Pudo haber sido un sueño, pero se sintió tan real que nunca supe la razón por la cual dudaba de que ese suceso había ocurrido. Fue el mismo día de la fiesta. Alguien alteraba mi tranquilidad, sacudiendo mi cuerpo de manera muy brusca. Abrí los ojos y por alguna extraña razón que por siempre desconoceré, yo estaba acostado en el apartamento de la Bestia quien dormía a mi lado. Bryan Rogue me tapó la boca para evitar que gritara.
— Me voy Ps3 —me informó en un susurro mientras seguía apretando mi boca con su mano. La cabeza me dolía por el fuerte golpe que había recibido en el ojo—. Las cosas serán peligrosas ahora. Debes cuidar a Wilana Lana. Ellos te buscarán cuando no me consigan. Debes huir Ps3. Quedarte aquí es suicida —él le imprimía un drama de telenovela a cada palabra que salía de su boca—. Si quieres encontrarme solo debes seguir las pistas. Yo estaré esperándote para que leamos juntos el epílogo del libro de tu padre —Bryan Rogue quitó su mano de mi boca y procedió a marcharse. Abrió la puerta de la habitación, pero antes de irse dijo algo más—: No te preocupes por mí, ni por ti, recuerda que ambos somos de titanio, preocúpate por Wilana Lana, ella es tan frágil como una copa de cristal —y se fue.
Mi cabeza estaba recostada en la almohada. Intenté analizar si todo aquello era cierto, pero la cabeza me dolía mucho por el golpe, los ronquidos de la Bestia dificultaban bastante esta tarea y simplemente decidí seguir durmiendo.
ESTÁS LEYENDO
Cómo Estáticas Estrellas Fugaces.
Fiction généralePs3 añora los días en que fue feliz en compañía de sus dos mejores amigos, Bryan Rogue (su primo) y Wilana Lana (su eterna enamorada en secreto). Aquellos días parecen ficticios. Aquella amistad que alguna vez los había mantenido unidos, se vio frus...
