Cuentos de una Princesa y su Gato

Día 16: No molestar

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Marichat May 2020

Día 16

No molestar

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Para los padres de Marinette, que su hija colgara un cartelito de "No Molestar" en la puerta de su trampilla, significaba que ella se encontraba en pleno proceso creativo. Como ellos también eran profesionales creativos, pero en el ámbito gastronómico, no lo encontraban extraño ni se molestaban por aquella actitud. Desde que Marinette había demostrado interés y habilidades para el diseño, ellos se habían asegurado de que no le faltara nada para que pudiera desarrollar su don con facilidad. Ya sea desde una máquina de coser, hasta un buen computador y una tableta digitalizadora.

Su hija podía ser lo que ella quisiera ser en el futuro y ellos la iban a apoyar, sobre todo porque Tom era de esos padres orgullosos de los dones de sus hijos y siempre que podía fanfarroneaba de su talentosa Marinette.

Cuando Marinette fue tomando más edad e inclinando sus intereses hacia el diseño de modas, era normal que estuviera cosiendo o cortando telas hasta altas horas de la madrugada. ¡Así era la creatividad! Llegaba cuando menos lo esperabas.

Pero, cuando la joven cumplió quince años, empezó a colgar el cartel de "No Molestar" más seguido. Aunque sus padres creían que era porque estaba trabajando en algún diseño y necesitaba concentrarse, la verdad era algo distinta. En su cama, mientras Marinette dibujaba o diseñaba un nuevo atuendo, el héroe de Paris descansaba de su agitada vida.

Poco le sorprendía que el joven héroe la saludara y tardara soólo segundos en caer profundamente dormido mientras abrazaba a su almohada. Ella solo lo miraba dormir con una sonrisa y seguía con sus cosas.

Acostumbraba dejarlo dormir exactamente una hora y media, luego de eso, lo despertaba con algo de comer. Chat Noir simplemente agradecía y se retiraba del lugar.

Primero era una vez al mes, luego se volvió una vez por semana y ahora lo tenía en su habitación durmiendo día por medio. Si era honesta con ella misma, la presencia casi diaria del héroe la tenía bastante intrigada.

—¿Qué crees que le suceda? —le preguntó a Tikki, curiosa por la situación, porque el muchacho ni siquiera hablaba, ni le daba el tiempo de sacarle algo de información, él solo sonreía y se iba.

—Cada vez viene más seguido —le comentó Tikki, preocupada de que sea descubierta en algún momento. —¿Crees que sepa que eres Ladybug? —preguntó.

—Solo viene a dormir, y ya comprobamos que realmente lo hace —comentó Marinette, cruzándose de brazos— ¿Y si es la almohada? —dijo de repente—. Toca mi almohada y se queda completamente dormido.

—¿Y si le haces una? —le sugirió Tikki con una sonrisa. Marinette frunció el ceño, viendo si tenía los materiales para hacer una. Tras confirmar que, efectivamente, tenía todo lo necesario, se sentó frente a su máquina a trabajar.

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Cuando Chat Noir volvió a la casa de Marinette, ésta lo esperaba sentada en su cama, por lo que no pudo echarse a dormir.

—¿Ya no me dejarás dormir aquí? —preguntó, con sus labios fruncidos en un puchero.

—No es eso —le aseguró, aunque consideró salirle con el discurso sobre que un chico durmiendo en su habitación no era muy bien visto, decidió simplemente darle el cojín. Este era negro, con detalles en verde neón y bastante suave a la vista.

—¿Es para mí? —preguntó, sorprendido.

—Quizás con esta almohada puedas dormir plácidamente en tu cama y sin necesidad de recorrer, vaya a saber cuántos kilómetros, para venir a dormir a la mía.

—¡Gracias! —dijo el superhéroe muy emocionado, acercándose a su amiga para darle un beso en la mejilla—. No tienes idea de cuánto te adoro en estos momentos, Marinette —le confesó, antes de acomodarse e irse de la habitación de la chica, con el cojín en mano.

—¿Qué fue eso? —le pregunto la chica confundida a su Kwami, Tikki solo se río ante la cara de estupefacción de su portadora.

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Cuando Chat Noir dejó de ir a dormir a su habitación, Marinette empezó a extrañar su presencia. Esa rutina de levantar su mirada hacia su cama y ver la cara relajada de su compañero, su compañía, la hacía sentir menos sola.

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Cuando se cumplió un mes de que las visitas dejaron de suceder, el superhéroe volvió a aparecer en la habitación de Marinette.

—¿Siempre entras sin preguntar? —protestó la chica, pero el héroe solo sonrió y le pidió que se acercara. Desconfiada, se acercó a su cama, pero fue tomada sorpresivamente por la mano del muchacho. Con ella envuelta en sus brazos, Chat Noir acostó a ambos sobre la cama— ¿Chat?

—Tu cojín era perfecto, podía dormir con él en mi cama, pero... sentía que algo faltaba.

—¿La comida al despertar? —preguntó con un tono de diversión en su voz. Aquello solo hizo que Chat Noir sonriera y hundiera su nariz entre los cabellos de Marinette.

—Tu aroma —respondió—. Se perdió cuando lavaron la funda de mi almohada sin permiso; fue difícil volver a dormir, así que vine a comprobar si era tu aroma la razón de mi descanso.

—¿Y lo es?

—Mmm —emitiendo un sonido como respuesta, el chico comenzó a adormilarse, manteniendo a Marinette en sus brazos. Al escucharlo más callado, la chica se separó un poco y observó que, efectivamente, se había quedado dormido.

—Eres como un gato... —dijo, tocándole suavemente la punta de la nariz. Aún dormido, el joven frunció la nariz haciendo que Marinette sonriera.

—Tikki —susurró y su Kwami apareció detrás de Chat— ¿Puedes poner el letrero de "No molestar" en la entrada de mi habitación? Por favor.

—¿Qué harás?

—Tomar una siesta —le indicó, para luego, volver a acomodarse junto a su compañero, quien rápidamente volvió a envolverla en sus brazos.

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El Rinconcito de la que escribe:

¿Les dije que este capitulo era algo muy soft, te deja tibiecito el corazón, ideal para irse a dormir abrazando a alguien o a la almohada... Todo vale xD

Cuando estaba pensando que hacer para esta palabra, soñé con esta escena. Marinette trabajando en su escritorio y viendo como Chat dormía en su cama... Fue como... ¡Tengo que escribir sobre esto!

¡Espero que les haya gustado!

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Palabras: 965

Día 17: Balcón

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¡Muchas gracias por leer!

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16 de Mayo 2020