✵Por ella Otra vez✵[Marichat / Lukanette]

✵17✵

⸙Adrien⸙

No quería apartarme de sus labios, era mágico tenerla otra vez a mi lado, degustando sus besos a pesar de recibir migajas de su amor.

Porqué sabía que ella aún no me amaba como lo hará en el futuro, pero también sabía que me quería lo suficiente como para dejarse llevar por mi.

—Chat— susurró extasiada de tantos pequeños besos.

Así como en mi, algo también despertaba en ella, provocando que quisiera que nuestros besos fuesen más profundos, pero no podía entrometer mi lengua en su boca porque eso iba más allá de la ternura de nuestros primeros íntimos acercamientos.

«Vaya romántico que eres, Adrien »

—Chat ¿Por qué me haces esto? — Preguntó a centímetros de mi boca y aun mantenía los ojos cerrados —. Respeta a tu esposa.

Permanecí estático, ya sin ánimos de volver a tomarla para mí, porque a pesar de ser ella mi esposa, para Marinette yo era un hombre ocupado.

Marinette tenía razón, a pesar de que la seguía honrando se me hacía tan difícil mantenerme alejado de mi propia esposa. Entonces, me tente a contarle la verdad, si al final de todo, ella lo iba a olvidar.

Pero, teníamos el detalle de que Reset no había dado señales de permanencia en este tiempo, tanto así que yo me estaba a costumbrando a tener una nueva vida aquí.

«Y si nunca encontramos a Reset» pensé.
Aún así le dije:

—Te explicaré eso después, te contaré el por qué te besé, princesa. Pero por ahora tú mamá espera.

Empezaba a plantearme la idea descabellada de hablar con él maestro Fu sobre esto, si me daba su aprobación en contarle a ella todo, para ya no tener más secretos que formaban una gran brecha entre nosotros y entorpecian nuestros objetivos a punta de malos entendidos.

—Sí — bajó la mirada incrédula.

Seguramente pensaba que yo estaba esquivando la situación para no tener que darle explicaciones. Pero no importaba porque esperaba resolver este asunto más temprano que tarde.

Nos separamos definitivamente y tomamos las cosas para emprender el recorrido hacia el hospital. Bajamos las escaleras en silencio y nuestros kwamis se habían unido a nosotros.

—Entonces... — ella habló y se detuvo como si dudara o pensara mejor en lo que estaba por decirme —. No me dirás tu nombre real, ¿No?

—Puedes llamarme felix, ya me estaba acostumbrado, pero en la intimidad llamame Chat Noir— levanté una ceja acogiéndome a mis fáciles coqueteo y ella se sonrojo, sin embargo, negó rápidamente como si se negara a caer en mis encantos.

—Hablo en serio, aún así no debimos haber hecho lo que hicimos.

Ella no me miraba, acarició sus labios e imaginé que en su mente evocaba los besos previos. Entonces estuve a nada de prometerle que pronto ya no tendríamos secretos, pero el tiembre sonó y Marinette abrió la puerta.

Allí nos encontramos con Luka, se lo veía bastante agitado y la preocupación era lo más notable en su rostro, pero solo por unos segundos, porque al darse cuenta de mi presencia mantuvo su mirada fija sobre mí que permanecía detrás de Marinette.

—Luka, lo siento, tengo que ir a ver a mi papá — mi bella le informó, entonces el músico pasó su mirada hacia ella y sus rasgos se suavizaron inmediatamente y los míos se endurecieron, obvio.

—Lo sé, Alya me llamó para que te acompañe por si necesitas algo, pero...

No dijo nada más y levantó sus ojos para escrutarme otra vez, hasta que Marinette entendió lo que sucedía.