15 de febrero del 2024. 10:30 hs. República Alemana de América.
Observaba al europeo detrás del cristal recibiendo su tortura matutina, tenía una mate entre sus manos, el mismo mate del que Argentina era dueño antes de claramente fallecer, era un recordatorio sobre el porqué invertía bastante en esta prisión.
Después de la oficial muerte de Argentina, ninguno de la familia anglo-francesa pudo salvarse de la ley, ONU había sido asesinado y reemplazado por una nueva organización mundial, también quitaron el derecho a veto de los representantes, para así, evitar volver a caer en este tipo de trampas y engaños.
Como tal, se realizó un referéndum para decidir qué hacer con ellos, al final decidieron ceder la soberanía de la decisión a Alemania, ya que él era el que estaba a cargo de cuidar a las provincias, dado que él, era su representante legal ahora y como tal, la custodia estaba con él, y claro, había decidido crear una prisión, en el territorio de Tierra de Fuego, para que así, estuvieran los más alejados de sus territorios, además de que le serviría de mucho a la hora de debilitarlos.
Al obtener soberanía sobre los cuerpos de los cinco, comenzó a utilizar sus nuevos recursos para torturarlos, quería verlos agonizar, que sufrieran lo mismo que Argentina sintió, quería hacerles desear su propia muerte, que queden arruinados, lo necesitaba. Necesitaba verlos en el suelo rogando por piedad mientras se fragmentaban en mil pedazos. No le importaba absolutamente nada más que la venganza.
Cuidaba de las provincias, sus estados federales y administrativos. Los administraba y hacía sus trabajos correspondientes como siempre, aunque eso no quitara que a veces, se quedaba observando las torturas que les hacían, le encantaba escucharlos gritar desesperado porque pararan.
Así como ahora.
--Stop! STOP PLEASE! --Pidió entre gritos el británico sintiendo como sus grietas eran abiertas con tal brutalidad con las pinzas metálicas, Rusia tenía una pequeña sonrisa cargada de satisfacción al ver el líquido negro brotar sin limitación alguna.
Las gruesas lágrimas del europeo le daban y generaban satisfacción, agarró el pequeño bisturí que tenía sobre la mesita al lado de la silla donde estaba esposado el mayor.
Lo tomó entre sus dedos azulados, y a la punta empezó a pasarla con extremado cuidado, pero siempre haciendo que se note que el bisturí estaba ahí, presente.
--Te mereces esto y más --Mencionó, comenzando a pasar el pequeño utensilio médico cerca de las grietas abiertas-- Porque Argentina no te había hecho nada, él no quería más problemas --Su tono de voz era cada vez más grave, el bisturí llegó hasta el inicio de una grieta, justo sobre donde empezaba el ojo y terminaba cerca de la comisura del labio izquierdo-- Y tú me arrebataste a quien más amaba --Dijo ahora con furia, clavando el bisturí en la herida.
El británico comenzó a gritar adolorido, pero eso no impidió que el ruso continuara haciendo fuerza para pasar el aparato médico por toda la grieta, agravando más la herida, provocando que comenzara a salir más líquido negro.
El dolor que experimentaba Reino Unido era inmensurable, el sentir el filo del pequeño objeto sobre su sensible herida, le daba dolor e incomodidad, quería apartar su rostro, pero el collarín que tenía sobre su cuello evitaba cualquier tipo de lucha que podría llegar a dar.
Estaba tan enfurecido con todo, culpaba a los malditos humanos que no supieron secuestrar correctamente a las provincias, porque de haberlo hecho bien Rusia, Italia, Perú y Venezuela no hubieran podido reaccionar, también culpaba a Alemania y a España por haberlo engañado.
Podía sentir aquel líquido negro escurrir por su mejilla, sintiendo el ardor de que se abriera aún peor aquella herida.
Sus lágrimas seguían cayendo sin parar, y sus gritos eran cada vez más fuertes y adoloridos, estaba sufriendo.
Pero de repente sintió como el bisturí era removido de su grieta, la sonrisa de Rusia le inquietaba, sentía que podría estar ocultando algo, pero no podía pensar en qué precisamente, el ardor de la herida no le dejaba pensar con claridad, no al menos como le gustaría, pensando en alguna forma de escapar de aquel lugar.
--Stop --Pidió entre sollozos-- Just, stop, please --Continuó entre hipidos, quería descansar, su cuerpo parecía colapsar en cualquier momento, el ardor de cabeza era insoportable, al igual que la palpable herida realizada en su grieta.
El líquido negro estaba volviendo todo más asqueroso, y él no podía hacer nada para evitarlo.
Rusia elevó su vista hacia la pared donde había un vidrio espía grande, justo donde estaba Alemania observando, tomando aquel mate amargo recordando a su padre, presenciando de forma nítida la tortura que le correspondía al representante que arruinó un montón de vida más por su mero egoísmo, que, por mala fortuna, casi lograba completar.
Porque según palabras de España, Argentina había estado decidido a entregarle la fórmula para crear herederos a cambio de la muerte, al final se la terminó por obsequiar sin pedir aquella información que tanto deseó.
El alemán se inclinó para presionar el pequeño botón negro del gran tablero frente a él, encendiendo una luz amarilla en el cuarto, dando a entender que le darían un descanso, no deseaba matarlo, quería que sufriera tanto como Argentina, e incluso más.
Porque a diferencia suya, él tenía todo a su favor, el respaldo de los países, de la NOMNU, de sus pueblos, a él no lo harían nada porque le cedieron el derecho a hacer lo que quisiera con ellos.
Él es su nuevo dueño. Y nadie podía quitarle aquel poder hasta que se cumpliera la condena, que equivalía a cincuenta y tres años. Más que suficiente para hacerles desear la muerte y un buen tiempo.
Rusia se alejó de la mesa con una sonrisa, para acercarse hasta la silla del británico, el cual seguía llorando, con pequeños hipidos y el miedo calando entre sus huesos. Los ojos fríos del euroasiático daban miedo, pero no podía hacer nada para alejarse, el collarín y las esposas en sus manos y cuello lo evitaban, sólo tuvo que quedarse viendo como aquel imponente hombre se acercaba a él de manera intimidante.
--Esto no termina aquí, Reino Unido --Le recordó mientras se alejaba de su rostro, comenzando a sacarse los guantes cargados de aquel líquido negro y sangre.
Estaba asustado, temeroso, y aún le quedaban varios años para que aquella pesadilla terminara.
[F I N]
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Little Argie~ [C.H] [Terminada] [Editando]
FanfictionEl veintitrés de agosto es un día triste para muchos países, sobre todo para el pueblo argentino. Es el día donde conmemoran la muerte de un amigo cercano y un gran representante, pero que además, es recordada como la fecha más extraña de todas.