ᴍᴇᴍᴏʀɪᴀ ᴜɴᴏ: ᴘʀᴏʟᴏɢᴏ

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Seokjin respira

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Seokjin respira.

Se sienta en la cama y espera a que él venga. Es pasada la media noche, y sabe que las demás personas que habitan este departamento, aparte de ellos dos; están profundamente dormidas. Ellos siempre permanecen despiertos más tiempo del que desearían. Seokjin sabe que no debería ser así, sin embargo, la vida es una perra. Y hay tantas cosas qué hacer por el día.

Práctica y práctica, miles de pasos de baile que con el tiempo sólo suben en nivel de dificultad y tener que memorizarlos uno tras otro, sintiéndose incapaz, pero al final siempre logra hacerlo. Canciones con notas altas que cuando comenzaron como Bangtan no pudiera haberlas cantado, pero todo realizado gracias a la práctica constante, es lo que lo hace casi perfecto, aunque en su cabeza no sea el mejor miembro de la banda, de alguna manera u otra, ha logrado ganarse a los fans, y no sólo por su título de visual.

No hay que malinterpretar al hombre, el ama lo que hace, ¡le encanta!, no fue en lo primero que pensó cuando decidió que quería ser actor, pero está tan cerca de lograrlo. Le gusta la fama, la atención, poder hacer algo que algunos otros no podrían sólo por el hecho de pertenecer a la biggest boyband in the world, o como sea que los llamen en estos momentos. Realmente es un sueño hecho realidad.

Pero para este pobre hombre enamorado, desearía aparte de tener todo lo bello de esta vida, poder abrazar a la persona que ama, y que el otro no tema a dejar que lo haga.

A veces piensa que es una pesadilla más que una fantasía. Recuerda el momento en el que supo que se encontraba jodido. La memoria de ese recuerdo lo hace reír, en ocasiones llorar, y alguna que otra vez se dice a sí mismo; "maldición, debí haberlo visto venir".

Es estúpido, pero se da cuenta cómo algunas veces esas horribles canciones de amor y cursis romcoms tienen razón. Por eso se ha dado por vencido, ha dejado de tratar de entender las cosas, ha dejado de pensar que esto no funcionaría, no cómo las cosas están en este momento, sería algo pasajero, algo de lo que ambos se cansarían. Pero después de algunos años, sigue siendo lo mismo.

Las cosas que el otro le hace sentir, los pensamientos que ha tenido, las decisiones que ha tomado, ni siquiera todo Bangtan, el staff y la compañía juntos, podrían entenderlo, eso es lo que piensa.

Hay un silencio ensordecedor.

Se pregunta si vendrá o no. Se lo pregunta cada noche, incluso en ocasiones desearía que el otro hombre no viniera, que cayera dormido en su propia cama. Quiere estar decepcionado en vez de enojado consigo mismo por ser un cobarde.

La ansiedad quiere matarlo algunas noches.

Desde que comenzaron este ritual, de visitas pasada la media noche, sólo ha habido un par de ocasiones; máximo tres en la que alguno de los dos no ha podido llegar. La primera vez que sucedió, se puso como loco, la segunda ocasión; lo entendió de alguna manera, la tercera quizá uno de los dos dijo un simple "está bien".

Hay un ligero golpe en la puerta. Su habitación está completamente oscura y no importa porque, incluso sin poder ver a su amante, puede sentirlo. El dulce aroma de su champú favorito enciende su sed por el hombre parado frente a él. Quiere suplicarle que sólo se meta en la cama con él.

-Hyung..- el hombre con ojos somnolientos y piernas cansadas dice.

Seokjin grita internamente, está exhausto y convencido de que el hombre que se encuentra ahí será su muerte.

-Hobi- suena lamentable. -Ven aquí- suena desesperado.

Las sábanas se mueven y sus manos intentan alcanzarse. Hoseok es tranquilo cuando están juntos, su ternura hace que el mayor se enamore de nuevo. Toca la piel de su amante y todo dentro de él está ardiendo. Seokjin piensa para sí mismo "Dios, tengo tantas ganas de cogerte, realmente destrozarte". Pero cuando mira a Hoseok subiendo a la cama y sentándose a horcajadas sobre su regazo, tomando su rostro en sus delicadas manos, tiene palabras de amor más que de lujuria y Seokjin está de acuerdo con eso. Siempre está de acuerdo con lo que Hoseok le susurra al oído, promesas vacías o mentiras convincentes. Está bien, aunque solo sea para él poder tenerlo así, uno frente al otro con sonrisas cansadas y labios resecos.

Besa la sien de Hoseok y espera a que el menor guie sus manos desde el pecho hasta su cintura, cuando llega a las piernas de Hoseok las toma con fuerza, dejando la piel allí rosada. Por último, Hoseok las apoya en sus caderas, y en silencio le pide a Seokjin que lo bese y el mayor siempre está cumpliendo. Seokjin está desesperado pero sabe que a su hombre le gustan demasiado el foreplay.

-Te amo ...-, dice él, y la intensidad en sus palabras duele tanto que su estómago sigue revolviéndose y sus pensamientos volcándose.

Hoseok le dice que también lo ama.

A veces, Seokjin le cree de inmediato y otras veces sus palabras permanecen en su cabeza por el resto de la semana dejándolo incapaz de dormir.

Cuando ambos están desnudos y Seokjin empuja dentro de Hoseok lo suficientemente profundo como para hacerlo gemir, incluso que el otro hombre tiene que ahogar un grito en la almohada para que nadie los escuche, Seokjin es el hombre más feliz del mundo y el más maldecido al mismo tiempo.

¿Qué clase de vida es esta de todos modos?

Escabulléndose detrás de los reflectores, bromeando juntos frente a la cámara, actuando como si no le molestará cuando hay demasiado skinship entre Hoseok y algún otro miembro de la banda.

¡A la mierda con eso! dice de vez en cuando, porque él es quien tiene a Hoseok en la cama, en todo su esplendor, sólo para él, para cogérselo y metérselo tan adentro, y eso, eso no tiene precio.

Cuando terminan de hacer el amor, vienen las risas silenciosas. Se dicen palabras dulces, elogios y cumplidos. Seokjin le cuenta uno o dos chistes desagradables y a Hoseok le resulta imposible callarse para no despertar a nadie. Seokjin nunca se cansa de resaltar todas las cosas perfectas que Hoseok hace, él otro se sonroja y lo calla con sus labios. Sus manos se entrelazan y sus ojos se encuentran bajo las sombras que se proyectan desde fuera de la ventana.

-Te veré en la mañana- el menor dice finalmente, saliendo de la cama como si fuera un cadáver.

-Dulces sueños- Seokjin responde, cobijándose nuevamente entre las sabanas.

El mayor queda destrozado y volviéndose loco por dentro. Aun así se contiene, casi a punto de las lágrimas, preguntándose a sí mismo cuándo acabará esto.

Es consciente de que está locamente enamorado de Hoseok.

*Qué nervios. Espero les guste. Voten please.

ᴀʀʀᴜʟʟᴏ ᴅᴇ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀꜱ [2ꜱᴇᴏᴋ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora