15 de septiembre del 2023. 14:23 hs. Alemania.

El ambiente era incómodo en muchos niveles, frente a él se encontraba Rusia y Venezuela, ambos con total seriedad y claro, desconfianza absoluta por parte del ruso.

Lo comprendía totalmente, pero no podía exponerse como deseaba, sabía que Reino Unido se encontraba vigilando todos sus pasos, incluso se atrevería a decir que en realidad toda su casa era vigilada, no sabe si hay infiltrados dentro de sus soldados personales.

Se esperaba que esto terminara por ocurrir, sabía que al aceptar hacer los tratados podrían inculparlo, pero no se esperaba que lo visitaran de nuevo, se preguntaba para qué lo necesitarían en esta ocasión.

No es que le molestara la visita de los contrarios, pero no entendía el porque estaban allí frente a él, tan callados, del ruso quizás era de esperarse más por la cuestión de que él ya era de esa forma, callado, reservado, aunque para él la palabra timidez era la que definía mejor a Rusia, porque en cuanto entraba en confianza era alguien mucho más hablador y sensible, lo opuesto a lo que aparenta por culpa de las enseñanzas de URSS.

En el caso de Venezuela, a él lo conocía por un par de reuniones, nunca tuvo una conversación directa con él, pero por cuestiones de que a veces se le era complicado hablar con algunos latinos, eran muy efusivos y animados como su padre antes de su último gobierno de facto. 

Suspiró terminando de preparar las tazas de café, antes de que ellos llegaran se estaba preparando para recibir el comunicado de parte de sus tropas sobre el estado de las provincias y su ubicación, podía comprender que se tardaran en llamar, después de todo tenían a suficientes soldados de los cuales hacerse cargo.

Posiblemente España esté como él, ansiando esperar el comunicado de sus hombres y esperar escuchar a la voz de un Buenos Aires completamente furioso sobre la horrible experiencia que tuvieron que pasar y reclamando el porqué no los habían podido ayudar antes.

Sirvió las tres tazas humeantes de café para él y sus invitados, que claramente no se veían en lo absoluto felices, no podía imaginar el porqué, ya sabían que había ayudado a Reino Unido y a su familia, pero no entendía porque estaban ahora.

Ante el silencio sepulcral que comenzó a tomar forma en la espaciosa cocina, el alemán decidió tomar la palabra, no soportaba las penetrantes y afiladas miradas de sus visitas.

--Es stört mich nicht, dass sie in mein Gebiet kommen (No me molesta que vengan a mí territorio)-- Comenzó acomodando ligeramente sus anteojos sin perder su toque serio y tranquilo--Aber ich würde gerne den Grund für Ihren unerwarteten Besuch in meinem Gebiet erfahren (Pero me gustaría saber el porque de su inesperada visita a mi territorio) 

El americano bebió pequeños sorbos de su café, completamente ajeno a las palabras dichas por el alemán, caso contrario era el del ruso quien apretaba con fuerza la taza humeante de color celestino, sus facciones faciales estaban tensas al igual que todo su cuerpo.

--Мы знаем грязную правду Германии (Sabemos la sucia verdad Alemania) --Al fin habló Rusia, pero con el entrecejo fruncido y en un tono de voz grave, casi intimidante. Alemania decidió ignorarlo.

--Wenn es Ihnen nichts ausmacht, mir Ihren und Ihren Besuch in Venezuela zu erklären, möchte ich Sie bitten, ihre schlechte Laune aufzugeben (Si no te molesta explicarme a lo que refiere a tu visita y la tuya Venezuela, me gustaría pedirles que abandonen su malhumor) --Anuncio sin dejar su tono o su porte serio y calmado-- Oder wenn möglich mein Territorium (O mi territorio de ser posible)

Tenía una leve incomodidad sobre su visita, sabía que si Reino Unido se llegaba a enterar sobre esta tan repentina visita que tenía y si poseían información realmente importante sería mucho problema para él y las provincias, y eso era lo que menos deseaba.

Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora