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Era mediodía cuando un decidido Hyunwoo llegó a la capital. 

Corría un viento fresco de principios de noviembre y los contados árboles de los alrededores se llenaban de hojas amarillentas, secas. 

Salió del aeropuerto y tomó un taxi para llegar más rápido a su destino. Le dio al chofer la dirección que le había proporcionado Minhyuk unos días antes. 

Se sentía muy aturdido estando en la ciudad. Los grandes rascacielos, el ruido de los motores de los automóviles, los escandalosos claxones, las interminables calles y la infinidad de personas caminando a ritmo vertiginoso, lo hacían sentir un poco ansioso y no podía evitar compararlo con el calmo ambiente de su pueblo.

Todavía no creía haber podido estar allí por cinco años, terminar su carrera y pensar en quedarse a vivir en esa metrópoli. Esa época le pareció muy lejana y sólo los recuerdos quedaban, pero lo que no quería que se quedaran solamente en recuerdos de lo que pudo ser y no fue, eran los momentos que pasó junto a Kihyun en el verano anterior. 

Ése era el motivo por el cual en esos momentos se dirigía, con toda la resolución del mundo, hacia el edificio de la revista Oh My!, con mochila al hombro y una caja enorme entre sus brazos. 

Ese mismo día Kihyun estaba en su oficina planeando el diseño y temas para las fotografías del próximo número de Oh My! Estaba tan estresado que tardó en darse cuenta de que su asistente Fei le hablaba mediante el intercomunicador. 

—Sr. Yoo, está aquí afuera una persona que desea verlo. 

—Dile que pase —le replicó distraídamente sin dejar de revisar unos datos en la pantalla de su laptop. 

—Le dije eso, pero no puede entrar porque trae una caja que al parecer… pesa mucho. Lo estará esperando en la salita cerca del elevador.  

Kihyun resopló por ser interrumpido de esa manera y que Fei ni siquiera se hubiera dignado a decirle el nombre de la persona, aunque supuso que sería uno de los nuevos fotógrafos que había contratado la revista. 

Se puso su chaqueta negra y salió a pasos rápidos hacia la sala de espera de ese piso. Llegó y sus pasos se detuvieron cuando vio la espalda amplia y musculosa de un hombre vestido con pantalón de mezclilla, playera blanca, tenis y gorra negra.

Se quedó estático allí en su lugar por algunos segundos porque fue abrumador el impacto de ver frente a él a la persona que más había añorado en esos casi tres meses de no verse, un hombre de piel tostada y sonrisa contagiosa. Se giró y quedaron cara a cara. 

—¿Cómo es que…? —empezó a decir Kihyun… 

—Buenos días para ti también, Kihyun —expresó con un dejo burlón. 

—Ho-hola, Hyunwoo —tartamudeó luego de reaccionar con lentitud. 

—Minhyuk me dio la dirección de la empresa y me dejó pasar en recepción. 

—¿Qué haces aquí? Pensé que tú no querrías venir a la capital. 

Hacía pocos días que había recibido el mensaje de Hyunwoo en su celular y continuaron comunicándose de manera regular. Eran conversaciones cortas, pero nunca le dijo sobre su intención de ir a visitarlo. Cuando interrogó a Minhyuk, éste sólo le dijo que se mantenía en contacto no sólo con Hyunwoo, sino también con Changkyun y Jooheon. 

.ꕥℋoy como ayerꕥ. {ShowKi} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora