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Luzu miraba como todo se había salido de control, ¡Solo fue por algo de hielo!

—¡Por eso esperaba con la carita empapada!

—¡Que llegarás con rosas!

—¡Con mil rosas para mí!

Auron, Mangel y Alexby lloraban desconsoladamente abrazados a la bocina mientras bebían cerveza.

—¡Regresala! ¡Regresala!— el de la gorra le arrebató el móvil al del mechón para regresar la canción y llorar con más sentimiento. —¡Alexa! ¡Alexa!— cayó del sillón y comenzó a girar hasta quedar boca abajo sollozando sin control.

—¿Quieres ver un truco de magia?— Lolito asintió emocionado mirando las manos de su amigo el búho. —Presta atención Lolo. No tengo nada, ¿Ves?— dejó su cerveza en la pequeña mesa del centro y extendió sus manos al pelinaranja.

—Si, lo veo.— Fargan comenzó a mover las manos de una manera que distraía al ojiverde pero pronto dejó una cachetada en la cara de Lolito. —¡Eh, cabrón!— el pájaro comenzó a reír levantándose antes de que el mayor reaccionara y le devolviera el golpe. —Ven aquí hijo de puta.— Lolito se levantó y cayó al suelo golpeándose la cara, causando que Fargan riera con más fuerza.

—¿En qué momento pasó?— Luzu miró a Willy que parecía ser el único que no había bebido de más y podía responder.

—Auron sacó algo de vino.— el albino sonrió mirando las botellas vacías que se esparcían por la zona.

Por otro lado un tintado se había alejado de sus amigos y miraba la luna pensando el cierta chica rubia de mejillas rosadas. No podía dejar de pensar en ella y cada que lo hacía su cuerpo sufría de un escalofrío. ¿Era momento para darse otra oportunidad?

—Rubiuh.— giró la cabeza notando que Mangel se acercaba tambaleándose e intentado mantener el equilibrio.

—¿Crees que es momento para enamorarse?— soltó volviendo a mirar la luna que brillaba con más ganas que nunca. —Nieves me hace sentir bien, me gusta estar con ella, me siento vivo cuando estoy con ella— tomó su móvil preparado para llamarla pero su fondo de pantalla lo hizo parar y sonreír hasta sonrojarse. Nieves realmente se veía bella aquel día de picnic.

—No llames, no.— Mangel se tiró encima suyo quitándole el móvil y guardandolo en su bolsillo. —Vamos allá.— se levantó arrastrando a su amigo por el césped, Mangel si que estaba mamado.

—¡Auron, para!, ¡Willy, ponle la camiseta a Alex!— en cualquier momento su cabeza iba a explotar al ver a todos los chicos corriendo y gritando. Pronto vio a Mangel jalando a Rubius por toda la tierra. —Mangel ¿Qué haces?— el mencionado giró y se encogió de hombros.

—Vamos con Nieves.— todos los chicos prestaron atención a Mangel dejando de hacer sus estupideces.

—¡Vamos con Nieves!— repitió Lolito, pronto todos se estaban levantando y sacudiendo su ropa para emprender camino a la casa de la chica rubia.

—¡No se pueden ir! ¡Van borrachos!— el cuerpo de Luzu no podía con tanto estrés pero aún así tomo su arco y partió detrás para cubrirles las espaldas.

—¡Para, para, paradais!— cantaron Alex y Rubius abrazándose por los hombros recibiendo una mirada de desaprobación por parte de Willy.

Unos minutos transcurrieron con Luzu tirando flechas a todos lados atacando a los enemigos que se les acercaban ¿Por qué los guardias no hacian su trabajo?. Fargan y Mangel habían vomitado más de una vez pero seguían llenando su cuerpo con vino que era otorgado por parte de Auron, por otro lado Willy solo reía por todas las idioteces que decían sus amigos, Alex había quedado un poco atrás al intentar arrestar un árbol y unos tulipanes que lo "habían mirado mal", y los demás seguían su camino decididos a dejar al tintado en la puerta de Nieves.

—¿Qué hago?— Mangel se acercó y sonrió en grande.

—Vas y la besas.

—Tomé mucha cerveza, a ella no le gusta la cerveza.— al instante todos comenzaron a rebuscar en sus bolsillos intentando encontrar algo que le diera buen aliento a su amigo.

—De mi cosecha.— Auron sonrió y dejó una chuleta en las manos de su amigo.

Y eso fue suficiente para que todos comenzarán a dejar comida para Rubius. Alex dejó unas papas fritas, Luzu algunas zanahorias, Mangel algo de licor ruso y Fargan patatas; sonrió y comió un poco de todo esperando algunos minutos para que hiciera efecto.

—¡Música!— gritó Lolito entre arcadas mientras Willy sostenía su cabello evitando que lo manchara de vómito.

—Sí, música.— apoyó Auron siendo cargado de la cintura por Luzu.

Todos asintieron y Alex sacó la bocina que habían traído de casa de Luzu, todos empezaron a pelear sobre cuál canción poner aunque a Rubius le daba igual así que comenzó a caminar decidido a la entrada de la casa.

—Ya no tiene excusa, hoy salió con su amiga.— el tintado giró fulminando con la mirada a sus amigos que sonreían emocionados con los pulgares levantados.

Volvió a girar encontrándose con la rubia en la puerta.

—Oh, hola Nieves.— sonrió coqueto recargandose en su pierna derecha.

—Osito.— susurró nerviosa mirando al chico. —¿Qué hacer aquí?— caminó un poco cerrando la puerta a sus espaldas.

—Viene a hacer algo.— el ojiverde se acercó peligrosamente pero antes de que pudiera besarla una voz habló desde dentro. Todos los chicos oyeron así que pararon la música. —¿Quién es?— antes de que la ojiazul pudiera responder un chico castaño salió de la casa.

cherry wine ∆ rubegetta ∆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora