Capitulo 29

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A veces no nos percatamos de lo que las madres son capaces de hacer por sus hijos. Nunca las valoramos. Simplemente vemos reflejados sus errores y nunca sus virtudes. Yo había destruido la casa de mi madre. En mi disgusto yo la había mandado a la mierda. Pero ahí estaba ella defendiéndome de su nuevo esposo, invitándome a pasar junto a mis amigos, sirviéndonos comida y bebidas a todos.

— Es la segunda vez que parten esa ventana, esta misma semana —nos dijo Robert. Su voz era ronca como la de un hombre que bebía mucho, cosa que posiblemente sí hacia—. Pensé que eso era imposible, pero ahí está esa ventana rota nuevamente.

No podía creer que alguien había roto esa ventana ya.

— ¿Alguien más lo había hecho ya? —preguntó Wilson antes de que yo pudiera hacerlo.

— Bryan Rogue —respondió mi madre—. Estuvo aquí hace unos días y rompió esa misma ventana. Quería hablar conmigo, supongo que tú también Patrick, pero no entiendo por qué no pueden simplemente tocar la puerta.

Me quedé en silencio. No quería responderle. No quería dirigirle la palabra a mi madre, pues aun no la perdonaba por haberme dejado ir. Por no haber hecho nada para detenerme. Sabía que nunca la perdonaría por eso.

— ¿Qué están tramando Patrick?

— P.S.3 —le dije con furia—. Soy Ps3.

— ¿Qué están tramando? —preguntó nuevamente sin prestarle atención a mis reclamos. Igual a como la recordada.

Yo no respondía.

— Creo que yo debería irme —dijo Robert marchándose a su habitación.

— Creo que nosotros también —dijeron los chicos al unísono y se marcharon al patio junto a la piscina.

Mi madre y yo nos quedamos sentados frente a frente mientras el incómodo silencio dominaba el ambiente.

Yo no quería hablar con ella así que trataba de apartar mi vista de la de ella, pero algo me obligaba a posarla en ella. Supongo que era la nostalgia por tanto tiempo sin verla.

— Veo que has hecho una nueva vida —le dije rompiendo el silencio. Mi voz era seca.

— Tú también.

— ¡Eso nunca te ha importado!...

— Claro que me importa Patrick —me dijo y el llanto se le escapó de los ojos—. Siempre me preocupé por ti. Rezaba a Dios cada noche para que recapacitaras y vieras tu error. Durante cuatro años he orado por tu regreso. Esperaba que vinieras a pedirme perdón por tu equivocación.

Fruncí el ceño boquiabierto al escuchar sus palabras y simplemente respondí secamente:

— Nunca te pediré perdón mamá.

— Y yo tampoco pienso perdonarte Patrick. Aun no estamos preparados para eso. Yo también necesito pedirte perdón, pero aun no me siento preparada para hacerlo.

Me confundí al escuchar sus palabras.

— ¿De qué hablas mamá?

— De mi egoísmo... Bryan Rogue es un muchacho muy inteligente. Siempre lo fue. Él me hizo ver el por qué pedir perdón es tan difícil.

— ¿Qué fue lo que te dijo exactamente?

— Sus palabras exactas fueron estas —mi madre aclaró su garganta para hablar—: El perdón es uno de los regalos más difíciles de otorgar, porque aunque no lo aceptemos, las culpas deben ser compartidas, por lo tanto el perdón ha de ser mutuo.

No me hizo falta analizar mucho las palabras de Bryan Rogue. Eran completamente ciertas. Ya entendía entonces a que se debía la epifanía de mi madre.

— Es cierto... Y aun no estamos completamente preparados para aceptar nuestros errores —le dije.

Hubo un momento de silencio y luego ella habló:

— Pueden quedarse esta noche si quieren —me ofreció.

— Estamos apurados. Hay algo en esta casa que debemos buscar...

— Una pista ¿Cierto?

Aquello me tomó por sorpresa. Jamás me hubiese imaginado que ella lo sabía.

—¿Cómo lo sabes?

— Te lo dije... Estuve hablando mucho con Bryan Rogue.

— ¿Sabes de qué se trata la siguiente pista?

— No, pero creo saber dónde está.

— ¿Dónde?

— En la piscina, pero deberás esperar a que amanezca para poder verla. El también tuvo que esperar para verla.

Fue así como decidimos pasar la noche en mi antigua casa. Dormimos juntos en mi habitación.

Todo estaba exactamente igual a como lo había dejado después de haberme marchado de esa ciudad junto a Wilson. Todas las cosas que la última vez no pude haberme llevado seguían allí. Habían tantas cosas que despertaban nostalgia en mí. Mi cama, mi ropa que no cabía en aquella maleta pequeña con la que me había marchado. Habían tantas cosas que me hicieron Recordar mi pasado y entonces me fue imposible pensar en otra cosa que en aquel tiempo en el que vivía con descuido sin importarme mucho el mundo.

Antes de intentar quedarme dormido (cosa que no conseguí), llamé a Matt Parson, para avisarle donde estaba exactamente. Le dije que habíamos encontrado una siguiente pista que seguramente nos llevaría directamente al tesoro y a Bryan Rogue.

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Gracias a todos por seguir leyendo. Espero que les haya gustado mucho este capitulo. No duden en votar y comentar si así ha sido. Nos leemos pronto ^.^

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