Especial

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20 de julio del 2023

No se movía, no podía, pero podía sentir como su cuerpo dolía y cómo el sentimiento de asco lo invadía por completo. Se sentía una basura, una vil muñeca utilizada por fines completamente pervertidos y sádicos. 

Canadá había terminado de satisfacer sus necesidades sexuales con él, y eso lo llenaba de vergüenza y repudio, pero tampoco podía hacer algo contra ello, estaba agotado, su mente y cuerpo le exigían un descanso, que cerrara los ojos y durmiera unas horas, aunque bien sabía que eso era imposible.

Hace ya varias semanas dejó de pelear, ya no le importa cuantas veces corten y mutilen su cuerpo. No le importa las veces que ellos deseen tener un desahogo sexual con él, ya simplemente no le importaba siquiera morir en sus manos, sabía que nadie lo salvaría y que él no haría lo que ellos tanto aclamaban. 

No debían conocer la forma en la que un país terminaba creando un heredero, si ese conocimiento llegaba a su poder, podrían eliminar a sus enemigos con rapidez, y él era el único con ese conocimiento por ser quien presenció la creación de Alemania y Japón en persona. Él fue testigo de que no se necesitaba del representante en sí para crear un heredero, sino otra cosa. 

Con ese conocimiento sería fácil eliminar a los hermanos Corea, o a sus hijos Rusia y Alemania. Podía eliminar a China si así lo deseaba también,  a sus padres. No podía permitir que eso les pasara, ellos no tenían la culpa, no merecían ese final. 

Canadá se acercó a él con su ropa bien puesta y una sonrisa que le incomodaba. Él estaba desnudo, con sus grietas nuevamente abiertas, pero no por culpa del canadiense, sino por los juegos de USA.

--Souviens-toi chérie, ils cherchent à te tromper (Recuerda cariño, ellos buscan engañarte) --Siempre le murmuraba esas palabras cada vez que se veían, nunca lograba terminar de entender porque lo decía-- vous voyez l'amour (nos vemos amor) --Besó su mejilla-- Alors je viendrai guérir ton corps brisé (Después vendré a curar tu roto cuerpo) --Quería golpearlo, provocar que se alejara, pero no podía hacer nada, no podía evitar que besara sus labios mordiendo con fuerza hasta dejarle sangrando. Le ardía pero él no podía moverse.

Empezó a llorar al sentir la impotencia de no poder defenderse, de ser tan débil, pero sobretodo por ser él. 

Estas cosas no le ocurrirían si no hubiera temido por la vida de sus allegados, pero apenas podía mantener la calma por las veces en la que jugaban con su mente, habían amenazado a sus hijos, a sus padres y amigos, les mostraban filmaciones donde gente con un arma o un cuchillo les apuntaban mientras ellos dormían. 

En ocasiones no comía por pasarse de "listo" y ahí es cuando le tocaba estar con Australia y sus animales, entre él y USA no sabía a quién elegir para que lo torturara, USA sabía cómo hacerlo gritar y destruir todo a su ser en un par de hora, Australia por su parte, con la ayuda de sus exóticos animales y un par de cadenas podía hacerle desear la verdadera muerte, él en verdad podía provocar en él un deseo egoísta de traicionar a sus seres queridos.

Nunca vió a Nueva Zelanda, pero si había visto a Alemania y a España, no entendía porque ellos convivían con su enemigo, no lo comprendía, pero cuando los veía, a ambos hablar con Reino Unido sentía la furia invadirlo, el resentimiento de gritarles que lo ayudaran, que dejaran de traicionarlo pero nunca podía soltar palabra alguna. Cada vez eran más seguidos sus ataques de parálisis y a su vez, más duraderos. 

Cuando los observaba deseaba con todas sus fuerzas gritar como crear herederos para que los eliminara a ambos, pero cuando eso ocurría pensaba en sus amadas provincias, en su heredero, en Rusia y en Italia, recordaba a todos sus seres queridos para no caer ante las tentaciones que le generaban esos bastardos.

Entendía perfectamente que eso es lo que buscaban, tentarlo, obligarlo a guiarse por sus emociones para revelar todo, si tu propio padre y al niño que criaste como propio te apuñalan por la espalda, no queda mucho de lo que aferrarse. No quedaba nada por lo cual pelear, por eso siempre buscaba aferrarse a la imagen mental de la gente que amaba.

Buscaba aferrarse a algo para no caer por completo en la locura que sentía que lo envolvía constantemente por culpa de sus pensamientos rencorosos, de aquellas ideas de ver cómo podría torturarlos, de hacerlos pasar por lo que él pasó. 

Quería que sufrieran como él, que sintieran su piel quebrarse y que aquel líquido negro recorriera su rostro sin poder evitarlo. Que los golpearan hasta perder la consciencia y matarlos de hambre por días completos, con bajas temperaturas. Tratarlos como animales salvajes, lanzando las sobras, en el suelo. Con días donde no lo dejaban dormir, donde lo electrocutaban cada vez que cerraba por unos instantes los ojos. 

Deseaba ver a los seis de aquella manera, como deseaba verlos de esa manera, pero él sabía bien que eso jamás ocurriría, porque nadie que lo quería sabía que estaba vivo, y él sólo tendría que soportar hasta que su mente diga basta, hasta que él no pueda soportar siquiera el oxígeno el aire y desee la muerte para terminar su eterno sufrimiento.


Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora