Capítulo 5

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Nunca habría llegado a la conclusión que Irene y Yago son hermanos.

Es que si los vieran... No se parecen en nada, nada de nada; y pensar que son mellizos. ¡Ja!

Ella es una delicada princesita y él... Él tiene un aspecto salvaje con su cabello alborotado, una pequeña curvatura en la nariz —casi imperceptible, tienes que ver detalladamente su rostro para lograr verlo, así como lo estaba haciendo yo—, y su traje rockero casi gótico, sin mencionar el minúsculo arete en su oreja derecha.

No fue difícil asociar su falso noviazgo. En todo caso, de no haber escuchado la palabra "amor", hubiese creído que Irene y Joaquín son hermanos. Ambos bien vestidos y bien cuidados.

Yago se pasó diciendo lo increíble que fue habernos conocido brevemente en Lima, y ahora resulta que soy la hermana de Joaquín. Sí, para mí también es increíble. Con más razón puedo decir que el mundo es pequeño, o Perú es pequeño, o tal vez Lima. Y ahora estoy en una ciudad tres veces más pequeña que Lima... ¿¡Qué sorpresas tendré!?

Me contaron también que los tres estudiaron juntos en el mismo colegio donde estudia Mimí. Es decir, se conocen de toda la vida. ¿Irene y Joaquín son novios de toda la vida? ¡Guau!

Son los tres inseparables que decidieron ir a juntos a la misma universidad. Y bien contó Irene que, si en el siguiente examen de admisión en marzo no lograban ingresar a la nacional, sus padres los matricularían en una privada, porque esa fue la idea desde un comienzo; salvo Joaquín, él estaba decidido a ingresar a la nacional —esa es su meta a corto plazo—.

Papá fue al trabajo, la señora Tania fue a una reunión de padres en la escuela de mi hermana, los tres postulantes se fueron a estudiar, y Mimí y yo fuimos a la habitación.

—¿No te parece súper chévere Yago? —dijo entusiasmada.

—Ah, sí —conteste dudosa. Aún no lo conocía bien, pero parecía ser alguien divertido, y por el recibimiento que Mimí le dio supongo que lo es. Aunque recordé que no fue lo mismo con su hermana—. ¿Irene no lo es? —pregunté.

Mientras ella sacaba sus cuadernos de la mochila, se detuvo a pensar.

—No es pesada, pero pasa mucho tiempo con mi hermano.

Sonreí por su comentario. Se notaba que lo adoraba, y él también la adoraba. Era imposible no adorar a Mimí...

Me senté en la cama y saqué mi celular del bolsillo que no dejaba de vibrar.

Un mensaje de Patty en el WhatsApp.

¿Ya tienes tiempo? :(

¿Te gustó alguna universidad?

Sí, eso parece. ;)

Tengo fotos para ti.

Le mandé las fotos recientes que había sacado de la universidad.

✓✓

Se estaría tomando su tiempo para verlas. Así que volví mi vista a la adolescente más tierna que he conocido jamás. Estaba concentrada en su laptop rosa, y una sonrisa dibujada en sus mejillas regordetas.

—Jas, ¿tienes Facebook? —Levantó la mirada hacia mí.

—Claro.

Me pasé a su cama. Puso la laptop en mis piernas y presionó el buscador para buscarme a mí.

Yo tecleé: Jasmine Collantes.

—¿Te apellidas Collantes? —preguntó abriendo bien sus ojitos.

—Ajá.

CUIDADO CON ESE AMOR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora