Cuentos de una Princesa y su Gato

Día 23: Sonrojos

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Marichat May 2020

Día 23

Sonrojos

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Ladybug se acercaba con rapidez hacia su residencia. Se le había pasado la hora en la patrulla por andar de tórtolos con Chat Noir y debía llegar a tiempo para dormir, pero cuando estaba a punto de acercarse a su habitación, tuvo que desviarse de golpe hacia el techo del colegio.

Su madre estaba en su balcón y su padre en la puerta de la panadería. ¿Ya era tan tarde?

Tomó su yoyo llamando a su compañero.

—¡Chat! ¿ya llegaste a tu casa? Necesito que te dirijas hacia la escuela, te espero en el techo.

Ni siquiera lo dejo contestar a ello cuando cortó y observó como sus padres conversaban entre ellos por celular, preocupados por no encontrarla en la casa.

—My lady, ¿qué pasa? —Chat llegó a los pocos minutos, colocándose a su lado.

—Eso pasa —le señaló a sus padres.

—Oh, mis suegros se dieron cuenta de que su hija no está en casa —respondió con diversión.

—¡No es chistoso! —protestó, notablemente aterrada. ¿La irían a castigar de por vida? ¿La mantendrían en casa sin salidas?— ¡Chat! —dijo, tomándole ambas manos con total dramatismo—. Fue un gusto haberte conocido.

El chico no pudo evitar reírse ante la desesperación que mostraba su novia, Tras pensarlo un par de segundos, le dio un pequeño beso en los labios.

—Destranfórmate, tengo una idea.

—¿Estás seguro? —preguntó con algo de temor.

—¡Confía en mí! —Marinette terminó su transformación, Chat la tomó en brazos y usó su vara para moverse hacia otro lado y hacer de cuenta que llegaba al lugar, haciéndose notar por Sabine en el balcón que rápidamente bajó hasta donde Chat dejaba a la muchacha, justo frente a sus padres.

—¡¡Jovencita!! —protestó Tom, bastante furioso— ¿Se puede saber dónde estaba? ¡Estábamos muy preocupados por ti!

—Perdón es que... —antes de que pudiera explicarse, Chat se paró frente a ella, cubriéndola con su cuerpo.

—No se enoje con ella, por favor. Todo esto fue culpa mía.

—¿Y tuya por qué? —protestó el robusto sujeto, cruzándose de brazo. Chat pasó saliva con algo de dificultad antes de hablar. Sí que le seguía poniendo de nervios estar frente a frente de un enojado Tom Dupain, pero tenía a una dama que ayudar.

—La vi en el balcón hace un par de horas y quise mostrarle París desde los techos de la ciudad —se rascó la cabeza—. No pensé que nos entretendríamos tanto, lo lamento mucho, señor —dijo, dándole una reverencia—. Puede golpear al gato si quiere —indicó cerrando los ojos, como si estuviera listo para cualquier desenlace.

—Chat Noir... —susurró Marinette, pero Tom le hizo un gesto con la cabeza para que entrara con su madre. Sin poder debatir nada, se acercó hacia Sabine, quien la recibió en sus brazos, dejando finalmente escapar la sensación de angustia que tenía al no encontrar a su hija dentro de su hogar.

—Tú y yo vamos a hablar —mencionó la mujer, mientras le daba un beso y se metían dentro de la panadería, dejando solo a los hombres fuera.

Al observar cómo su esposa e hija ya se habían retirado del lugar, Tom le dio un palmazo en la cabeza al superhéroe que casi lo desestabiliza, si no fuera porque fue uno bastante suave.

—Levántate —ordenó, aunque ahora su voz sonaba más tranquila que antes.

—Si —dijo, casi en forma automática.

—Mira muchacho —le dijo, dándole una palmeada en el hombro y soltando un suspiro—. Sé que, hace un tiempo, apoyé mucho la idea de que mi hija y tú salieran, pero —hizo una pausa y luego lo miró—. Mi hija ahora está de novia, ¿sabes? Es un chico magnifico y ella dice que es el amor de su vida. Así que lamento decirte que ya no tienes oportunidad.

—¿Tan magnifico es? —consultó el héroe felino, sorprendido ante las palabras de su suegro. No sabían que le tenían tan buena estima.

—Marinette es muy feliz y eso hace que quiera a ese joven como un hijo. Es muy respetuoso y muy amable con mi esposa e hija. Así que, sí, es magnífico.

—Vaya —dijo, aun aturdido y con un fuerte sonrojo en las mejillas que, gracias a la oscuridad, no fueron notadas por Tom.

—Ya es muy tarde, deberías irte a casa —Chat afirmó, le deseó buenas noches al señor Dupain y alargó su vara para marcharse de ahí.

Cuando llegó a la mansión y dejó a Plagg descansar, le mandó un mensaje a Marinette...

«¿Así que soy el amor de tu vida?»

Se rio ante aquella frase usada por Tom, aun sentía que no se le iba el efecto de calor en sus mejillas y estaba más que seguro que su princesa debía estar igual o más sonrojada.

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El Rinconcito de la que escribe:

¿Se imaginaban que les  sacaría los sonrojos era Tom? xDD

Saben, mi mente funciona de maneras muy extrañas xD

Lamento no poder actualizar a media noche como antes, pero a esta señora le dio sinusitis de todo el desmadre que me dio el lunes (Es que fue una crisis de pánico y para calmarme me metí bajo de la ducha y como conclusión ahora tengo sinusitis) xD Sino es una es otra con esta señora, en fin, la cosa es que como en mi pueblo hace más frio que en el polo sur, cuando anochece, me empiezan las jaquecas de una forma que solo quiero echarme a dormir en mi camita calentita con la estufa xD Pero ya tengo mi medicación, así que espero ya hoy sentirme bien para actualizar de nuevo a media noche, porque me gusta despertar y ver mi celular lleno de mensajes, que no sean de tareas de mi hija xDD

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Palabras: 802

Día 24: Confesión (Conti de "Intercambio de Miraculous")

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¡Muchas gracias por leer!

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23 de Mayo 2020