Cap. 13: Viajando a Grecia

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No pasó mucho después de que me fuera junto a Nick. Todos parecían haber olvidado lo que había pasado hace una hora, y eso es bueno. Porque no quiero dar explicaciones a nadie, y menos otro puñetazo.

Nicolás me dijo que tenía que acostumbrarme, por otro lado, Simón parecía atraído por la iniciativa de crear una guerra entre Jessica y nosotros dos. Y me odio, pero siempre me gusto la competencia. Sana, claramente.

Ahora estábamos en el avión. Debo decir que nunca me agradó viajar en uno, y eso que vivía yendo de punta a punta por todo los continentes. Supongo que la turbulencia me gana, o pensar que podríamos caer derecho al mar también es algo que me da miedo.

Un soldado le tiene miedo al mar. Increíble.

Sentada entre Chris y otro chico, evité mirar a Jessica por las primeras décimas de minutos, pero la impotencia me ganó y le dediqué una mirada vengativa, ella pareció no verme. O tal vez me ignoró. Se cual sea la correcta, me da lo mismo. Necesitaba despreciarla un poquito más.

—¿Que se siente volver? —la voz de Chris se escucha por encima de la turbina y de las demás voces. Apoyo mis manos cada una en una pierna y dejo derecha mi espalda.

—Es... toda una aventura —me río—. Tengo miedo y emoción al mismo tiempo.

—Espero que sea más emoción que miedo —se rie, y se inclina hacia adelante—. ¡Bien, equipo! necesito toda su atención, ¿Va?

Todos afirmamos con la cabeza y nos inclinamos hacía adelante también. Yo quedo cerca de Simón, quien me pega con cabezazo despacio llamándome la atención, lo miro y solo pongo los ojos en blanco con una sonrisa en el rostro.

—Nos vamos a Grecia, Santorini. Un lugar famoso para vacacionar en estas épocas, y más para gente con dinero —se levanta del asiento y rebusca en un pequeño maletero que había encima de nuestras cabeza, sacando unos planos. Los mismos que me mostró en su casa—. Lo que significa que va a ver más protección que en otras zonas. Por eso, en cuanto lleguemos, vamos a dividirnos en dos equipos, la teniente se va a encargar del equipo beta y yo del alfa ¿está claro?

—Chris yo... —quería decirle que no podía aceptar tal responsabilidad que el me acaricia la mano a escondidas. Lo veo finalmente sin entender lo que hace, hasta que me ve re ojo y me sonríe.

—Va a seguir mis órdenes, claro. Pero su equipo va a seguir las suyas. Confío en ella, y ustedes deben hacer lo mismo —estira el plano encima de sus piernas y señala las calles alrededor de la gran mansión. Hasta ahora solo la vi dos veces, pero jamás vi fotos de como se veía—. En esta zona al menos se cruzan cuatro calles, repletas de casas. Menos por una —señala la esquina—. Esta. Dos semanas atrás un agente con el que mantenemos contacto afirmó ver actividad anormal. La siguió y acabó en... —toma el otro plano, este era más detallado. De hecho, la mansión se veía muy pequeña y lo que destacaba era una clase de elevación en la tierra a unas cuantas calles—... esta colina.

—No hay nada encima. Solo comercios —dice un chico cercano a nosotros.

—Porque lo que estamos buscando no está encima. Está abajo —sonríe, y vuelve a sacar otro plano. O eso creía hasta que noto que es una fotografía de aquella colina—. Miren, ¿notan la diferencia de color entre la piedra de arriba y la de abajo? —pasa el dedo en una zona específica. Es verdad. Una era mas clara y más grande que la otra—. Sospechábamos que la entrada estaba cerca y, resulta que sí. Está detrás de un comercio, cerca de su depósito hay una roca de grande da acceso a una escalera subterránea.

—Me gusta como va esto —me susurra Simón.

—Me alegro por eso, López, porque la teniente Williams va a guiarte ahí adentro —me sobresalto en cuanto lo escucho hablar y su mano me sujeta con más fuerza—. El equipo alfa me va a seguir a mí. Está confirmado que hay dos ductos. El izquierdo es mío, el derecho es tuyo, Jane. ¿Te parece?

CONFÍA EN MÍ, CAPITÁN | Chris Redfield Donde viven las historias. Descúbrelo ahora