Juntos. El cansancio que produce una exhaustiva búsqueda, un día completo sin dormir y un fuerte golpe. Solo pueden producir una cosa. Que te quedes dormido al igual que lo haría un bebé que ha llorado durante una hora esperando a que la mamá le de la teta y cuando por fin lo hace simplemente se rinde a los brazos de Morfeo.
Viajé a ese mundo que antes he descrito en el que todo es posible, pero esta vez visité un recuerdo escondido en el más recóndito y oscuro rincón de mi cerebro.
Me vi a mi mismo pero en versión miniatura, era barrigón, calvo y un poco estúpido, pero no era un padre borracho, no. Era un bebé, un bebé que acababa de mudarse a una nueva casa con sus padres. Era un bebé solitario, pero eso no me importaba pues todo lo que necesitaba lo tenía. No necesitaba hacer nada. Si lloraba me daban comida, sino me comía los mocos. Si me cagaba me limpiaban, sino jugaba con mi mierda.
No me había percatado de lo importante que era tener amigos hasta que ese día llegué a la nueva casa que mis padres habían decidido comprar. La casa estaba situada en un nuevo vecindario y por ser nuevos, todas las casas eran idénticas.
Uno de los vecinos era mi tío llamado Bryan Rogue y su esposa Rosa quien cada vez que me veía estrujaba mis mejillas y las besaba (Ese día no fue la excepción). Llegamos y fuimos recibidos por Rosa quien tenía pocos días de haberse mudado al nuevo y recién terminado vecindario. Mi tío no había llegado así que mis padres se pasaron el día entero conversando con la esposa de mi tío mientras algunos trabajadores acomodaban nuestras cosas en la nueva casa. Yo, simplemente exploraba la nueva casa y no hacía muchas cosas más porque, vamos solo era un bebé.
Una intensa lluvia que agredía el techo de la nueva casa con sus furiosas gotas de agua fría, nos sirvió como bienvenida. Nos refugiamos en el calor de la sala de estar junto a una pequeña chimenea. El timbre sonó y mi padre corrió a abrir la puerta para recibir a su hermano menor. Era un hombre alto, rubio de ojos azules y su nombre era Bryan Rogue. El hombre llevaba en brazos a un bebé de mi misma edad cubierto con una manta para evitar que la lluvia mojara su inocencia. Mi tío puso al bebé en el suelo y le quitó la manta de la cabeza, era un niño con una melena lacia y rubia, ojos azules y una mirada que exploraba todo, una mirada hambrienta de conocimientos.
— Bryan Rogue —le dijo mi tío—. Conoce a tu primo Patrick Samuel Tercero.
— ¡Hola! —me dijo y pronunciaba las palabras a la perfección—. Soy Bryan Rogue —incluso pronunciaba bien su nombre. Estrechamos nuestros cuerpos en un abrazo e intenté decirle mi nombre.
— Yo soy Pati Zamurero —pero el lenguaje no era mi fuerte.
Nuestros padres se sentaron junto a la chimenea a conversar quien sabe sobre qué, mientras Bryan Rogue y yo explorábamos cada rincón de nuestra casa. Desde muy pequeño a Bryan Rogue le había gustado entender el por qué de las cosas, no se conformaba simplemente con que un carro de control remoto se moviera solo con accionar una palanca, el sentía la necesidad de desarmarlo para ver su mecanismo, y aunque no entendiera como las piezas funcionaban, el no se quedaba tranquilo hasta que viera lo que dentro de las cosas se ocultaba.
El cielo se enfurecía y la lluvia arremetía con mas fuerzas, relámpagos y demás, era imposible que ahora Bryan Rogue y sus padres pudieran irse a la casa de al lado en la que vivían. Ese sería el principio de una amistad que duraría años. Esa sería la primera de las noches de nuestras vidas en la que dormiríamos juntos, pero no lo haríamos solos porque faltaba alguien en nuestro pequeño grupo.
Siempre había y sigo creyendo en la existencia del alma. Según mi teoría, las almas son divididas al nacer y colocadas en dos cuerpos diferentes, estas almas tienden a buscarse pues es una necesidad volver a unirse. A esto le conocemos como almas gemelas. Pero en nuestro caso un alma había sido dividida y colocada en tres cuerpos diferentes, por eso era nuestro destino, el de Wilana Lana, Bryan Rogue y yo permanecer unidos, era por esta razón que los tres sentíamos un vacío que iba más allá de lo emocional, era un vacío en el alma que solo podíamos llenar cuando estábamos juntos.
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Cómo Estáticas Estrellas Fugaces.
Ficção GeralPs3 añora los días en que fue feliz en compañía de sus dos mejores amigos, Bryan Rogue (su primo) y Wilana Lana (su eterna enamorada en secreto). Aquellos días parecen ficticios. Aquella amistad que alguna vez los había mantenido unidos, se vio frus...