Capítulo catorce

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8 de septiembre del 2023. 9:42 hs. Estados Unidos.

El ruido de ventanas rompiéndose, los gritos aterrados de algunos países y la voz de la ONU intentando pedir orden era todo lo que escuchaban.

La familia inglesa-francesa actuaba como si no esperaran dicho ataque, y Rusia sólo vigilaba que todos sus hermanos estuvieran bien. Llamando a cada uno para que se acercaran a él y así protegerlos. 

Italia sólo sostenía con fuerza el brazo de Portugal, quien estaba aterrado, la mujer no pensaba soltarlo y él sólo quería escapar, le provocaba más miedo la italiana que el ataque terrorista que estaban padeciendo en ese momento. Después de todo, el representante de un país podía morir de tres formas, y en ninguna de ellas se mencionaba a un humano, por lo que su terror estaba dirigido a la mujer a su lado. 

Mientras Rusia e Italia asemejaban una escena de completa sorpresa de lo que sucedía, Letonia y Lituania vigilaban callados el cómo Uruguay se acercaba callado hasta Venezuela, Perú y Misiones, Irlanda era otro que parecía sospechoso, porque estaba vigilando al peruano con mucha atención. A pesar de las ventanas que se rompían cerca de él, no perdía de vista al latino.

 Era algo demasiado claro a sus ojos, Irlanda sospechaba de algo, y Letonia averiguaría más tarde lo que ocurría realmente. 

Venezuela sólo intentaba que Perú dejara de llorar, estaba aterrado, los disparos, los gritos, todo lo estaba asustando, quería volver a su país, quería estar en un lugar seguro lejos de todo lo que pudiera dañarlo.

Misiones por su parte, buscaba ocultarse para que no lo vieran, sabía que estaban por él. Debía recordar darle la razón a Rusia más tarde. Claro, si lograba salvarse, si no tendría que esperar.

Podía ver entre los países que corrían para refugiarse en algún sitio a Uruguay siguiendo sus pasos, no iba a sorprenderse, ahora creía de sobremanera lo que ocurría, pero si se sorprendía de ver a España y Alemania sospechosamente cerca de él.

No quería creer cosas erróneas, después de todo, muchos países ahora estaban corriendo o buscando un refugio para salvarse del ataque terrorista en el que se encontraban, esos ataques podían traer como consecuencia un secuestro, que casualmente podía estar dirigido a él.

Tenía que actuar como cualquiera, y fingir demencia. No al punto de Portugal claro esta, que parecía a punto de un colapso de terror que sentía, tampoco podía culparlo, estaba al lado de una mujer que buscaba venganza por sus nietos.

Venezuela seguía protegiendo a Perú. Tratando de calmarle la crisis de ansiedad que estaba padeciendo, lo comprendía completamente, aunque le sorprendía el hecho de que nadie sospechara nada de lo que ocurría, tampoco iba a ponerse a gritar que las formas de actuar de ambos eran muy opuestas a lo que debía ser realmente, no podía echar por la borda su perfecto plan. 

Alguien lo atrapó entre brazos y le cubrió los ojos.

--Be careful with them please (Ten cuidado con ellos por favor) --Le pidió alguien antes de soltarlo e irse con rapidez. 

Puede jurar que se dió vuelta tan rápido como pudo, pero entre tantos países corriendo por todos los lados, no pudo ver quien era. Tampoco reconocer el acento, los gritos apenas lo dejaron escuchar lo que le dijo.

Alguien le estaba advirtiendo algo, pero ¿de quién debía tener cuidado? No lo entendía.

Entonces él cayó al suelo. El golpe lo obligó a morderse el labio para no soltar un quejido por culpa del dolor. Entonces sintió algo apoyar contra su espalda. Un arma.

--You move and I shoot you (Te mueves y te disparo) --Amenazó el sujeto, tenía un acento italiano muy marcado, y no le sorprendía, podía suponer que querrían inculparlos a Rusia e Italia. Agradeció completamente que junto a Venezuela convencieran a Rusia y a Italia de llevar soldados para evitar este momento.

Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora