Día IV (Miércoles en la madrugada): La peor manera de despertar a una persona que está dormida es lanzarle un balde de agua fría en la cara, pero hay que aceptar que es una de las formas más efectivas de hacerlo, sino pregúntenle a la Bestia que acostumbraba hacerlo cuando se enojaba conmigo.
Me desperté de sopetón al instante en que el agua fría tocó mi cuerpo. Estaba atado con un mecate a una silla. Un hombre rubio de ojos grises se materializó frente a mí, llevaba unos vaqueros azules, un suéter cuello en v blanco y una chaqueta de cuero negra. Parecía el típico motorizado sacado de la película de tres metros sobre el cielo. Estábamos en una especie de almacén oscuro lleno de cajas y mucho polvo.
— ¡Despierta maricón! —me gritó mientras me propiciaba una fuerte cachetada.
— ¿Tú eres Matt Parson? —le pregunté.
— ¡Eso no es tu problema! —me dijo y me dio una nueva cachetada aun más fuerte que la anterior—. ¿Quién coño eres tú?
— Soy Ps3.
El hombre se rió de forma sarcástica y luego me golpeó con más fuerza.
— Te lo preguntaré una vez más —me advirtió sacando una pistola de la parte de atrás de su cintura—. ¿Quién demonios eres tú?
Me asusté y comencé a hablar. Dije todo lo que él quería como un adolescente que se aprende una exposición al caletre y comienza a decir lo que aprendió rápido con miedo de que se le olvide una palabra.
— Me dicen Ps3... Pero mi nombre verdadero es Patrick Samuel Tercero Rogue...
El hombre hizo un ademán con su mano para que me detuviera y luego esbozó una sonrisa.
— Con que Rogue...
— ¡Sí! ¡Soy el primo de Bryan Rogue!
Hizo otro ademán para que me callara.
— ¡¿Dónde rayos se está escondiendo Bryan Rogue?! —me preguntó a gritos.
— No... Él no se está escondiendo... Él está buscando el tesoro que mi padre nos dejó.
— ¡Tesoro! ¡Tesoro! —gritó—. ¡Estoy harto de ese maldito tesoro! ¡Quiero mi maldito dinero!
— Y lo tendrás.
— ¿Por qué lo dices con tanta seguridad? —acercó de manera incómoda su rostro hacia el mío. Algunas gotas de su saliva cayeron en mi rostro. Fue asqueroso. Y lo peor es que no puede limpiarlas pues mis manos estaban atadas a la silla.
— Porque ya está en busca del tesoro —respondí a su pregunta lluviosa—, pero nos necesita a nosotros para conseguirlo, sin nuestra ayuda será imposible encontrar ese tesoro.
Él hombre volvió a sonreír maliciosamente.
— ¿Qué conveniente no?
— ¡Es verdad!
Hasta el momento solo se escuchaban dos voces; la mía y la del hombre que me amenazaba, pero pronto una tercera voz atravesó las paredes con sus gritos.
— ¡NO LES DIRÉ NADA PUTOS! —era el Topo quien gritaba.
Él hombre desvió su mirada hacia el lugar del cual provenía la voz del Topo.
— ¡Voy a matar a ese tipo! —se enfureció el rubio.
— Por favor. Le juro que encontraremos el tesoro y también a Bryan Rogue, pero debemos hacerlo juntos, somos un equipo. Así como su legión del mal —fue un chiste muy pesado que pudo haberme costado la vida, pero el chico rubio se rió.
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Cómo Estáticas Estrellas Fugaces.
General FictionPs3 añora los días en que fue feliz en compañía de sus dos mejores amigos, Bryan Rogue (su primo) y Wilana Lana (su eterna enamorada en secreto). Aquellos días parecen ficticios. Aquella amistad que alguna vez los había mantenido unidos, se vio frus...